Día 14 -Novela Juvenil-

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«Cuando una puerta se cierra»

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—Una ventana se abre.

La voz de su madre se desvanecía entre sus recuerdos. Al morir toda su familia en ese accidente, se empeñó en recordar lo último que habló con cada uno de ellos. No recordaba las últimas palabras de su padre, ni su hermano. Pero sí las de su madre porque discutían.

Aunque no la escuchaba, sólo recordaba esa frase cuando cerró la puerta de un portazo. Dejó de oírla en cuando la castigó.

—¿En verdad lo harás? —Una voz grave preguntó a sus espaldas.

Casi se cae por el susto.

—¡No! Por favor que susto —respondió ella sujetándose el pecho con el corazón alterado.

—Parecías apunto de...

—No iba a saltar —repitió—. ¡Solo me faltaba eso!

Casi se lo gritó mientras se separaba de la cornisa, echando un último vistazo a los transeúntes que ignoraban su existencia. Al menos los de la calle.

—Solo necesitaba un respiro y reflexionar —explicó sin venir a cuento, era un extraño después de todo—. Tranquilo héroe no tienes que salvar a la damisela.

—Menos mal —No parecía muy convencido, ella seguía junto la cornisa—. ¿Un día duro?

—Solo te falta la capa —Él comenzó a reírse por el comentario—. Ya te he dicho que no tienes porque preocuparte. Saltar sería lo fácil. Rendirse sería lo típico. Ya he tenido mucho de eso después de que mi familia muriese y lo último que hize con ellos fuese odiarlos. Un bonito recuerdo para la posteridad —ironizó.

—Lo siento —tartamudeó él sin saber que añadir.

—Lo último que dijo mi madre fue: una ventana se abre; ¿qué ventana ni que leches?

Estaba tan rabiosa que no se percató de la cercanía del chico. Había sido muy sutil.

—Cuando una puerta se cierra —le dijo.

—¿Qué? —O el chico estaba grillado o no era la única que decía cosas sin sentido, pensó ella.

—Lo que has dicho sobre la ventana. Es el final de la frase.

Ella abrió los ojos en un momento de iluminación. No sólo cobró sentido la frase, de pronto lo sintió un mensaje. No uno cualquiera, uno que apaciguó su vacío.

Algo húmedo en sus mejillas se enfrió al contacto con el viento que soplaba a esas alturas. Lágrimas de alivio y no sólo tristeza. Una frase de ánimo le dio su madre incluso cuando se enfadaron.

Ella volvió a mirar a la gente que andaba por las calles, ignorando al héroe que le había consolado. Un nuevo horizonte lleno de esperanzas y un mensaje de ánimo la iba a acompañar desde ahora.

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Caja de sorpresas para retos inesperadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora