Capítulo 6

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Se dio por terminada la misa y todos salieron de la iglesia sintiéndose más esperanzados sobre su pobre vida.

"Hey Jason." -Se acercó su amigo, una vez que estaban fuera de la iglesia.

"Hola Chris."

"¿Quieres venir a mi casa a almorzar hoy? Mamá quería que te invitara."

Él sonrió un poco.

"Claro."

Al llegar ahí se encontró con Caitlin, la hermana mayor. A Jason siempre le había parecido una linda chica pero su amigo no estaba de acuerdo con que salieran juntos así que él nunca lo intentó, era su amigo y no quería pelear con él por ello.

"Ni se te ocurra." -Murmuró el pequeño a su lado.

"¿Qué?"

"Te quedaste mirándola, pedazo de baboso."

"Lo siento." -Rió un poco y revolvió la cabellera de éste.

Todos se sentaron a la mesa y la señora Beadles les sirvió a todos una pequeña porción en el plato.

La familia Beadles no tenía problema entre ellos -o al menos trataban de no tenerlos- y Jason admiraba eso. Aún así, seguían viviendo en el barrio más pobre de la ciudad, y por lo tanto, eran pobres.

Jason se preguntó por qué lo habían invitado a comer cuando apenas alcanzaba para ellos.

"Jason, ¿Cómo va la escuela?" -Preguntó la madre tratando de hacer conversación.

"Bien, en general. Hay materias que me cuestan más."

"¿Cómo cuáles?"

"Matemáticas."

"Caitlin es muy buena en matemáticas, quizás podría ayudarte."

De inmediato volteó a ver a la castaña de ojos verdes. Ella le sonrió pero una patada a sus piernas por debajo de la mesa lo trajo de vuelta al mundo real.

Christian lo miraba con el ceño fruncido.

"No hace falta, gracias. Ya conseguí quién me explique."

El pequeño Beadles volvió a su plato satisfecho con su respuesta.

Sandy le dio un pequeño beso de despedida a su marido y él se fue a trabajar mientras ellos continuaban comiendo.

La familia de Chris era tan amorosa.

La de Jason alguna vez también lo fue.

Se preguntaba, ¿Qué había pasado?

Ya no recordaba la última vez que había sonreído genuinamente.

Al terminar de comer, se ofreció a ayudarle a lavar los platos ya que se había tomado la molestia de tener una boca más que alimentar ese día.

En su casa a veces tampoco había suficiente y Jason tuvo que quedarse con hambre cada vez. Sus brazos parecían fideos ya.

"Iré a estudiar." -Informó la chica dirigiéndose a su habitación.

Tenía la edad de Jason y era obviamente mayor que Christian, pero él insistía en ser sobreprotector con ella.

Sus ojos se desviaron por un segundo hacia su culo y de inmediato le llegó un golpe en el hombro.

"Está bien, lo siento."

Cerró la puerta y se volteó encontrándose con su madre sentada en una silla mirando a la nada

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Cerró la puerta y se volteó encontrándose con su madre sentada en una silla mirando a la nada.

"¿Qué pasó?" -Preguntó desconfiado.

"Nada. ¿Dónde estabas? Te busqué por todos lados."

Él rió sin gracia.

"No mientas, no sirve ir a la iglesia si lo haces."

Estaba seguro de que sólo había echado un pequeño vistazo y había vuelto a casa antes de que su querido marido volviera y no la viera ahí.

Jeremy dejaba que fuera a la iglesia, pero debía estar en casa y con la comida hecha para cuando llegara.

"Debiste avisarme, de todas maneras."

Él suspiró. No tenía sentido discutir con su madre, no era con ella con quién estaba enojado realmente.

Se acercó a ella y besó su frente.

"Tienes razón, lo siento. Chris me invitó a comer."

Abrazó su pequeño cuerpo.

"Debo ir al gimnasio."

"No vuelvas tarde."

Asintió y salió de ahí antes de tener que encontrarse con su progenitor.

Alguna vez estuvo contento de verlo llegar.

Alguna vez...

Y Jason recordaba eso.

Cada momento donde corrió a abrazarlo emocionado.

Cada momento donde jugó con él. Donde si quiera se dirigían más de dos palabras.

Cada momento que vio a sus padres besarse y puso cara de asco. Lo que daría porque ese hombre volviera a darle amor a su madre en vez de golpes.

Era sólo un niño cuando todo cambió.

No tuvo suficiente de ello antes de perderlo.

Jeremy fue despedido y fue cuando empezaron los problemas.

La presión por las deudas acumulándose y el no encontrar trabajo lo llevaron a comenzar a beber. Bebía mucho.

Se volvió un hombre más agresivo y se dejó vencer.

El superheróe del pequeño Jason se rindió.

Para cuando consiguió trabajo nuevamente, no pudo dejar el alcohol. Ni la agresividad.

Y el heróe de Jason se convirtió en el villano de su historia.

La desesperación e impotencia crecían día a día en ese pequeño niño cada vez que veía a su madre siendo golpeada.

Por eso ahora había decidido entrar a un gimnasio.

Quería ser fuerte y defenderla.

Ella era lo único por lo que seguía en esa casa del infierno aguantando al mismo Diablo.

Innocent©《Jb》[#4 The Rapist Series]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora