Invierno

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Harry le gusta como Draco se esconde en su cuello cuando tiene frío, le gusta como su nariz y mejillas se colorean de un bonito rojo.

Harry gusta que Draco lo abraze muy fuerte para que lo rodee con las solapas de su abrigo,le gusta que draco se quite un guante para poder caminar de la mano con él, le gusta que le prepare muchas botellas de poción pimentonica porque sabe que Harry siempre se enferma en invierno

Harry simplemente le gusta el invierno porque le recuerda a Draco, porque el blanco de la nieve combina con lo blanco de su piel, las estrellas del cielo combinan con las pecas de su espalda, la luna tiene una casa en sus ojos, el reflejo del sol en la Nieve del suelo combina con su cabello.

Draco sigue siendo el mismo de siempre(pero ala vez diferente), hermoso, tierno y adicto al té verde. Harry también es igual( diferente tal vez), aún es mas alto que draco, hermoso y loco por el chocolate caliente.

Draco como prometió llevo a Harry al lugar mas hermoso del mundo, Islandia.

Harry recordará ese viaje toda su vida, porque fue increíble, maravilloso y increíble de nuevo.

Draco también arreglo la gotera del techo de la cocina y Harry lavo los platos de la cena, Draco cambio las cortinas y Harry se enojo por eso.

Draco aún le cuenta historias, hermosas historias.

Harry aún le gruñe a los chicos que se acercan a Draco y Draco aún se ríe suave, dulce y lo miraba con ternura

Draco sigue leyendo debajo de un árbol y Harry ese la almohada donde descansaba su espalda.

Mientras caminaba debajo de los copos iluminados por el sol, con tres tazas en la mano (dos con chocolate caliente y una con té verde) Harry sonreía porque tenía suerte, mucha suerte.

Logro lo que tanto quería, acercarse al niño mas bonito del mundo y ahora no sólo tenía uno, tenia a los dos niños más bonitos del mundo, y mientras se acercaba al parque los escuchaba reír y maravillarse con la nieve bajo sus pies.

–volví amores–dijo cuando un par de ojos de luna y unos verde pasto se posaron en él–y traje algo caliente para beber.

–¿y las galletas?–dijo Draco frunciendo el ceño– no puedo creer que no tengas las galletas.

–oh oh oh papa olvido las galletas–esa tierna voz lo hizo reír porque era inaudito que él olvidará las galletas.

Después de que Harry y Draco se casaron, adoptaron un niño.

No fue nada fácil eso de ir y elegir a un niño, pero ellos no eligieron nada porque James  lo eligió a ellos.

Aún recuerdo el día que lo vio por primera vez. Draco y él se separaron porque el rubio iría al baño, cuando paso media hora y draco no aparecía decidió ir a buscarlo y lo encontró en una silla sentado con un niño de cabello color chocolate, cuando Harry se acercó él niño le gruño y le dijo

–es mi rubio vete –y le volvió a gruñir (como solo un niño de  cuatro años puede gruñir).

Draco se río suave, dulce y lo miro con ternura y Harry supo en ese instante que ese seria su hijo James Scorpius Potter malfoy.

sus padrinos son hermione y blaise, sirius le regaló su primera escoba, remus un libro que draco robo diciendo que no era para niños, Narcisa siempre escucha todo lo que tiene que decir y lucius siempre lo lleva a ver los pavos  reales albinos.

Mientras los recuerdos se esfuman de su mente Harry sonríe y le dice a su hijo

–yo no las olvide, tengo las galletas de avena que papa preparo esta mañana en el bolso.

solo se necesito eso para James corriera por el bolso.

Después de decirle que tuviera cuidado, se giro hacia draco que estaba sonriendo y tenia las mejillas sonrojadas por el frío, mientras el rubio se quitaba el guante de mano derecha para coger la suya una sensación se instaló en su pecho, esa sensación de calidez y cariño.

Agarro su mano y lo llevo  junto a James que ya revisaba el bolso y volvió a sonreír porque tenía suerte, mucha suerte.

Porque lo logró, a pesar de todas las suposiciones, él lo logró.

Se toman las bebidas y se comen todas las galletas, se ríen como locos y correr como el viento, hacen muñecos de nieve y un ángel también, y cuando es hora de volver a casa no hay miradas triste por dejar el parque solo felicidad, una absurda felicidad.

Siente a James saltar por la acera y reír como solo los niños pueden hacerlo, siente la mano de Draco y el anillo es su dedo, siente esa calidez en el pecho y que es muy grande para la acera porque cada vez que James lo mira como si fuera su héroe no cabe en si mismo. Mira a Draco que le dice algo a James y vuelve a sonreír porque es feliz.

Empezó en la alacena bajo las escaleras y se convirtió en un castillo, un arbusto frondoso y un árbol en un beso, una noche de lluvia en una reconciliación, un día de otoño de un de los mejores de su vida, una ida a un orfanato para niños mágicos en un amor que no puede explicar.

Se volvió chocolate caliente, galletas de avena, té verde y ojos de color pasto.

Se volvió vida.

Harry se volvió todo lo que el mundo mágico suponía y mas mucho más.

Y Harry lo sabe, simplemente lo sabe porque James lo ama y Harry también lo ama a él, porque ama a Draco y Draco lo también lo ama él y eso es todo lo que se necesita para estar cálido este frió día de invierno. 

Entre estacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora