—"Hace frío"—pensó SeokJin al despertarse en medio de la madrugada. Tosió y buscó su lámpara de noche. Dio con su interruptor y lo presionó, mas su foco no encendió.
Extrañado, se levantó y sus pies dieron con el helado suelo. Se estremeció y buscó con la mirada alguna cobija, recordó que estaban todas en la pieza de JiMin y casi nunca iba allí, por lo que no tenía memorizada su habitación. Además, su celular, que tenía linterna, lo había dejado en planta baja.
Con el mayor cuidado y silencio posible se dirigió a las escaleras y fue pasando su mano por la pared para sostenerse.
Escuchó un ruido en la cocina y paró de caminar. Estaba seguro de que sus amigos dormían. Él sabía que HoSeok tenía una raqueta de tenis por alguna parte de la sala de estar.
Temblando caminó hacía aquel lugar y paró en seco cuando sintió que lo observaban desde atrás. Lentamente se fue dando la vuelta y cuando iba a ver quién era la persona detrás de él, su espalda dio un golpe contra la pared.
Antes de poder gritar, una mano suave se apoyó en su boca ejerciendo más presión de la necesaria. Gimió y sintió ganas de llorar. ¿Aquella persona que lo estaba inmovilizado era el asesino? ¿Siquiera sabría quién lo iba a matar?
—Yo también escuché un ruido— susurraron contra su oído. Todavía no podía reconocer de quién era la voz por el terror que antes había sentido. Era un amigo suyo, estaba seguro pero aún se sentía aterrorizado. Tembló y sintió las lágrimas recorrer sus mejillas. Se escapó un sollozo audible de sus labios.
El ruido en la cocina se detuvo. SeokJin y su amigo sintieron escalofríos recorrer sus cuerpos por completo.
Había tres personas en la sala de estar: dos estaban juntos y una los observaba.
SeokJin volvió a dejarse llevar por sus nervios y delató su "escondite". Rápidamente fue separado de su amigo para oír cómo recibió un golpe seco.
Escuchó un insulto salir de los labios de quien parecía ser HoSeok.
El presunto asesino se separó de él. Con la linterna de su celular los apuntó y ambos, mareados, parpadearon antes de mirar en su dirección.
—¡YoonGi Hyung!—JeongGuk se agachó a la altura de su amigo—Creo que te golpeé muy fuerte.
SeokJin los miraba con sus ojos desenfocados. Estaba temblando.
—Jin Hyung, lamento todo esto—susurró el menor—estaba en la cocina buscando algo para comer y justo escuché a alguien llorar, casi me cago encima.
El chico golpeado, aún en el piso y sobándose el estómago, se carcajeó ante lo dicho por su dongsaeng—Jungkook, creí que ibas a matarme luego de ese golpe—dijo.
El de cabello azabache lo miró con los ojos abiertos de par en par. Negó con la cabeza y miró sus manos. Estaban rojas, su hyung había recibido un golpe muy potente de su parte.
—Vamos a dormir, chicos—escucharon una voz firme decir y dirigieron su mirada a ella, era la de Jin.
Ambos menores miraron a su mayor. Parecía como si acabara de ver la escena más perturbadora de una película de terror explícita.
—Hyung, ¿qué estaba buscando?—preguntó el de cabellos mentolados.
—Mi celular y un alcolchado—respondió seco.
—Yo te lo busco, Hyung—dijo Jungkook—, ve a tu cuarto.
—No, te acompaño—miró sus manos temblorosas y agarró una de las el menor—YoonGi, ve a dormir.
El nombrado ya se había ido.
JeongGuk tomó su mano. SeokJin sentía la mano que agarraba la suya como la de un muerto. A pesar de sus pensamientos no los expresó en voz alta.
El menor sintió que su acompañante estaba tenso.
—Hyung, nada nos pasará, no te preocupes.
Jungkook sonriendo en medio de la oscuridad, con la luz de la linterna alumbrándolo superficialmente. Aterraba. El rubio lo miró fijo para luego pasar sus ojos a la habitación de JiMin.
—¿Quieres que pasemos juntos?
Sus piernas aún temblaban, el miedo casi hace que se cague en los pantalones. Asintió sin dudarlo aunque Jungkook ahora no le inspiraba confianza.
—Sí, por favor—el menor tomó con más fuerza la mano de su acompañante para transmitirle seguridad, sin saber que aquel gesto lo asustaba.
Todas las acciones luego de lo que dijeron fueron en silencio.
JiMin dormía plácidamente. SeokJin alumbraba a JeongGuk con la linterna de su celular mientras él intentaba bajar alguna cobija con paciencia.
Al ver que no alcanzaba, le hizo una seña a su hyung para que alumbrara al cuarto. Se dirigió en busca de la silla del escritorio y un dibujo llamó su atención.
Con un ademán, SeokJin entendió que su dongsaeng lo estaba llamando. Jungkook señaló el dibujo y Kim sintió su cuerpo sudar frío.
En la hoja estaba plasmado un conejo y gente con la cara tachada. El suelo era rojo y lo que se supone era el cielo, estaba de color negro. Un supuesto sol era azul.
¿Acaso JiMin sufría algún tipo de trastorno y ellos nunca lo supieron? ¿TaeHyung sabía algo de esto?
—Hyung—el pelinegro señaló el placard—, tenemos que sacar esto.
En ese momento estaba tan confundido. Miró la hora en el celular, señalaban las tres y media. Cuando iba a ir a alumbrar a quien lo ayudaba su celular empezó a fallar.
—Mierda, es nuevo—dijo. De un momento a otro, el aparato se apagó completamente.
—No importa, quedate quieto, esperaré a que mi vista se acostumbre a la luz y te pasaré lo que quieres.
Aguantaron en la oscuridad. Jeon comenzó a sentir frío y se acercó más al mayor, quien, sin dudarlo, lo abrazó. En silencio, sus pensamientos se dirigieron directamente a el dibujo. Aunque no lo decían en voz alta, sabían que ambos buscaban un significado.
Lentamente el menor se separó. Se paró encima de la silla y al bajar la frazada realizó un movimiento en falso y cayó al suelo. El ruido fue fuerte, quizás el dueño de la habitación estaba durmiendo.
—Seguro me pasó por golpear a YoonGi hyung—gimió. El rubio se acercó a su menor tanteando el suelo y cuando dio con su pie sintió un quejido. El maknae se sobaba las partes doloridas.
—Chicos, ¿qué hacen en mi habitación?
JeongGuk y SeokJin se miraron a los ojos para luego observar, en medio de la oscuridad, al pelirrosa. Una persona había pasado saliva y los ojos de los otros se posaron en él.
—¿Qué hacen en mi habitación a esta hora de la noche?
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Killer Bunny
FanfictionEn Seúl, capital de Corea del Sur, se desatan decenas de asesinatos que van en aumento. La mayoría tienen la misma "firma": la cabeza de un conejo hecha con sangre. Un grupo de jóvenes amigos decide entrar en la búsqueda del criminal a partir de la...