Abril 30

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Querida Valeria:

Ya ha pasado un año desde la primera vez que te hablé.

Usabas sólo frases irónicas para mantener la conversación.

Te pregunté qué era lo que buscabas. Guardaste silencio y sólo pude pensar que eras alguien reservada.

A pesar de tus secretos aprendí a leerte, te comparé con un libro, un libro que debes leer quizá un par de veces antes de comprender por completo su complejo contenido, pero que una vez lo has hecho, te deja fascinado.

¿Recuerdas aquella vez en la que preguntaste por mi libro favorito?
Creía tenerlo claro, pero demoré un poco antes de responder.
A diferencia de esa vez, tengo una respuesta clara ahora, mi libro favorito lleva sobre la portada tu nombre. Aún no he terminado de leerlo por completo.

Solías decir que la biblioteca era tu casa, pasabas tanto tiempo en ella, que los administradores conocían tus horarios.
Reí porque eso reforzaba mi comparación.

La biblioteca sabía sobre ti, ¿Sabría tanto como yo sé? ¿Se habría enamorado también?

Si es así, no quisiera ser yo quien le hable de la desilusión a la que se acaba de someter. ¿Se rendirá cuando descubra que tú no quieres a nadie?

Y si digo 'nadie' no pretendo decirlo con ligereza. He descubierto que tú misma entras en esa descalificación.

Cómo me gustaría cambiar eso.

—Paul.

Cartas Para ValerieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora