capitulo 2

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Estaba sin palabras, desconcertado, su garganta estaba seca y no podía moverse, estaba paralizado. Solo mantenía la mirada fija en aquellos ojos gatunos que lo miraban con deseo, era un hombre demasiado apuesto, su piel era pálida y lisa, su cabello era de un negro oscuro, sus ojos eran profundos, sus labios eran carnosos y rosados.

Aquel hombre era demasiado bello, casi irreal, cómo era posible que un hombre así existiera, era imposible. Se perdió ante la belleza del pelinegro, olvido por completo la situación en la que se encontraba, intento tocar el rostro del hombre misterioso sin embargo no pudo hacerlo, este sujetó su mano y la llevo encima de su cabeza, hizo la misma acción con la otra mano. Saco sus alargadas y filosas garras, y las enterró levemente en la piel del menor, gotas de sangre eran derramadas ante la clara y lisa piel del humano, jimin se quejo de dolor, pero aquello le había puesto caliente, le gusto aquella sensación, hizo una expresión demasiado sexy, cosa que hizo estremecer al hombre que se encontraba encima de el.

-veo que te gusta que te hagan daño bonito...- se aproximo a los brazos cubiertos de sangre y los lamió, jimin gimió y se retorció debajo de el, lamió todo, bajo a su cuello, lo succionó y fue bajando mucho más, llego a unos de los pezones del humano y lo mordió, con la otra mano suelta fue acariciando el torso desnudo de jimin, saco sus uñas e hizo rasguños en su piel, la sangre fue asomándose y el pelinegro solo lamía la exquisita sangre que brotaba del peliplateado- eres delicioso muñeco, sabes muy bien.

jimin amaba aquellas sensaciones, las cuales nunca había sentido en su jodida vida, todo lo que sentía en esos momentos lo llevaba al cielo, cada corte, cada sensación de dolor, cada lamida, eran la gloria para el, aquel hombre era perfecto, aquel hombre le había demostrado nuevos placeres. La saliva le chorreaba por los labios, la barbilla y el cuello, su respiración era demasiado agitada, estaba perdido en el tacto lujurioso que llenaba su cuerpo.

Pero eso fue borrado de inmediato, abrió brutalmente los ojos, arqueo la espalda y se ahogo en un quejido, un dolor intenso invadió su cuerpo, se mordió el labio inferior, provocándose una herida llena de sangre, apretó los ojos y bajo su cabeza, observo entre ambos abdómenes y pudo notar como el enorme miembro del pelinegro ya estaba casi dentro de el, miro hacia al frente, encontrándose con esos profundos y hermosos ojos que lo hacían ver galaxias, era precioso.

El pelinegro se relamió los labios y enterró por completo su miembro en la entrada del pequeño chico, acerco sus labios a los contrarios y lamió el carnoso labio inferior frente de el, lo succionó y mordió, cuando saco su pene y le dio una fuerte punzada, jimin abrió la boca, gimió de dolor y de placer, el hombre aprovecho la boca abierta y metió su lengua, gustó de toda la cavidad bucal del  peliplateado. Los gemidos de jimin ahora eran todos de placer, ya no sentía ningún tipo de dolor en todo el cuerpo, las fuertes embestidas que le brindaba aquel chico misteriosos eran increíbles, mas lo fueron cuando su punto dulce fue tocado, miles de estocadas hacían vibrar su cuerpo. Fue tanto placer en un pequeño cuerpo, nunca antes había tenido un sexo como este, tanta excitación hizo que viera todo negro y se desmayara.

El pelinegro vio como el sexy chico había perdido el conocimiento, sin embargo poco lo importo y lo siguió embistiendo, tenía que llegar al orgasmo y correrse de una buena vez, la vista frente a el era gloriosa, un cuerpo brillante debido al sudor, una cabellera plateada toda revuelta, las mejillas rojas y los labios hinchados, era toda una bella obra de arte.

Llego al orgasmo, se corrió dentro de jimin y su respiración era agitada, se quedo encima de el, colo los brazos en cada lado de la cabeza del  peliplateado. observo y completo cada facción, grabó cada detalle en su cabeza y le dedico un beso en la frente. Adquirió su forma original y se oculto entre las sombras, miraría todo lo que ocurriese en ese casa y también vigilaría a jimin, a su jimin.

-buenas noches bonito, te veré mañana jimin- sonrió y cerro sus ojos, entro en un sueño profundo.

la habitación que era completamente obscura, ahora era iluminada por los rayos de sol que entraban por la pequeña venta se que encontraba a un lado del closet de jimin. Ya pasaban mas de la una de la tarde, lo bueno es que era sábado y no tenía que preocuparse por ir a la escuela. El calor inmenso hizo que se despertara, en su cuerpo se hallaban pequeños rastros de sudor,se sentía pegajoso e incómodo. Sus ojos se abrieron de golpe cuando su mente fue invadida por los recuerdo ocurridos ayer en su cama durante la madrugada, sintió su cuerpo arder y se reincorporo velozmente, con la mirada empezó a buscar al sujeto que se había colado en su casa, no había ningún rastro de el. Salio de la cama y se dirigió al baño, sus caderas le dolían como el infierno y cuando iba a lavarse el trasero, al momento de abrir sus nalgas, sintió y vio como una gran cantidad de semen salí de su ano, es como si un burro o caballo se hayan corrido dentro de el, pero no sintió asco, nada de eso, al contrario, adoraba como aquel liquido caliente acariciaba la piel de sus piernas, se estaba excitando.

Se dio una bofetada para que se concentrara en lavar su cuerpo y dejase de pensar en cosas pervertidas, y mas con un extraño.

Termino de enjuagarse y se puso ropa cómoda y refrescante, al terminar de arreglarse se fue a la cocina, se preparo el almuerzo que consistía de arroz frito, sopa de miso y pescado frito, de tomar se sirvió un vaso bien grande de coca cola, moría de hambre. Se fue a la sala, llevando su almuerzo en una bandeja y lo deposito en la mesita de la sala, se sentó en el suelo y prendió la televisión, pues ya era casi hora de que empezara running man.

Sus carcajadas invadían toda la habitación, pues en una de las escenas la jirafa se había caído en el lodo y había comido un poco, era su persona favorita, un comido y actor digno de estar en televisión, estaba tan perdido en la televisión que no se había dado cuenta que un joven chico y apuesto se había sentado en el sillón con los brazos cruzados y las piernas abiertas.

-realmente los humanos son estúpidos.

Casi se atraganta con el arroz cuando escucho de nuevo aquella voz profunda y rasposa, ¿de donde demonios había salido?, dió un trago de su coca cola y se giro a verlo, estaba bastante sorprendido, la puerta estaba cerrada con llave al igual las ventanas, no había ningún acceso mas, además el mismo se había encargado de revisar toda la casa en busca del pelinegro, sin embargo ningún rastro del se encontraba en la casa.

-t-t-tu... co-com-como en-entraste?- su voz salia con dificultad, estaba un poco aterrado.

-por la puerta- sonrió con burla y cruzo las piernas, vio a un jimin tan bonito y asustadizo, eso le hizo calentarse.

-pero tenía llave, además no escuche ningún ruido.

- no entre por la puerta principal

-que dices?, es la única puerta que tengo, es mas- se aproximo hacia la entrada y tiro de la cerradura- aun sigue con llave, solo yo puedo abrirla.

-bien, bien, como sea muñeco, solo olvídate de detalles estúpidos y ven a darme una buena mamada, mi polla duele cariño- abrió las piernas y se dio palmaditas en su miembro.

La cara de jimin parecía un tomate, estaba completamente rojo, iba a protestar pero aquella mirada que le brindaba el pelinegro era demasiado sexy, muy profunda. Con pasos lentos se fue aproximando a el, se sentó en su regazo y tomo con sus manos la sedosa y olorosa cabellera del pelinegro, enredo sus dedos en ella y se acerco al rostro del joven apuesto.

-¿quien eres?- la mirada de jimin era seria, pero también contenía cierto deseo, se moría por saber quien era este hombre tan sexy y dominante, tenía cierto encanto, y su olor era muy exquisito.

-bien... pensemos en un nombre..- acerco sus labios a los de jimin y los lamió- puedes llamarme yoongi, bonito.







perdonen las faltas de ortografía, después las corrijo.



nos vemos luego... 

El Demonio De La Lujuria (YOONMIN)Where stories live. Discover now