Capitulo 1: El cielo hace su llamada.

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En las afueras de un pueblo, se escuchan varios escopetazos y gritos, pero gritos... Extrañamente demasiado agudos para ser humanos. Y entre esos gritos extraños... Se oye...

-¡QUE QUEMES LOS PUTOS HUESOS CASTIEL!- Grita Gabriel dando otro escopetazo al espíritu enfurecido tratando de acercarse a ellos.

Castiel no responde ante las llamadas de su hermano, esta demasiado concentrado tratando de prender el fuego, porque... Por si su querido hermano mayor no se había dado cuenta... ESTABA LLOVIENDO.

Al final Castiel desiste de tratar de prender el fuego desde distancia segura y se adentra en la tumba para prender los huesos desde más cerca, para así tener más oportunidad de que prendan rápido.

-¡¿Pero qué haces idiota?! ¡Te vas a prender fuego!- Gabriel planeaba entrar en la tumba también para luego sacar a su hermano, pero la cercanía del espíritu distrajo su atención y se vio obligado a dar otro escopetazo para mantenerlo alejado unas fracciones de segundo.

Castiel mientras tanto sigue absorto en prender la llama, tan sumamente concentrado que no se dio cuenta el momento en el que el espíritu había aparecido detrás de él para lanzarlo con ferocidad fuera de su tumba, provocando que este chocara contra un árbol.
Por suerte para ellos, el fuego ya había prendido, y a pesar de la lluvia, la gasolina hiso más efecto para expandir el fuego con rapidez.
Luego de aquello, un horripilante grito salió del espíritu, a la vez que este se rodeaba de llamas, confirmando el hecho de que este, finalmente estaba muerto.

Cuando ya estaba confirmado que este era terreno seguro, Gabriel corre a su hermano para asegurarse de que este bien.

-¿Cómo te encuentras?- Pregunta algo preocupado y asegurándose de revisar las partes más visibles de su cuerpo, asegurándose de que no haya alguna herida.

-Descuida, solo fue... Solo fue un golpe, dame unos minutos y estaré bien...- Y si, Castiel era muy sincero, tanto, que hasta las mentiras que el mismo se hacía eran de cierta forma, sinceras.

Gabriel sabía que Castiel, después de esto, como mínimo debía dejarle dos días de reposo, después de todo, el dolor de espalda que tendría después no les ayudaría en lo más mínimo en su trabajo.

-Si claro, y yo me lo creo, claro, claro- Dice su hermano en tono burlón, mientras ayuda a Castiel a levantarse, para así poder llevarlo hacia el Lincoln Continental Mark V. Que los esperaba a entradas del cementerio.

-Okey, descansa un poco, yo volveré a llenar la tumba y volveremos al motel- dijo Gabriel luego de dejar a su hermano acostado en la parte trasera del auto.

Castiel sentía que le faltaba el aire, después de todo era normal, luego del golpe que había recibido, sin duda le hacía falta estar boca arriba, le ayudaba a respirar.

Castiel siempre tuvo tiempo para pensar... Incluso se podría decir que demasiado, y en estos momentos, en los que no hacía nada más que luchar por volver a su respiración normal. Volvió a pensar.
Pensar en su casa y familia. Se podría decir que anhelaba volver allí con todos, pero lo que realmente quería, era volver a los tiempos en los que cuando todos estaban en la misma sala, no floreciera la 3ra guerra mundial.

Porque eso era su familia en estos años, un desacuerdo tras otro.

Castiel siempre tuvo facilidad para ignorarlo y conllevarlo, aunque en el fondo le lastimara.
Gabriel por el contrario, no. Siempre se le complico afrontar las peleas que tenía su padre con alguno de sus hermanos, le dolía demasiado ver a todos pelearse. Por suerte, ha sabido conllevarlo de forma que no sea tan... Hiriente, por eso cada día al despertar se alegra de haber salido de esa casa, de estar trabajando con su hermanito y tan solo mantener un mínimo contacto con sus hermanos, está seguro que si viera otra pelea estaría aún más cerca de desbordar.

Un ángel únicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora