Capítulo 1

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Capítulo 1

Año 2089, el mundo ha progresado en ciertos aspectos, pero una ley se agregó hace sesenta años «Prohibición Homosexual Absoluta». Conocida como la PHA, está ley establece que queda totalmente prohibido tener una relación con una persona del mismo sexo, se castiga con cárcel y se es mandado a un centro de rehabilitación para hacer conciencia sobre el delito. Una vez rehabilitado puedes regresar a la sociedad con un compromiso que te obliga a contraer matrimonio heterosexual en un plazo de tres meses. Quien se reúse o no logre retractarse y acatar la ley será inevitablemente condenado a muerte. La PHA es una ley totalmente abrupta, pero fue propuesta por la sociedad. Tras una oleada de parejas homosexuales, la iglesia proclamó que estaba en contra del orden común y que estas personas posiblemente eran amenazas de una secta contra dios. Se dijo que los homosexuales estaban en contra de la gracia del señor, ya que se cree que las parejas deben ser de hombre y mujer indiscutiblemente. La sociedad comenzó a hacer presente su molestia tras darse con más fuerza ese tipo de relaciones y tomó cartas en el asunto. Dos años antes de ser aceptada la PHA como ley, diariamente se encontraban parejas del mismo sexo masacradas en las calles de las ciudades, personas golpeadas hasta la muerte a causa de sus preferencias sexuales; claramente en forma de molestia y advertencia. Se presentaron innumerables huelgas y protestas contra estas personas y muchas recurrieron al suicidio al ser rechazados por la sociedad. Después, tras el revuelo sobre el tema y la iglesia haciendo presión lograron formar la PHA y todo el mundo quedó conforme con esto. Creyeron que terminarían con los “Homos”, pero sólo los orillaron a guardar su secreto.

Con la mirada fijamente en el televisor se encontraba el pequeño Harry con tan sólo 6 años de edad, observaba entretenidamente un programa televisivo infantil. El niño rizado se levantó de su asiento y se dirigió sigilosamente hasta la cocina para tomar una galleta. Caminaba de puntillas evitando todo el contacto de sus plantas con el frio suelo, ya que no tenía puestos sus zapatos. Al llegar pudo notar como su hermana Gemma entraba muy risueña junto con su amiga Lottie, se podía notar su felicidad después de un rato en su patio trasero. —¡Se bueno, Harry —le dijo Gemma al pequeño de ojos verdes mientras hundía sus manos en el cabello de su hermano. Harry regresó a su lugar y continuó la rutina. Poco después entró su madre y hablaba por teléfono, decía cosas sobre planes que tenía con sus compañeros en la iglesia y de pronto comentaba la molestia por un rumor que había estado rotando esa semana entre el vecindario. Se decía que se ocultaba una pareja de Homos en la misma calle y estaban totalmente enfurecidos los vecinos. Harry sólo escuchaba, pero no comprendía el tema por el cual su madre estaba indignada. —Creo que debemos dar fe a las autoridades, ellos sabrán tomar cartas en el asunto —decía Anne por teléfono—, no podemos ver el vecindario manchado con personas como esas, es un delito. El pequeño vio a su madre, está después colgó el teléfono y lo abrazó. —Cariño, ¿Puedes hablarles a Gemma y Lottie? Diles que la cena está lista —Harry asintió con la cabeza y subió hasta el cuarto de su hermana. Corría hasta llegar a unos metros de la habitación de Gemma, se acercó lentamente para entrar de repente por el umbral de la puerta y darles un pequeño sobresalto a las adolescentes de 15 años. El pequeño se preparó y de un saltó entró a la alcoba produciendo un sonido parecido a un rugido. Harry, abrió los ojos como platos al ver que ambas estaban dándose un beso en los labios. Las dos chicas al verlo se sobresaltaron y corrieron hacia él para evitar que contara algo de lo que había visto. —¡Harry, no has visto nada! —le dijo la rubia de Lottie. —Harry, ¿Por qué has entrado así? —reclamó Gemma. —Yo… ¿Qué hacían? —preguntó el niño. —Nada, ¿A qué vienes? —Mamá dice que bajen a cenar. —Ya vamos, ahora vete y no viste nada —expresó su hermana. Harry no entendía el porqué de la actitud de su hermana y su amiga. Sin más omitió aquello que había visto hace unos minutos y bajó de nueva cuenta a encontrarse con su madre.

PANDEMIA - Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora