Capítulo 2

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De vez en cuando, la mirada de Sam se dirige hacia donde está el parcito que permanece sentado sobre el sillón disfrutando de una película porno, al menos el rubio lo hacía, ya que no pierde ocasión para pegarse al cuerpo del ángel y tocarlo más de la cuenta. Su hermano jamás haría eso con otro hombre pero desde que cupido usó su mojo con él hace dos días, se encuentra empeñado en estar junto a Castiel cada momento del día e intentar intimar con él, por eso amenazó al moreno con enviarlo de regreso al cielo si se atreve a colocarle un solo dedo encima al rubio.

-Vamos a probar eso, angelito- dijo el cazador al oído del moreno, quien mantuvo la vista en la televisión, donde el hombre tenía a la chica contra la pared y le da palmadas en el trasero- ¿Quieres hacerlo, Cas? Aún no me enseñas lo que aprendiste del hombre de la pizza. 

-No... no quiero, gracias...- respondió carraspeando incómodo y se volteó al castaño- ¿Necesitas ayuda, Sam? 

-Sí, ¿Podrías– no alcanzó a terminar la oración cuando el rubio se levantó de su lugar para abrazar al mayor por la espalda, arrimándose contra su cuerpo y le susurró algo al oído que hizo sonrojar al ser celestial- Castiel, ven aquí- ordenó frunciendo ligeramente el ceño. 

-¿Qué quieres con mi chico, Sammy?- preguntó haciendo morritos mientras afirma el mentón en el hombro del mayor. 

-No es asunto tuyo, ahora suéltalo- espetó indicándolo con el dedo. Tenía que encontrar al cupido cuanto antes o las cosas se complicarían aún más, porque es cosa de tiempo para que su hermano dé el siguiente paso en conseguir a su pareja perfecta. 

-¿Por qué? Es mío, Sammy, consíguete tu propio emplumado- afirmó con posesividad

El castaño negó despacio con lo que escucha. Debía admitir que le parece increíble que los cupidos tengan tanto poder en sus manos, con un simple toque pueden unir a dos personas, sin importar las diferencias de género, edad o especie, en este caso. Un ruido lo sacó de sus pensamientos y observó al moreno, quien dio un respingo cuando el rubio bajó una mano hasta su entrepierna, acariciándola lentamente sonriendo. Al notar que su amigo no hace ademán alguno por apartarse, aunque probablemente se debe a lo sorprendido que está por las acciones de su protegido, fue a su lado para jalarlo de la muñeca.

-¡Sammy!- se quejó el rubio en un puchero- Devuélveme a mi angelito. 

-Es suficiente, si tienes tiempo para coquetear, es mejor que trabajes, te recuerdo que aún no capturamos al cupido que está lastimando personas- dijo apuntándolo con el dedo sin ocultar su molestia con todo lo que pasa- Así que te sugiero que muevas el trasero y trabajes. 

-No es justo, Sammy, yo quería hacer cositas divertidas con Cas- canturreó el Winchester mayor con una coqueta sonrisa. 

-Dean, si quieres hacer "cositas divertidas", ve a darte una ducha fría, ahora. 

-Eres un aburrido- se quejó el cazador cruzándose de brazos.

-No discutas, Dean, por favor haz lo que dice, Sam, tenemos que encontrar al cupido cuanto antes- pidió el moreno correspondiendo la mirada fija de esos hermosos orbes esmeraldas. 

-Bien pero solo porque tú me lo pides, angelito- respondió el aludido suspirando con cierta resignación hasta que una idea cruzó por su cabeza y sonrió- Luego continuaremos esta plática, Cas, ahora voy a ducharme para quitarme el calentón que me dejaste ¡Y a trabajar!

El rubio se quitó la camiseta moviendo sus caderas lentamente para luego arrojarla sobre la cama y se desabrochó el pantalón, afirmándose del umbral de la puerta que da al baño mientras le guiña un ojo al ser celestial, quien tragó saliva con más fuerza de la necesaria cuando su protegido se bajó lentamente del pantalón, quedando solo en bóxer. Sam abrió ligeramente la boca con la escena frente a él y antes de que ocurriera algo que luego lamentaría, fue rápidamente hacia su hermano, tomándolo por el brazo derecho y lo entró a empujones al baño, cerrando la puerta tras él.

Sé Mi San Valentin {Destiel} [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora