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Me lo trajeron una mañana. Su aspecto implicaba lástima.

Por su estatura aparentaba doce años, pero por su energía y por la chispa de malicia con que miraba todo y su manera de disimular cuando se veía sorprendido en sus observaciones, bien podría aparentar de 15 años.

Y no sólo era una especie de misterio por la edad, sino también por lo que pudiera hacer o pensar. "Está bien, está bien", era la respuesta que daba a todo. No sabía nada ni entendía, pero con los ojos parecía decir lo contrario. Y como tampoco supo decirnos su nombre en los primero días, o no quiso decirlo, y era necesario llamarlo por alguno, lo rebautice a tan pequeña persona con el nombre de Yoongi, ya para que entendiera bien y le sonará agradablemente a sus oídos, ya para que obedeciera mejor cuando se le iba a ordenar en lo sucesivo.

Verdad que su apellido lo supe desde el primer momento, pero me parecía impropio llamarlo por él, no sólo por lo raro, sino para evitarme el compromiso de satisfacer a cada instante la curiosidad pública sobre su nacionalidad.

El apellido no podría ser más común: Min

Así lo llamaban al padre antes de que llegue el muchacho, que durante diez años había vivido liquidando pueblos, raptando y violando mujeres, asesinando hombres y estimular centenares de cabezas, hasta que una bala de sus tenientes le puso fin a sus crímenes.

Además, el chico se reusaba a escuchar el apellido, aunque el honorable Namjoon lo llamaba por más de cien veces, él jamás contestaba.

Así consiguió llamarlo por su nombre y a los pocos días ya nadie volvió a decirle por el apellido Min.

Pronto Yoongi se hizo necesario para todo: para las compras, para la cocina, para mesa , para la limpieza, aprendiendo al instante todo. Y se hizo el necesario, no por ser el único, sino porque, viéndole toda su voluntad, su "paciencia", su acomodamiento, su cortedad para hacer las cosas.

Todo lo bueno lo hacían los demás; todo lo mal, Yoongi. Con el tiempo aprendió con una facilidad los nombres de cada cosa.

Vio por un momento la máquina de coser, dando vueltas al contorno de ella, cuando la vio funcionar, empezó a reír nerviosamente. Y vio tanto que todos acabaron por reírse también.

¿Te ha gustado la máquina? Es para coser vestidos. Aquí se le va a coser camisas, pantalones. Verás lo bueno que quedará tu vestimenta.

¿Y la máquina cose gente también?  –preguntó con una cierta curiosidad pero no con malicia.

No, joven; a la gente no se la cose.

Yoongi volvió a reír más fuerte, pero no con esa ingenuida, sino con una risa que parecía ser extraña, al retirarse murmuró:

Qué bueno coser Park




Si hay faltas ortográficas , perdón :'v 💔 y gracias por leer :v

OJOS DESCONOCIDOS (Min Yoon-gi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora