((UNO;❀))

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El segundo trimestre estaba a punto de terminar. Parecía que el año había pasado demasiado pronto, o tal vez lento. Depende de cada uno.
Lucy siempre sintió el tiempo de forma lenta a su alrededor, pero este año había sido diferente de lo usual.
Había conocido a Gray, por quien tenía un fuerte cariño desde que lo había conocido. Y lo único que tal vez le había arruinado la mayor parte del año, fue haberse enamorado de la peor persona. ¿Por qué no de Gray? O simplemente, ¿por qué no de otra persona? Ya entendía porqué el amor es ciego.
En fin, dejando todo eso de lado, Lucy sólo pudo observar. Gray siempre le decía que era algo doloroso, le preguntaba por qué seguía haciéndolo, pero Lucy no contestaba.

Una tarde, Lucy no pudo volver a casa junto a Gray. Él le había comentado que debía jugar un torneo de fútbol junto a otra escuela. Lucy, al principio dudó un poco de sus palabras, pero luego ella se fue sin decir nada.
Ese día, tomó un camino diferente. Era solitario y silencioso; era igual que con Gray, silencioso. Pero nunca se había sentido tan sola.
Continuó caminando, hasta que se detuvo al oír continuos pasos detrás de sí. Tuvo el valor de girar su cabeza y contuvo su grito de terror. Cayó al suelo por el susto y levantó su mirada, intentando ver quién era.

—Cuánto lo siento, Lucy —oh, vaya. Era Juvia Lockser y sabía su nombre, y por sobre todo eso, intentaba ayudarla—. ¿Estás bien?

La timidez de Lucy sólo le permitió asentir en respuesta.

—Qué bien, —habló Juvia de forma tímida—. ¿Crees que te importaría hablar un momento conmigo?

—No, claro —logró decir Lucy.

Juvia se sentó en la acera del camino y se aferró a su bolso. Dio un largo suspiro y comenzó. —Sé que esto es repentino, pero, quería decirte que me gusta Gray.

Lucy sólo la miró en silencio y la escuchó con atención.

—Siempre quise estar tan cerca de él como tú, pero creo que jamás se sentiría como yo.

—Y, ¿por qué crees eso? —se atrevió a preguntar Lucy.

—Porque él te mira a ti, Lucy —sonrió Juvia con sinceridad—. Pero tú no lo miras a él, y eso lo sabe. Puedo verlo en sus ojos; él sufre mucho.

—Y-yo nunca lo supe —balbuceó Lucy apenada—. Qué estúpida fui.

—No lo eres, es más, —Juvia tragó saliva—, si Natsu nunca me hubiera contado sus sentimientos, jamás me habría enterado.

Lucy la miró con sorpresa.

—A ti te gusta él, ¿cierto? —Lucy asintió, avergonzada y con sus pálidas mejillas rosadas—. Ve por él, Lucy.

—¿Qué hay de Gray?

—Creo... que lo intentaré —sonrió Juvia animada. Se levantó del suelo, sacudió su falda, y se fue alzando su mano en señal de saludo.

Lucy tomó sus cosas y camino en silencio hasta su casa. Se sentía raro. Como si quisiera dar saltos de felicidad por todas partes. Pero algo no le terminaba de gustar. Algo no encajaba, algo le preocupaba pero todavía no sabía qué.

 Algo no encajaba, algo le preocupaba pero todavía no sabía qué

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Cambiando de perspectiva, nos dirigimos a Natsu. El chico alegre, amistoso y comediante del que todos quieren ser amigo.
Sin embargo, Natsu se siente tan solo, que ni el entiende porque al estar rodeado de tantas personas se siente tan solitario. Tal vez porque esas personas sólo están ahí por mero interés.
A veces quisiera tener un amigo de verdad. Alguien que se preocupara por él y lo escuchara cuando sea necesario. Lo necesitaba.

Se levantó de su cama a regañadientes, queriendo descansar un poco más, pero su alarma se lo impedía, diciéndole que era hora de desayunar e ir a la escuela.
Todo habría ido bien (o igual) si Natsu no hubiera empujado a esa chica rubia de la cual ya había olvidado su nombre.

—Lo siento, ¿estás bien? —preguntó levemente despreocupado.

Lucy asintió en respuesta y continuó caminando cabizbaja hacia la escuela.

Natsu, curioso y atraído por la timidez de la chica, se le acercó con confianza.
La observó y no tardó en reconocerla.

—¿Lushy? —ella suspiró, ¿había tardado tanto para darse cuenta?

—Qué hay, Natsu —dijo ella levantando su rostro.

—Wow, no te veo desde inicios de marzo, ¿qué sucedió con nuestra amistad, tonta? —cuestionó Natsu aferrándose a ella como una garrapata, eso pensó Lucy.

—No lo sé, ¿qué piensas tú? —preguntó irónicamente, quitándose a Natsu de encima.

—¿Te soy sincero? —Lucy lo miró con los brazos cruzados—. ¡Te extrañe mucho!

¿Por qué debía lidiar otra vez con este tema? No era justo. Él se veía feliz y animado, y ella tenía que vivir El sufrimiento de no ser correspondida.

—Supongamos que yo también lo hice.

—Supongamos que yo también lo hice

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Juvia lo observó. Gray, se veía tan pacífico y relajado leyendo alrededor del jardín, que Juvia no pudo evitar tropezar y caer sobre el pasto.
Con toda la vergüenza del mundo se levantó y salió de allí rápido.

Gray sólo alcanzó a ver una cabellera azulada perdiéndose por el camino.
Alzó una ceja extrañado y sin tomarle importancia, regresó a su lectura.
Minutos después, su teléfono vibró, y sonrió embobado al ver que el mensaje que se le había enviado era de Lucy.

❛La Vie En Rose❜┇NaluDonde viven las historias. Descúbrelo ahora