Día 7: Miedo

49 9 0
                                    

Me senté en la terraza de un viejo edificio que quedaba a unas cuadras de mi departamento, siempre me había gustado venir aquí ya que desde este lugar había una vista espectacular de la ciudad.
Respire profundo, tomé mi libreta y un lápiz. Y estando ahí, viendo mi hermosa ciudad empecé a escribir mi carta del día...

Querido Bruce.

Me gustaría contarte como estuvo mi día, las cosas que me salieron bien y las que no tanto, me gustaría tenerte de frente y mirarte hasta incomodarte, como solía hacerlo.

Sin embargo, uno no siempre tiene lo que quiere ¿No es así?
Si la vida fuera así, así de fácil, las cosas no tendrían sentido, no nos esforzaríamos para conseguir lo que se nos niega porque lo tendríamos todo. Simplemente no valdría la pena.

¿Sabes algo?
Siempre tuve miedo.
No puedo decir que tenía miedo a perderte, lo que a mi me aterraba, era terminar haciéndote daño. Tenía miedo de romperte y decepcionarte de la misma manera que hicieron conmigo.

Siempre fuiste ese estúpido rayito de sol que sonreía por cualquier cosa que saliera de mi boca, lo más increíble era que lograbas contagiarme y hacer de mi asqueroso día un poco mejor. Por esa razón creía que no te merecías nada malo de mi parte.

Pero mira, pasó el tiempo y las cosas fueron cambiando hasta llegar a ese punto, el punto en que no aguantaste más y decidiste irte, ahora ya no te culpo ni te juzgo.
Puede que haya sido la mejor opción para los dos.

-Emm

CARTAS PARA UN AMOR PERDIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora