la verdá pt2

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—¿Yuta?

Frente a él se encuentra la criatura más preciosa del mundo entero; Yuta está seguro de que ni siquiera años de preparación le hubieran servido para enfrentarse ante semejante belleza. Sicheng luce impresionante, aunque eso ya sea una obviedad. Observándolo, Yuta puede notar la reserva en sus ojos, apenas revelando un atisbo de excitación.

Sicheng suelta una risita, al parecer divertido por el trance en el que tiene a Yuta, quien tiene la decencia de sonrojarse antes de carraspear con creciente incomodidad. Aquello era simplemente demasiado.

Sin pronunciar palabra, Yuta lo invita a pasar a su departamento, el mismo que queda justo en frente a el de Jaehyun. Sicheng se adentra al lugar con pasos vacilantes, Yuta siguiéndole momentos después con el corazón galopante. Todo es tan silencioso que comienza a temer que Sicheng pueda escucharlo.

—Así que eres el vecino de Jae. —No es una pregunta, pero Yuta está listo para contestar. Sicheng, sin embargo, tiene otras ideas—: Eso responde muchas de mis dudas aunque... Sigo queriendo escucharte.

Yuta respira hondo. —Ven conmigo.

Tratando de simular una calma que no tiene, Yuta lo encamina hacia la sala de estar, invitándolo a sentarse en el pequeño sofá gris situado contra la pared lateral derecha del pequeño cuarto. Desde su posición, Sicheng observa todo con curiosidad, incluso cuando no hay demasiado que ver. Yuta toma asiento junto a él a una distancia que considera adecuada y, como si hubiera activado un interruptor en él, la atención de Sicheng se cierne sobre él como peso muerto.

—No esperaba que fueras tan callado —comenta, apretando los labios en una sonrisa amistosa. Él luce mucho más calmado de lo que Yuta esperaba, una imagen completamente diferente a la suya.

—Son los nervios —dice, y es la verdad. Inhala una buena cantidad de aire, secándose las manos sudorosas con la parte delantera de sus vaqueros. Está hecho un desastre—. No puedo creer que estés aquí.

Eres hermoso; es lo que quiso decir.

Sicheng sonríe ampliamente, sus ojos curvándose de una manera en que Yuta no puede más que encontrar entrañable. —Yo tampoco.

Por un momento, lo único que hacen es mirarse. Si dependiera de Yuta, hubiera estado así por lo que restaba del día, mas Sicheng rompe el contacto visual demasiado pronto, un ligero color carmín tiñendo sus mejillas.

Adorable.

—Aún me debes una explicación, ¿sabes?

Yuta hace una mueca, luciendo avergonzado. —No sé por dónde comenzar.

—No tengo prisas. Tómate tu tiempo.

La expresión reconfortante de Sicheng es todo lo que necesita para soltar el listado de sus pésimas decisiones tras haber conocido a Sicheng. Le habla sobre la primera vez que lo vio en aquel café, ignorando que se trataba de el enigmático chico a quien había estado escribiendo, de como volvió a encontrarlo cuando regresaba a casa tras un pequeño paseo hasta la tienda de conveniencia, Jaehyun empujándolo al interior de su apartamento antes de que pudiera divisar a Yuta.

A su mente evocan las ocasiones en que atormentó a Sicheng hablando sobre este chico-- sobre Sicheng, y sus mejillas vuelven a colorearse de rojo porque, uh. Está tan avergonzado. Sicheng debe de recordarlo también, pues Yuta ve el esfuerzo que hace por no divertirse a costa suya.

Yuta habla y habla, hasta que no le queda más que decir. Lo cual, en cierto aspecto es mentira, porque calla un montón de cosas. Como el hecho de que tiene que detenerse de confesarle cada sentimiento que la presencia ajena le provoca. O de las ganas que tiene de tocarlo. De lo precioso que se ve cuando sonríe. Lo tentadores que son sus lab-- En fin.

Carraspea en un intento por acallar sus pensamientos, buscando su mirada con cierta incertidumbre. Sicheng no parece enojado, lo cual es un alivio, pero aún así...

—Eres un idiota —dice tras un lapso de silencio, sus ojos encuentran los de Yuta y este se encoge un poco ante la molestia que ve en ellos.

Bueno... En su defensa, nunca se le dio bien juzgar las emociones.

—¿Lo siento...? —ofrece, mas al instante siente unas ganas terribles de enterrarse a sí mismo.

—No puedo creer que... —Sicheng se detiene en medio de la oración, inhalando una cantidad considerable de aire. Yuta no puede creer lo bonito que se ve incluso cuando le está causando tanto miedo—. No sé si debería golpearte o abrazarte. Dios, ambas ideas son demasiado tentadoras.

Yuta por fin vuelve a respirar con normalidad y, como siempre, contesta lo primero que se le ocurre. —Haz lo que mejor te parezca, viniendo de ti sé que gustará.

Sicheng lo golpea. Fuerte.

—¡Eh, estaba brom--

Ni siquiera pueda acabar de quejarse porque Sicheng se lanza sobre él, ojos apretados casi con tanta fuerza como los brazos en torno al tórax de Yuta. Él está tan abrumado que no puede moverse.

—Abrázame antes de que me arrepienta.

Sicheng no necesita decir más para hacerlo reaccionar.

Yuta se siente cálido por todas partes, y le es imposible contener la sonrisa de idiota que le provoca sostener a Sicheng entre sus brazos. Su corazón amenaza con romperle las costillas, mas nunca se había sentido tan en paz como en ese momento.

—¿Yuta?

—¿Hm?

—Tenías razón; estás buenísimo.

Yuta se atraganta con su propia saliva, tosiendo como poseso mientras Sicheng se ahoga de la risa.

Está más hundido que el Titanic.

(ㅇㅅㅇ❀)

si esperaban angst,,, lo siento mucho este fic tiene horas uwu solamente
y sÍ. sé que todo es muy surreal pero es un fic qué esperaban chingus 💀 anywayss,, ojalá les guste y si no me da igual porque es mi fic y escribo lo que yo kiera jejjwjje

hey, cariño ➻ yuwin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora