Capítulo I

16.3K 941 341
                                    

¿Por qué tarda tanto Sebastian? Ya no soporto al tonto shinigami llamado Grell; no entiendo porque hace tanto alboroto solo porque mi mayordomo fue a obtener información con aquella monja, no comprende que es necesario todo lo que ella sabe para esta misión. Ahora que lo pienso, ellos están en aquella cabaña a unos metros de nosotros, no le pregunté porque el misterio de que nos quedáramos fuera, más que por el pelirrojo, por mí... ¿cómo serán sus métodos? No es que me importe, siempre y cuando se consiga lo que se quiere, quizás solo es por curio... ¿Qué son aquellos sonidos? Suenan a... ¿jadeos?, ¿ese demonio la está lastimando?, ¿Por qué Grell se puso fúrico? Está pataleando y maldiciendo.

Sin embargo... aquellas agitadas respiraciones que se escuchan hasta acá, y realmente no pareciera que sufriera, realmente no sabría dar con la respuesta, quizás si le pregunto a este sujeto pueda aclarar mi duda, pero sin que note lo que realmente quiero saber.

- Grell ¿puedo saber porque te pone así el hecho de que Sebastian está trabajando? – Ante mi interrupción de su rabieta, cambia de expresión a una indiferente y seria.

- ¡Ho! ¿Acaso no sabes el "tipo" de trabajo que está realizando TÚ mayordomo con aquella mujerzuela? – En un tono un tanto sarcástico da énfasis a su oración, pero ¿mujerzuela? No creo que lo haya dicho sin fundamentos, además de que sabe que ella es una monja.

- ¿Qué intentas decir? – Le digo de manera directa, esto me está exasperando.

- Oh bueno, era de esperarse, aun eres un niño – Me mira con su sonrisa burlona, el cual tanto a su comentario y la manera, me hizo enojar. Odio que me digan así.

- ¡No soy un niño! Pero eso da igual, ¡Dime de que rayos hablas! ¿A qué tipo de trabajos insinúas que hace mi mayordomo? – Ya me había colmado, sé que no tengo paciencia pero ESTE se lleva el premio en hacer irritar a cualquiera.

- Uuumm no tienes por qué gritar, que maleducado eres, apuesto que tus gritos fueron escuchados hasta allá donde ellos están, los vas a interrumpir, aunque bueno, por lo que se escucha están muy concentrados. – Lo menciona viendo hacia esa cabaña, pero aun así no lo entiendo.

- ¿Interrumpir de qué? Grell habla de una buena vez – Más calmado le hablé ya que sé muy bien que me había alterado.

- Eso es porque aun eres un mocoso, bien, te lo diré – De manera socarrona me mira, ¿qué se trae? – Tu mayordomo, para sacar información, sobre todo mujeres débiles como ella, utiliza el método carnal.

- ¿Carnal? – Dije en voz alta para pensar a que se refería, ideando otros sinónimos que pudieran ayudarme a comprender lo que este ser inadaptado me dijo.

- ¡Ay niño, por Dios! Y tú que eres tan inteligente no lo entiendes. Están teniendo sexo, si, Sebastian y la monja, ahora, en esa cabaña. Esos sonidos de "jadeos" que escuchaste, más bien son "gemidos", no de dolor, de puro placer. Creo que ahora si lo debes de entender. – Ante su aclaración, no pude evitar poner cara de sorpresa, incluso apostaría, que tendría la cara roja, siento un ardor en mis mejillas.

Nunca lo hubiera pensado, o quizás si ya que el es un demonio, incita el pecado, pero como es algo que aun desconozco, me tomó con la guardia baja. Cuando estuve a punto de decir algo, el cual ni yo sé que era, ya que tenía la mente en blanco, escuchamos desde ese lugar a Sebastian llamándome para poder entrar y así escuchar lo que había conseguido.

Términos pasionalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora