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Pesadilla...



El sueño era una actividad que podrias hacer de manera tranquila sin ningun incoveniente, relajarte

Eso ya no existia para el

Dormir solo significaba escuchar los gritos desesperados de su Madre, escuchar justo a su lado como los golpes se intensifican... Escuchar de cerca el infierno que se convirtio su vida en un abrir y cerrar de ojos. Sentir como todo el coraje en su sistema le obliga a golpear a su Padre llegando a una pelea donde lastimosamente el sale mas herido

Donde desea ver muerto a su Padre, donde reza interiormente para tomar fuerza y clavarle la navaja que siempre trae en su bolsillo

Kei no lo soporta más

No duerme, ya no lo hace. Se desvela cuidando el sueño de su Madre que con miedo de dejarle solo en la noche le dice que ella se quedara despierta... No la dejara desde la ultima vez

Ya no, nunca más

Su salud mental ya no lo soporta, sus emociones menos y su autoestima cae tan estrepotisamente como el balon cuando un punto a favor se marca. Kei puede enumerar los moretones que tiñen su piel, las heridas que surcan la piel de su espalda y ni que decir de sus nudillos; la pared ha salido mal librada de los potentes golpes que arremete contra ella tratando de en vano erradicar esos pensamientos de querer asesinar a su Padre

Ya no disfruta vivir; cada minuto que esta lejos de su hogar significa dejar sola a su Madre... Eso le duele

¿Desde cuando la familia donde crecio se desfiguro?

Quien sabe, posiblemente siempre estuvo desfigurada y rota pero en la inocencia de su infancia y adolescencia no lo supo interpretar, hasta ahora

¿Que habia hecho el para merecer eso?

Victima del egoismo de su Padre, las circunstancias le hicieron ello y recayo en ellos

¿Porque no lo mata a el y deja en paz a su Madre?

...

¿Porque Taiso no puede morirse?

Cierra los ojos y bebe mas de esa bebida energetica que sin falta Hinata cuela dentro de su bolso de deportes ya que todos habian comenzado a cuestionar dicha compra compulsiva. Y Kei no les diria la verdad

No... Por ahora

Hasta ese entonces solo habia confiado en Hinata porque el vivio lo mismo y eso explicaba el porque habia logrado leerlo a la perfección... Entre ellos lograron entenderse

Se sentia ligeramente bien el contar con el para poder hablar

Pero no todo era color de rosa, para nada; desde que ingreso al equipo su Padre no se cansa de insultarlo de decirle que fracasara en la vida, que sus sueños eran estupidos... Que nunca podrian salir de esa vida... Que jamas lograria salvar a su Madre

Que el los mataria primero

El silencio en complicidad con la oscuridad de la noche se permitio dejar salir esas lagrimas, esas lagrimas que se empeñaba en no mostrar durante la palizas que eran pan de cada dia

No le daria el gusto

Aun asi no pudo retener mas esos sollozos que de lo mas profundo de su garganta emergieron. Kei se sentia tan frustrado, tan debil, tan dolido y tan Patetico, le dolia todo fisica, psicologica y emocionalmente

Eso no era vida... Ya no

Sus ligeros sollozos lograron despertar a la mujer que dificilmente dormia en la cama de su hijo menor que le cuidaba y cuando lo miro su corazón se detuvo

Todo se estaba destruyendo

Lo abrazo como si su vida dependiese de ello, como cuando se entero que el se sentia menos, como cuando lo miro llorar por la partida de su Padre, como cuando escucho sus gritos y sollozos cuando de entero de la mentira de Akiteru... Solo como una Madre abrazaba a su hijo

—tranquilo —intento la mujer de cabellos rubios oscuro limpiando las lagrimas que no paraban de deslizarse por las sonrojadas mejillas de su hijo; su pequeño guerrero, su pequeño dinosaurio— saldremos de esto cariño

Kei no pudo soportarlo más la abrazo con fuerza deseando estar asi para toda la vida, no soltarla, no dejarla con el causante de sus heridas... No dejarla con quien juro amarla y ahora la golpeaba... Los golpeaba

—Mamá —lloro el rubio sin interesarle ver se patetico ante quien siempre le amaria. Frente a su Madre— p-perdon, Mamá p-perdon

Los ojos castaños de la mujer se crustalizaron ante esas disculpas, su hijo no tenia la culpa de nada, era tan valiente por defenderla y siempre intentar protegerla... Era ella quien debia pedir perdon por ser tan debil

—hijo tu perdoname a mi. Perdoname por ser tan debil —pidio con el corazón el mano la mujer de cabello rubio oscuro mirando a su hijo a los ojos, esos ojos que solian brillar sin descanso cuando su Padre le regalaba un nuevo dinosaurio o como cuando su hermano mayor le decia emocionado que jugaria con el— perdoname, Kei perdon. Cariño y-yo

Solo basto un abrazo, un abrazo que ocultaba toda respuesta, todo dolor y que trataba de curar heridas

Entre lagrimas y abrazo sin final soñaron despertar de aquella vivida pesadilla...

¿Tsukki?...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora