Capítulo 7

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Sam aseguró la muñeca de su hermano con el grillete a la marquesa de la cama que hizo aparecer el moreno y salió del cuarto en donde los dos mayores estaban discutiendo algo con seriedad y prestó toda su atención. Habían descubierto una forma de convocar al cupido y un hechizo que lo inmovilizaría, impidiéndole escapar como la última vez pero el único problema es que les falta un nombre, para lo cual, el ángel tendría que tocar el alma de Dean y sería muy doloroso.

-Esto no es una buena idea- se quejó Bobby dando vueltas por la habitación con molestia- Vas a lastimarlo, debe haber otra forma. 

-Es la única-replicó el moreno frunciendo ligeramente- ¿Crees que quiero herirlo? Nunca pero ya nos estamos quedando sin tiempo, cada segundo sin detener a ese cupido, es una persona que coloca bajo su hechizo y Dean se vuelve más violento. 

-Lo sé, maldición, lo sé... es solo que... yo sé lo que se siente, ¿Ya olvidaste que me atravesaste con tu mano una vez?- el viejo cazador se pasó una mano por el cabello gruñendo- Maldito cupido, voy a destrozarlo por tocar a mis muchachos- el castaño esbozó una sonrisa al oír esas palabras, Bobby siempre ha sido como un segundo padre para ellos. 

-Tenemos que hacerlo- dijo Sam yendo hacia él, colocando una mano en su hombro- Yo tampoco quiero que lastimen a mi hermano pero debemos detener a ese sujeto y sé que Dean estaría de acuerdo, vamos a hacerlo y acabaremos con ese bastardo. 

-Hagámoslo- lo apoyó el ángel yendo hasta la puerta del cuarto donde descansa el rubio- Es mejor que esperen afuera.

Sam dio vueltas de un lado a otro en línea recta por el pasillo hasta que escuchó el grito de su hermano y apretó las manos. Sabe que esa es la única manera en que obtendrán el nombre del querubín para la invocación y cuando aparezca, no le importará recurrir a los medios más bajos como la tortura, con tal de ayudar al rubio.

-Vamos a preparar las cosas, muchacho- lo llamó el mayor palmeándole el brazo despacio- Ese cabezota estará muy bien y te puedo apostar lo que sea a que asaltará mi refrigerador buscado cervezas y engullendo todo lo que encuentre en el camino, no sé de dónde demonios sacó ese gran apetito- se quejó entre gruñidos que hicieron sentir mucho mejor al castaño. 

-Es cierto- dijo mientras descienden por las escaleras hasta la sala de estar- Aunque ahora está Cas y él le dará sus amadas tartas hasta que se llene. 

-¿Y eso es posible?- preguntó Bobby incrédulo y los dos se rieron.

Ambos cazadores se encargaron de tener todo en orden para realizar la invocación y posteriormente el hechizo que inmovilizaría al querubín. Cerca de diez minutos tardó el ángel en obtener la información que necesitan y apareció frente a ellos, con un gesto de remordimiento en el rostro, seguramente por el sufrimiento que le causó a su protegido.

-No es tu culpa, no lo es- aseguró el castaño yendo a su lado con seriedad- El cupido ocasionó todo esto y haremos que pague, tú estás cuidando a Dean, realmente lo estás haciendo, Cas. 

-Sam...- susurró el moreno observándolo fijamente. 

-Todo va a salir bien y cuando esto acabe, cambiarás los gritos de dolor de mi hermano por otros mucho más placenteros- insinuó con picardía antes de guiñarle un ojo, provocando que el mayor se riera. 

-Por favor, Sam, no me hagas la imagen mental- se quejó Bobby con bufando.

El más alto esbozó una sonrisa al notar que el ángel lucía más animado que hace unos segundos. Sabía perfectamente que el rubio jamás lo culparía por algo, sino que todo lo contrario, estaría muy feliz al enterarse que a pesar de estar bajo el mojo del cupido, pudo contribuir de alguna forma a detenerlo. Sam tomó un pequeño cuenco donde habían molido algunos ingredientes para el hechizo inmovilizante y se ocultó a un lado del umbral de la puerta que da al pasillo.

Sé Mi San Valentin {Destiel} [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora