❀ Cuando JongIn prácticamente odia a su profesor estirado de Matemáticas, lo que menos se espera es que éste se aparezca tan relajado en el bar donde trabaja. Pero al final, JongIn no sabe si podrá controlarlo o si sus manos se saldrán de su camino...
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Después de una semana de trabajo un poco pesado, Do KyungSoo estaba prácticamente tirado en el sofá de su departamento. Había estado viendo la televisión e ignorando por completo el sonido molesto de su celular que le anunciaba las notificaciones, pero era demasiado perezoso como para levantarse, alcanzarlo de la barra de la mesa donde lo había dejado y después silenciarlo.
Casi siempre lo mantenía en silencio debido al trabajo, pero en los fines de semana le ponía el sonido por si algo sucedía o sus amigos le marcaban para ponerse de acuerdo y verse.
KyungSoo no era de muchos amigos tampoco, pero JongDae y ChanYeol hacían un buen trabajo de vez en cuando, incluso JunMyeon se apuntaba para salir a tomar un café o algo por el estilo.
Aunque claro que JongDae siempre decía cosas como que en realidad parecían ancianos yendo a cafés cuando podían salir a divertirse y bailar. A KyungSoo no se le daba eso de bailar, no le gustaba desde que podía recordar, cuando fue prácticamente obligado a ir al baile de graduación de la preparatoria con una chica cuyo nombre prefiere no recordar, a la que estuvo pisando durante todo el evento porque parecía que tenía dos pies izquierdos.
Y quizá era irónico que trabajara en una universidad que impartiera clases de baile, justamente en la facultad de danza; sí, ChanYeol se lo había repetido muchas veces, pero también era el único lugar en el que había encontrado empleo después de graduarse. Ya que en todos lados requerían experiencia, como si estudiar les fuese a dar la experiencia que necesitaban.
Aún con ello, era una persona bastante seria y le gustaba su trabajo, pese a que impartir matemáticas en una carrera en la que nadie espera llevar números no era lo mejor que pudiera pasarle.
El teléfono volvió a sonar y él suspiró, tomando la decisión de que debía levantarse de una vez por todas, porque al final de cuentas desde hacía una semana habían quedado de salir a algún lado y él ya no podía negarse.
Y no lo malentiendan, no es que no quisiera salir o no le gustara, es que se sentía muy cansado y quería dormir todo el día o ver la saga del El señor de los anillos hasta entrada la madrugada. No cualquiera podría entender sus gustos un tanto frikis, a excepción de JunMyeon que lo había invitado infinidad de veces a ver la saga completa de Star Wars.
Tomó el teléfono en sus manos y observó en la pantalla el número de JongDae, chasqueó la lengua antes de contestar y después deslizó el dedo en la pantalla táctil.
ㅡ Más te vale que ya te estés bañando... ㅡ La voz de JongDae repicó en sus tímpanos en cuanto se llevó el teléfono al oído.
ㅡ Bueno, creo que si me estuviese bañando no podría atender el teléfono.
