Que cristales tan arrogantes
que sin darse uno cuenta,
abren puertas como mares,
un mar gris y sin fondo
a través de un reflejo muy profundo.Es un cristal al que añoro
y lamento cuando lloro,
tú cristal mío, al que echo en falta,
aprendí que el reflejo negro,
es la ausencia de tu alma.Tan ausente los días grises,
recordándote cada segundo,
como una flor marchitada, dejaste este mundo, sin decir ni una palabra, el reflejo de tu alma grita desde el cielo, que te arrebataron una vida, que te devolvieran al suelo.