Una semidiosa en Hogwarts

Visita

Nico y yo nos encontrabamos, solos, comiendo en la mesa de Hades. Hasta el momento no había nadie más en nuestra cabaña, excepto cuando Hazel venía de visita.

Will se acercó a nosotros y se sentó en nuestra mesa.

-¡Ya se quién es el campista nuevo! - dijo muy orgulloso de sí mismo.

Nico decidió ser el primero en contestar.

-¿Ah, si? ¿Quién?

-Se llama Max. Tiene el pelo rubio y los ojos azules. No se sabe diosa. Ha vivido toda su vida junto a su padre, él nunca le habló de su madre. Su padre pereció en el último ataque de monstruos que tuvieron, parece ser que tenían que defenderse a menudo... - Will cuando empieza ha hablar, no para - ...además, es muy guapo.

Nico le fulminó con la mirada.

-Tu eres más guapo - arregló Will.

Nico pareció sentirse complacido con esa frase.

Sonreí.

Ellos continuaron hablando sobre el nuevo campista.

Un pequeño rato después, Quirón se acercó a nuestra mesa.

-Violet, ven conmigo - me ordenó intranquillo. Esperaba que no fuera por aquel señor, que más tarde descubrí que era mi padre.

Yo me despedí de mis amigos y acompañé a Quirón.

-Ya sabes por qué vienes conmigo, ¿verdad? - me preguntó cuando ya nadie nos podía oír.

-Eso creo.

-No tengas miedo, tranquila.

Caminamos en silencio hasta las afueras del campamento.

-Hola Violet - me saludó el dios del inframundo sin entusiasmo.

-Hola padre.

-¿Me has hechado de menos?

-Llevo viendote en sueños durante el último año, así que digamos que es como si ya nos hubieramos visto hoy.

Esbozó una sonrisa torcida.

-No tenías ganas de verme, ¿me equivoco?

-No, no te equivocas - le contesté con dureza.

-Ya. ¿Qué tal en el campamento?

-Bien.

-Ya veo que te llevas con Nico... - asentí con la cabeza - Bueno, vamos a lo importante. Es una pena que te hayas encariñado del campamento.

Le miré esperando que continuara. Como ví que no parecía por la labor de ello, le pregunté yo.

-¿Qué ocurre?

-Mañana tu vida cambiará por completo.

-¿Por qué dices eso?

-No te puedo decir más, mañana lo descubrirás. Pasa un buen año.

Y se desvaneció.

Miré a Quirón, estaba pálido.

-¿Qué ha dicho? ¿Qué va ha pasar mañana?

-No estoy seguro. Aun así, si tu padre no te lo ha dicho será por algo.

-Acaba de venir, decirme que mi vida cambiará mañana y se ha largado. ¿Para qué se molesta?

-No te preocupes, procura pasar un buen día. Ya adivinarás mañana lo que ocurre. Vamos, volvamos al campamento.

Yo estaba muy preocupada.

¿Mi vida iba a cambiar? No quería pasar por eso otra vez. Ya lo había sufrido y no fue, precisamente, la mejor experiencia que he vivido.

Decidí ir a buscar consejo en Nico. Necesitaba ver a mi hermano.