((DOS;❀))

59 9 0
                                    

Juvia acomodó su cabello nerviosa. Hoy era el día, por fin hablaría con él.

Caminó a pasos temblorosos por el pasillo de la escuela hasta llegar a la cafetería. Allí, buscó con la mirada a Gray hasta toparse con él unos metros más adelante.

Tomó aire y caminó firme y decidida hacia donde Gray se encontraba.

—Hola —saludó balbuceando.

Gray levantó la mirada hasta encontrarse con una chica, muy bonita a decir verdad. Era como una muñeca, pero él no estaba interesado.

—Qué hay —imitó Gray, extrañado por el repentino acercamiento de esa chica.

—Soy Juvia Lockser —se presentó con una sonrisa tímida.

—Gray Fullbuster —asomó su cara, observando detrás de Juvia para ver si se trataba de alguna farsa. La chica era demasiado linda como para acercarse a él—. ¿Es algún tipo de broma o qué?

Juvia torció su rostro en una mueca confundida—. ¿Qué? Oh, no, no. Sólo quería hablarte, desde que las clases comenzaron en realidad, pero... tenía miedo y un poco de vergüenza.

La chica rió con las mejillas encendidas en suave tono rosa que resaltaban por su pálida piel. Gray no pudo negar que aquello le pareció tierno. Un poco.

—Ah... en hora buena, acabas de hablar conmigo —sonrió Gray y Juvia se sonrojó ante lo brillante que era su sonrisa.

—Sí... ¿Puedo quedarme contigo? —cuestionó tímida. Gray miró de reojo su celular, tal vez Lucy le había escrito. Pero no, ni siquiera había visto su triste mensaje.

Miró a Juvia que le tendía una sonrisa amistosa y no pudo hacer más que aceptar: —Por supuesto, siéntate aquí.

Miró a Juvia que le tendía una sonrisa amistosa y no pudo hacer más que aceptar: —Por supuesto, siéntate aquí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¡Ey, Lushy! ¡Quédate un poco más! —propuso Natsu sentado a su lado.

Ambos jóvenes estaban dentro de la biblioteca, donde se suponía que debían hacer silencio, pero digamos que Natsu hacía más bullicio de lo normal. Qué extraño.

—Shh, ¡no quiero que nos saquen a patadas de aquí! —murmuró Lucy a gritos.

—¿Entonces te quedarás? —preguntó Natsu con ojos brillantes.

—Si te quedas callado, tal vez lo pensaré —dijo Lucy con una sonrisa.

—¡Lo haré! —gritó Natsu a todo pulmón.

—¡Baja la maldita voz! —gritó ahora Lucy.

—¡Shh! —calló la bibliotecaria ruidosamente.

—¿Ves lo que te digo? Ya vámonos —y arrastrando a su amigo se marcharon de la biblioteca.

—Lushy —llamó Natsu.

—¿Sí?

—¿Cómo puedo gustarle a una chica? —preguntó con timidez. Lucy sintió un nudo en su estómago, era obvio que se refería a Juvia.

—No lo sé, Natsu —respondió con la voz casi temblando—. Debes ser tú mismo, debes gustarle a una persona siendo tú, ¿por qué deberías cambiar?

—Lushy… ¿estás bien? —cuestionó Natsu al notar la voz rota de Lucy.

—Está-está bien, sólo recordé algo —no muy convencido, Natsu asintió, sabiendo que ya no debía preguntar más.

—Si necesitas ayuda aquí estaré, Lushy —señaló Natsu con una cálida sonrisa.

Lucy rió divertida. —Cállate, no digas eso.

—Pero es verdad —rió Natsu—, siempre estaré para mis amigos.

amigos”, repitió Lucy en su cabeza. Remplazó su mueca triste por una feliz y exclamó agradecida un "gracias".

Luego de ese día Natsu había estado un tanto inalcanzable, si bien estaba rodeado de gente todos los días era muy complicado conseguir un poco de tiempo con él.

Los días sin Natsu eran como días en blanco, días que nunca recordarías dentro de unos cuantos años. Eran tristes y aburridos; blancos como una hoja de papel. Y sí, a decir verdad la mayoría de sus días eran blancos porque casi nunca podía verse con Natsu. Y si lo hacían era para ayudarlo a entender cosas sobre matemática. Digamos que Natsu la tenía difícil con esa asignatura.

Claro que por hoy, su aburrido día había acabado; y ya estaba por marcharse a casa, sólo debía pasar por la oficina del profesor Laxus y ya podría irse.

Y resulta que el profesor le había reclamado unos trabajos de parte de Natsu, ya que ellos supuestamente eran "muy unidos". A Lucy no le quedó más que aceptar, así que del despacho del profesor, se dirigió directamente a la cancha de básquet; donde Natsu jugaba eufóricamente junto a sus compañeros.

No quería interrumpir, por lo que esperó a que el partido concluyera.

Minutos más tarde, ella estaba sosteniendo un par de libros, mientras saludaba a Natsu con una suave sonrisa. Él se acercó, bañado en sudor y con una sonrisa de oreja a oreja.

—¡Lushy! ¿Qué haces por aquí? —preguntó sonriente.

Lucy rió. —¿Adivina quién quiere su tarea de matemática en este momento?

El rostro de Natsu se tornó aturdido y abrió la boca conmocionado.

—¡No la hice, Lushy! ¡Va a matarme! —exclamó preocupado.

Lucy lo miró sorprendida y abrió la boca para gritar: —¡No si yo te mato primero, idiota!

[…]


—Aquí tiene, profesor —dijo Lucy extendiendo unos papeles con una sonrisa brillante; a pesar de que estaba algo desaliñada.

—¿Por qué… tardaste tanto? —preguntó arqueando una ceja.

—Tuve unos inconvenientes en el camino —sonrió despreocupada.

—Bueno, puedes irte —suspiró el hombre.

—Que tenga un buen día —saludó cerrando la puerta detrás de ella—. ¡Jamás volveré a hacer tu tarea otra vez! ¡Que te quede claro, Natsu!

—Perdón, Lushy —murmuró en voz baja. Lucy resopló, fastidiada pero al fin y al cabo feliz. Podía perdonar a Natsu todas las veces que él quisiera.

—Está bien. Ya me voy —comentó mientras acomodaba su cabello—. Adiós.

—¡Espera, Lushy! —la detuvo Natsu.

—¿Qué sucede?

—¡Vamos juntos! —exclamó rebalsante de felicidad.

Y Lucy no respondió, porque Natsu ya sabía que probablemente aceptaría.
También porque probablemente Natsu conocía sus sentimientos.
Y tal vez por otra larga lista de cosas.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 08, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

❛La Vie En Rose❜┇NaluDonde viven las historias. Descúbrelo ahora