IV

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"REBORN!"

El grito de Tsuna le tuvo de pie y corriendo en segundos, el periódico olvidado. Sus ojos buscaban, su corazón se desbocaba mientras quitaba el seguro a su pistola semiautomática, deseando saborear la sangre de aquellos que estuvieran haciendo daño a Tsuna.

El sonido de un coche arrancando le guió fuera del bosque, justo a tiempo para entrever a un hombre lanzar a Tsuna al asiento de atrás de un coche y cerrar la puerta de un golpe. Reborn levantó la pistola y comenzó a disparar, una parte de él fuera de control al saber que Tsuna estaba en peligro, el niño que confiaba en él más que en nada en el mundo, y que si no le rescataba nunca sería perdonado por nadie, no por Noveno y desde luego no por Iemitsu.

El coche se alejó bajo la lluvia de balas, una de las ventanas llena de agujeros y dejando el olor de sangre en el aire. Reborn no tardó ni un momento en contactar Colonnello en la base, y en breves instantes un helicóptero había llegado con Colonnello a los mandos.
Saltando al interior, Reborn dejó que una mueca predatoria surcase sus facciones conforme recargaba la pistola. Que Dios ayudase a los locos que habían apartado a Tsunayoshi de su lado.

Tsuna, por su parte, estaba absolutamente aterrorizado. No sólo porque estuviese siendo retenido a punta de pistola por unos hombres raros que no hacían más que gritarse unos a otros; no, también estaba aterrorizado porque había desobedecido a Reborn, no importa que fuese en contra de su voluntad. Había salido del bosque, y sabía que cuando Reborn les alcanzase, estaría furioso. El chico no quería dar ninguna excusa: Reborn odiaba a la gente que trataba de inventarse excusas cuando la culpa era claramente suya, pero no estaba tan seguro de que la culpa fuese suya, estrictamente hablando. Después de todo, tan sólo había estado devolviéndole la pelota al hombre; Reborn le decía a menudo que los buenos modales estaban infravalorados, lo que quiera que significase eso. ¿Cómo se supone que tenía que saber que estos tipos eran secuestradores?

En fin, fuese bueno o malo, lo único que Tsuna podía hacer por ahora era quedarse sentado y esperar a que Reborn llegase y le castigara. Con algo de suerte Reborn no estaría muy enfadado…

La furgoneta se paró de pronto enfrente de un viejo almacén. Uno de los hombres cogió a Tsuna del brazo y le arrastró fuera de la furgoneta, Tsuna casi cayendo de narices mientras se esforzaba por mantener el ritmo. Supuso que los hombres le llevarían al almacén, pero en su lugar pasaron por su lado, por detrás donde un camino llevaba a otro bosque que se extendía por lo alto de una montaña.

—¡Hiiiieee! ¿Vamos a ir hasta allá arriba? -Tsuna tenía pánico a las alturas; uno que sólo desaparecía misteriosamente cuando Reborn estaba alrededor. Pero pensándolo bien Reborn era un hombre poderoso, no como los delincuentes estos, que sólo parecían querer llevarle a lo alto de la montaña tan rápido como pudieran. Con uno de ellos cogiéndole del brazo y los otros con pistolas tras él, la boca apretada contra su espalda, el joven descubrió que no tenía más opción que moverse como quisiesen los hombres, subiendo y subiendo por la montaña. Él no quería hacerlo, no sin Reborn a su lado, pero claro tampoco quería morir.

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Título original: "A Hitman's Honor"
Autor: Fallen Angel Of The Forgotten
Traductor: Una maleta llena de historias

Esta historia me encanta jeje. U.U es tan triste que estén en inglés. Los de EU también tienen buenas ideas.

Honor de un asesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora