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Minghao💫

Tú eres mi primer y último amor

¿Acaso estaba destinada a fracasar en todo? Me estaba quedando sin dinero para pagar la renta del apartamento, y para colmo no podía dejar de pensar en el chico nariz bonita.

¿Por qué el único chico en el que me había interesado desapareció como si de niebla se tratara?

Recuerdo la primera vez que lo vi, era un otoño bastante frío a comparación de otros años, mientras se caía el cielo, grandes gotas de lluvia amenazaban con mojar toda mi anatomía, así no tuve más opción que quedarme donde estaba; bajo el techo de la parada de autobuses.

Habían pasado cerca de 45 minutos y no veía señales de ningún autobús, y menos de mi ruta.

Mi celular se estaba quedando sin pila, me gruñía la tripa, las hojas de los árboles cayendo y la lluvia lo único que hacían era recordarme que mi vida era lamentable; nada estaba bien y menos cuando me acababa de quedar sin trabajo, me había despedido por supuesto recorte de personal.

Ja! Que se jodan

Sin permiso las lágrimas empezaron a correr por mis mofletes sin poder pararlas al mismo tiempo que comenzaba a temblar por el frío, yo solo quería un día dónde aunque fuera me saliera algo bien.

Hasta que sentí un peso en mis hombros; una chaqueta de cuero.
Voltee violentamente hasta ver a mi lado un chico bastante alto y delgado.

El seguía mirando al frente así que pude ver su perfil, siendo llamada mi atención por su respingada nariz.

En el momento en que me armé de valor para decirle algo, el simplemente cruzó la calle y camino en dirección contraria, importándole muy poco empaparse de pies a cabeza a tan bajas temperaturas.

Al llegar a casa me despoje de la ropa, para darme una ducha caliente.

Al salir ya vestida con mi pijama tome en mis manos la chaqueta y aspiré un poco, olía a jabón y menta.

Al día siguiente mientras me dirigía a la compañía a recoger objetos personales que tenía en mi oficina, se me hizo ver  al mismo chico entrar a una cafetería, no tenía tiempo.

Corrí como si mi vida dependiera de ello hacia la oficina y sin saludar tomé la caja donde descansaban objetos varios.

Llegué lo más rápido que pude a la cafetería para darme cuenta que ya no estaba ahí.

-Disculpa -hablé con mi voz más amable posible.

-Si digame señorita -contestó con una gran sonrisa en cajero, alcancé a leer en su gafete el nombre "Sooyoung".

-Hace menos de diez minutos vino un chico alto, delgado y  tenía una nariz muy bonita -me arrepentí al darme cuenta que había dado un dato totalmente innecesario que guardaba solo para mí -Y hoy usaba un suéter rojo.

-¿Hablas de Minghao? Somos cercanos, es uno de mis mejores amigos del instituto. -habló para después mostrarme una fotografía de su celular, ese era mi chico.

Mientras yo era una vieja de 25 recién graduada, el chico estaba cursando su último año, probablemente rondando los 19.

Le había contado un poco de lo de ayer y el sonriente Sooyoung decidió apoyar y darme la dirección de Minghao.

Me sorprendí al ver que era bastante cerca de mi casa, edificio alto de apartamentos muy bonitos.

Subí al elevador pulsando el número 13.

El sonido de las puertas abriéndose me impulsó a buscar el número 453 en las puertas.

Casi al final del pasillo encontré dicha puerta, toqué el timbre preparándome para verlo una vez más.

Toqué el timbre dos, tres y cuatro veces más y no recibí respuesta.

Sin darme por vencida decidí golpear con mis nudillos la puerta.

Cuando estaba a punto de pegar la vuelta e irme por donde había llegado, la puerta crujió dejando a la vista a un hermoso ser humano vistiendo una pijama de dinosaurios.

Él abrió los ojos de par en par y cuando vi que hizo amago de cerrar la puerta, mi pie lo detuvo.

-Toqué demasiado, ¿te desperté? -hablé fuerte y claro.

El chico no me contestó, no conté con ser arrastrada dentro de su casa mientras el se perdía en un pasillo.

Me quede petrificada sin saber que hacer o decir, el se dirigía a mi mientras se colocaba algo en ambas orejas llamando completamente la atención.

Aparatos auditivos

Él me regaló la sonrisa más hermosa y yo no pude devolvérsela.

Una opresión se instaló de inmediato en mi pecho, sentí como se aguaban mis ojos, advertí unas inmensas ganas de echarme a llorar.

El lo notó de inmediato, me mordí el labio que me temblaba y le entregué la chaqueta que tenía pegada entre mis brazos.

-Te agradezco lo de ayer, no me encontraba muy bien. Un chico llamado Sooyoung me ayudó a encontrarte, de verdad gracias - me incliné haciendo una pequeña reverencia que me devolvió de inmediato.

-No fue ningún problema, lo volvería a hacer si pudiera -contestó mirándome por poco más de un segundo, para después bajar la cabeza.

Un rubor ardiente se alojó en mis mejillas.

¿Cómo podía afectarme de esa manera?

Apenada pero reuniendo el poco valor que llevaba me acerqué un poco para ofrecerle mi mano, no tardó en estrecharla.

-Mi nombre es JaeMin, Hwan JaeMin.

Al separar nuestras manos me di cuenta que las lágrimas ya estaban recorriendo mi rostro sin permiso alguno, vi como su rostro se deformó al no comprender.

No tengo idea que fue lo que me hizo lanzarme a sus brazos y gimotear como un bebé.

Lloré como nunca en mi vida sin saber el por qué.

El me devolvió el abrazo y me acercó más a él, dando pequeñas caricias en mi espalda.

Aspiré un poco el olor en su pijama.

¿Amor a primera vista es así como se siente?










One Shots ; Seventeen 💎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora