1- El símbolo

29 7 11
                                    

* Edith POV*

El despertador sonó, y vagamente lo apagué para volver a sumergirme en mis suaves y mullidas mantas.
Al cabo de minutos una voz me despertó mientras me apartaba las mantas.
- Despierta ahora mismo, todos están ya desayunando- dijo mi niñera.
-voy- puse los pies en el frío suelo, cogí mi albornoz y bajé.
Todos estaban en la mesa esperando.
- Buenos días- dije mientras dejaba escapar un bostezo.
- Buenos días- dijo Zaira.
El chef había puesto un montonazo de cosas ricas en la mesa, pero yo no solía tener hambre a la hora de desayunar. Cogí una magdalena y me fui arriba.
- ¿A dónde vas?- dijo mi niñera a gritos.
- A donde siempre- dije sin darle importancia.
Me dirigí a la biblioteca, me senté en el sofá y cogí un libro, ya los había leído mil veces, pero mamá y papá se negaban a comprar más. Después de leer unos cuantos capítulos me levanté y me fui a cambiarme.
- Vas a llegar tarde...-dijo mediante suspiros.
- Ya, Carolina- dije cortándola- ahora bajo.
Bajé y en vez de montarme les dije.
- últimamente, siempre voy en coche, creo que voy a ir andando.
- Edith estás loca, el cole está a 10 minutos en coche, andando es alrededor de 30 minutos.- dijo Zaira- No vas a llegar.
- Nos vemos allí
- ¡Edith!- me dijo gritando
Yo me fui corriendo, estaba harta de hacer siempre lo mismo, pero como siempre no lo había pensado bien... era una auténtica locura. Acabo de un rato me senté en las escaleras de una casa de madera, era muy bonita y tenía bastantes años. Estaba cansadísima. Vi una especie de símbolo en la fachada de la casa al lado de la puerta y con curiosidad fui a tocarlo, era muy raro y no sabría decir que era. Cuando lo toqué brillo lo que hizo que me asustara.
- Me estoy entretenido mucho- dije por lo bajo. Sin volver a mirar aquel símbolo, seguí mi camino hasta el instituto.
Cuando llegó no pasó nada emocionante, me pusieron un retraso y el coco me castigó sin recreo, que aproveché para hacer deberes. Al volver me monte en el coche, el rato que Zaira aprovechó para darme un discurso sobre disciplina y cosas que no me importaban.
Cuando llegamos nada más entrar en la casa y cuando Zaira seguía con una de sus charlas, la cogí del brazo y la dije.
- Tengo que decirte algo
Fuimos a mi habitación y le conté lo del símbolo.
- ¿Me podrías hacer un dibujo?-Preguntó Zaira.
-No me acuerdo muy bien pero puedo intentarlo.
Lo dibujé y la verdad es que me quedó bastante bien.
- Es muy raro, pero recuerdo haberlo visto - dijo mientras lo tocaba y brillaba.
- Lo mismo que me pasó a mí- dije sorprendida
- Mira
El papel de repente estaba empapado, ya apenas se podía ver el símbolo.
- ¿Co-mo e-s es-t-o po-si-ble?- dijo tartamudeando
- No lo se... Es demasiado raro
- Se lo tenemos que contar a alguien
- Ni se te ocurra
- por...?
- porque no nos van a creer.
- está bien...
- ¿Cuándo pensáis bajar a comer?-escuché gritar al chef, que paciencia tenían con nosotras.
Bajamos y nos sorprendió una deliciosa comida.
- Habéis oido, se ha quedado la mansión de Mager- dijo Sara mientras recogía los platos.
- Sí, yo lo he leído en el períodico- contestó Carolina.
- ¿Cuál es esa mansión? -dije con curiosidad.
- Una mansión de madera que está en la calle del pan, cerca de la mejor panadería del pueblo.
- Vale, gracias- dije sorprendida, esa era la misma casa en la que había visto el símbolo. Cuando terminé de comer fui ha hacer los deberes y ha estudiar en mi cuarto, luego cené una sopa y me fui a dormir, pero antes de cerrar los ojos me quedé mirando el techo durante un largo rato. ¿ Había alguna posibilidad de que la casa se quemará por mi culpa?... Minutos después el sueño me venció y quede profundamente dormida.

Almas Opuestas /Pausada/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora