Alejandro se hallaba durmiendo plácidamente hasta que una llamada interrumpe su sueño, toma el teléfono de la cómoda de junto a su cama muy molesto y contesta manteniendo la calma
- Hola?..

A cambio recibe respuesta de su jefe

+ Hola Alejandro, Buen día, tengo la sospecha de que en el mini-market el nuevo se esta robando cosas.

- El nuevo?.. Que lo hace sospechar eso?.

+ Pues, en su turno desaparecen muchas cosas, pero la llamada no es para esto, le quería pedir un favor, que revise las grabaciones de las cámaras de seguridad para ver si encuentra algo extraño.

- Pero eso significaría que tengo que estar más horas de lo habitual, no suena a buen plan, porqué no solo lo despide y ya?.

+ Te pagaré las horas extra.

- Está bien... Lo veré más tarde

Corta la llamada dejando nuevamente su celular en la cómoda, al mismo tiempo que da un largo suspiro y se levanta de la cama con bastante sueño. Tomó el uniforme del mini-market y comenzó a vestirse rápidamente ya que le tocaba intercambiar turno con el nuevo, a el le parecía un poco raro y hasta escalofríos le daba, pero tampoco podía juzgarlo sin siquiera conocerle, teniendo en mente, se dirigió hacia el mini-market, al cambiar turno con el nuevo todo parecía absolutamente como de costumbre.

Ingresó al local unos minutos después una clienta habitual, la Señora Marsh, la cual compraba su paquete de cigarrillos y unas toallas higiénicas, y luego se iba a casa, el veía como el tiempo transcurría muy lento, y como su día se hacia interminable además de tener que hacer horas extra mirando las grabaciones. Mientras pensaban en ello, entró un joven, compró unos chicles, un paquete de galletas tritón, pagó y se fue, para el todo era muy normal, muy rutinario, nada fuera de lugar.

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