Capítulo Dos.

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Afuera de la residencia Salvatore, el sol no había salido aún. Parecía ser poco menos de las cuatro y eso le molesto a Crystal sabiendo que tal vez había interrumpido a Stefan en algo ¿Pero que haría un vampiro en la madrugada? eso si que le causaba un poco de intriga.
Por un instante notó que la mirada del chico se fijó en ella y, como ya había dicho anteriormente, comenzó a relatar sus sueños sin olvidarse del mas mínimo detalle: siempre era el mismo vampiro y aquella la mujer pero en ocasiones el lugar parecía cambiar a medida que transcurrían las épocas y años. Increíblemente la apariencia de ambos permanecían igual pero el sentimiento del uno por el otro ya no era el mismo. Aquella dama de sus sueños había cambiado y, lo que antes era amor, se había convertido en odio.
Stefan parecíó estar perdido en los sueños de la cazadora mientras que escenas de su pasado transcurrían como una secuencia por su mente. Una de ellas fue el momento en que conoció a Elena ¿Como iba a olvidarlo? ese día fue uno de los más importantes y locos para él, ella parecía ser la versión humilde y tierna de Katherine. Había caído como idiota a sus pies.
Cuando la muchacha terminó de hablar, Salvatore nuevamente posó sus ojos sobre ella como si quisiera descifrar algún enigma oculto, intentado analizar todo lo relatado.
—Y bien... ¿Entonces me estás diciendo que sueñas con un vampiro acosador? —preguntó él, tratando de darle humor a la situación. 
— ¿Vampiro acosador? no lo creo —respondió Crystal, mientras que con su mano acomodaba un rizo detrás de su oreja—. Apuesto que él sentia algo por ella, ambos lo sentían, pero el amor que se tenían cambió. No lo se con certeza.
—O tal vez continuaron amándose pero el odio de ella hacia él lo cambió todo...
Crystal sonrió ante aquellas palabras. En parte, Stefan tenía razón. Tal vez ellos nunca dejaron de amarse; tal vez el odio no pudo con ellos; tal vez tuvieron un final juntos. No lo sabía pero en su interior deseaba algo bueno para aquel viejo amorío.
—Mmm... ¿Stefan? aún no me has dicho cual es tú maravillosa idea —dijo con una voz melódica y remarcó el tú entre sus palabras.
—Lamento decirte que, por haberme interrumpido, no lo sabrás hasta dentro de poco tiempo o, al menos, eso espero —El vampiro soltó una pequeña risa mientras que su mirada se fijó en ella, por tercera vez, como si de ello dependiera toda su vida entera.
— ¿Por qué eres tan rudo, Salvatore? —trató de sonar enfadada y victimizar la situación pero aquella imborrable sonrisa la delató. No pudo evitar maldecir por lo bajo.
Ambos mantuvieron una charla algo inusual entre una cazadora y un vampiro. Se preguntaron los gustos, aprendieron el uno del otro y, sobre todo, conocieron hasta el más mínimo detalle de cada sus vidas. Era la primera vez que Crystal mantenía una conversación con un vampiro sin intentar matarlo... Lo mismo ocurría con Stefan, estaba frente a una cazadora y no podía sentirse más a gusto.
El tiempo pasó y las pequeñas luces del amanecer comenzaron a asomarse por la ventana de la habitación. Luego de que Stefan insistiera, Crystal optó por dormir sin saber que Salvatore interferiría en su sueño y lo haría uno de los más maravillosos que había tenido en meses o tal vez años. Todo estaba tranquilo, nada podía compararse a aquel momento.
Cuando el sol ya había salido por completo, Stefan se despidió con una caricia en el rostro de la muchacha y, al salir de la habitación, comenzó a caminar planta abajo sin saber que allí encontraría un interrogatorio por parte de su hermano.
— ¿Jugando con humanas nuevamente? —El tono de hablar de Damon podría sacar de quicio hasta a la persona más paciente de todo el mundo y, en este caso, Stefan tan solo optó por ignorarlo— Oh, vamos hermanito, no serás tan estúpido de enamorarte de ella ¿Cierto? ¿Has pensado que puede matarte si tan solo lo desea?
Stefan dio la vuelta con la intención de escabullirse y evitar las estúpidas preguntas de Damon. Si seguía escuchandolo todo se saldría de control y era algo que él no quería. Al pisar apenas un escalón su hermano habló nuevamente:
—Eres un vampiro, ¿Lo recuerdas? —Stefan asintió un tanto casquibajo—. Somos uno de los depredadores más peligrosos de todo el mundo pero tú… tú mi querido amigo eres un destripador. Tu sed por la sangre humana es como un tipo de crack para ti, no deberías ser el tipo que rescata a las damiselas en peligro ¡Deberías matar por sangre, ese es nuestro único propósito: matar
El vampiro suspiró y tuvo el deseo de callar a Damon de una vez por todas, pero no lo hizo. Sabía que ese era el deseo de su hermano y estaba más que seguro de que no se lo cumpliría o, al menos, no por ahora. Stefan caminó hacia la puerta de entrada y la azotó luego de salir por ella, dejando a Damon con sus palabras en la boca.
[…]
Crystal se encontraba en la cocina de los Salvatore preparando su desayuno mientras que por sus auriculares escuchaba “Who Are You Really”, una canción con la que más de una vez se había visto identificada... Pues ¿Quién era ella realmente? En verdad, no lo sabría decir. La vida de Crystal Reid era un oscuro mar de secretos y mentiras, todos hablaban de la cazadora pero pocos sobre la persona que se encontraba detrás de ella ¿Es qué alguien la conocía realmente? ¿Alguien había visto más hayá de su fría apariencia? La respuesta es simple: nadie lo había hecho.
Al terminar de preparar su desayuno, se sentó en una de las sillas del lugar y comenzó a comer aquellas tostadas acompañadas de licuado de frutilla. Le parecía sorprendente saber que Damon y Stefan tenían comida en la casa, ella sabia que ante el paladar de los vampiros era sumamente repugnante y no entendía porque habría en aquel lugar. Cuando bebió el último trago de aquel licuado repentinamente el timbre de la casa sonó; soltó un suspiro agobiado mientras que caminaba hacia aquella puerta. Al abrir no había absolutamente nadie y por ello observó a ambos lados creyendo que tan solo era una broma de algún niño o estúpido adolescente inmaduro. Cuando estaba apunto de cerrar, observó el suelo por inercia y allí se encontraba una carta bajo el nombre de “Crystal Gilbert”, la recogió y entró nuevamente, llevándola en mano hasta sentarse en uno de los sofas, donde la leyó:
La familia Mikaelson los invita esta noche a las siete, habrá bailes, brindis y festejos.
Crystal volteó la carta y allí aparentemente seguia:
 Nos da mucho entusiasmo saber que hay una nueva Gilbert en Mystic Falls. Nos encantaria contar con tu presencia.
Attentamente. Niklaus Mikaelson y Familia.
pd; recuerda vestir elegante.
Con poca delicadeza arrojó aquella invitación a un lado mientras comenzaba a pensar en lo que les preguntaría a los Salvatore al tenerlos frente a frente. Ella no era ninguna tonta, sabía que la carta era para ella pero ¿es que esto estaba relacionado con el "maravilloso" plan de Stefan?

Cuando la cazadora se enamoró [Kol Mikaelson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora