Volviste de tu luna de miel , y llegaste a mi casa .
Querías que te acompañase a tu casa , no querías dar la noticia tú sola , o con tu marido , por qué probablemente si ibas sola morirías del estrés y si ibas con tu marido tu padre lo mataría .
Me hizo mucha gracia cuando se lo dijiste a tus padres y ellos no tuvieron una gran reacción .
Lo veíamos venir hija...
Puedo jurar que en aquel momento tus mejillas parecían dos tomates .