XVII

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Siento ésta presión en el pecho de nuevo.
Desde que te fuiste nada es fácil.
Mi vida ahora se basa en querer y no poder.
Una vez leí todo lo que quieres te puede dejar de la noche a la mañana, es cierto.
Entendí eso cuando me dejaste.
Extraño despertar los domingos, correr a alistarme e ir a Belgrano.
En casa quedaron esas prendas que eran tis favoritas.
Dejaste aquellas agendas que ya jamás usas, las guardo en un cajón donde no llegue humedad.
Parecen recién compradas. Están un poco gastadas y llenas de frases, fotos y sueños que alguna vez tuviste.

Todavía lamento haber ido al colegio ese día,
Ya que me retrase y no estuve.
No pude abrazarte por última vez.
Todavía no sé cuando te volveré a ver.
Hace falta la melodía de tu risa en el comedor, ahora solo se escucha el eco resonar y las lágrimas caer.

Desde que te fuiste,
Todo empeoró.
Eras mi soporte.
Cada vez me hundo más, como un ancla.

La marea en mis ojos desborda,
Parece que nunca acaba,
Pero lucho por no parecer vulnerable.
Me conocías tan bien.
¿por qué te fuiste?
¿acaso nunca fui suficiente?
Si alguna vez sentiste que te corté las alas,
Lo tenías que decir, no huir.
Mamá se culpa día tras día.
Yo no puedo parar de llorar cuando me encuentro sola en ese hogar.

Él se fue al ocurrir todo.
Ahí no hay mas que dolor.
Vuelve pronto,
Por favor.

Atte: Tu hermana.

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