Día 25 -Misterio 2-

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«Pistas obvias para mentes encerradas en el trabajo»

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En la caja sólo habían algunos objetos sin aparente conexión. En la nota que había en su interior sólo indicaba una pregunta:

«Busca que tienen en común y encontrarás la siguiente pista. Recuerda que no tienes mucho tiempo, tu familia te espera»

Un cuchillo, una servilleta, un tenedor; es lo único que contenía y no veía relación ninguna entre ellos.

—Son objetos, son tres, ¿se usan para comer?

Enumeraba posibilidades, tal vez la siguiente lista o explicación de esto la encuentre en la cocina.

Allí se dirigió sin mucha convicción, puesto que mientras desayunaba no había visto nada. Buscó en cajones, armarios e incluso en la nevera, pero no vio nada fuera de lugar.

Derrotado se sentó en el suelo frente la nevera, intentando entender qué ocurría. Imaginar a su familia en un posible peligro, le hizo mirar la foto que había de ellos en la nevera. Fijándose en que su padre tenía en sus manos lo que había encontrado en la caja.

La foto la tomaron en un restaurante que estaba muy cerca, pero no quería creer que pudieran estar involucrados en éste despropósito, y aún así, allí se dirigió.

En el local celebraban un cumpleaños y nada más entrar se dirigió a la barra con intención de preguntar por su familia. Había mucha gente y le costó abrirse paso, pero una vez llegó, el camarero le atendió enseguida.

—Hola Sergio, ¿has visto hoy a mi padre?

—Ha dejado esta caja para ti y después se ha ido con prisas —le dijo.

—¿No te habrá dicho a dónde?

Tras negarlo con la cabeza, se fue a atender a otros despidiéndose con un rápido gesto de mano. No insistí, me limité a abrir la caja.

Contenía un globo, un matasuegras, una vela de cumpleaños y confeti; a un lado una nota.

«Esto debería ser divertido y tú perdiendo el tiempo, ¿dónde estás buscando?»

—¿Divertido?

Miré alrededor sin comprender.

—¿La fiesta?

Nadie entre la multitud le sonaba de nada, no entendía la pista. La gente comenzó a reunirse alrededor de una mesa donde estaban llevando una gran tarta. Cantaron feliz cumpleaños a una chica, con evidente estado de embriaguez y ésta casi cae sobre la tarta, manteniendo con gesto heroico el equilibrio.

No tenía sentido, por lo que de nuevo me quedo inmóvil por la frustración, más derrotista que antes y temiendo lo peor por mi familia.

Salgo sin rumbo del restaurante y sin saber muy bien como acabo en el portal de mi casa. Veo movimientos apresurados en ella. Subo corriendo hasta la puerta de mi vivienda y la abro de golpe.

Un montón de amigos y mi familia se quedan como congelados con distintos adornos festivos mirándome.

Mi padre se dirige a mi madre con voz acusadora le dice:

—¡Te dije que las pistas del cumpleaños sorpresa eran muy evidentes!

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Caja de sorpresas para retos inesperadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora