l i t t l e

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- ¡Hyung! - entró corriendo al salón. El menor siempre esperaba ansioso el horario del recreo para poder ir con su mejor amigo, y este día tenía algo para compartirle - mira qué lindas galletas me hizo mi papá.

El más grande estaba guardando sus lápices de colores en su cartuchera, cuando escuchó llegar a su pequeño amigo.

- Hola Hobi - sonríe y guarda la cartuchera en la mochila, todavía quedaba tiempo de clase pero siempre que los dejaba suelto, alguno se perdía, y le gustaban demasiado sus lápices para dejar que eso sucediera.

Su pequeño amigo, no tan pequeño, pensó, dado que casi le estaba por llegar a su altura a pesar de tener un año de diferencia, tenía unas galletas caseras con distintas formas. Había una flor, un corazón, un autito, un círculo, un cuadrado, una corona y lo que parecía ser un gatito. Algunas se repetían.

- Mi favorita es la flor, pero si te gusta te la regalo, en casa tengo más.

Comieron tranquilos en el recreo y hablaron de lo que habían hecho en su primera clase. Hoseok se notaba muy entusiasmado ya que el profesor había halagado su dibujo. Siguió contando sobre su pequeño amigo imaginario Mang hasta que notó que su mejor amigo había dejado de comer.

- ¿No te gustan? - preguntó con un pequeño triángulo en sus labios.

- ¡No no! - se apresuró a decir el más alto -de momento- y volvió a tomar una galleta, todavía nadie había comido la flor - no es eso, es solo que me gustaría que mamá y papá tuvieran tiempo para hacerme galletas también.

Hoseok quiso contestar pero no sabía muy bien qué. Sin embargo ni siquiera pudo intentar ya que la campana sonó indicando que le tocaba volver a su salón.

Yoongi revolvió su cabello y le dio las gracias por las galletas, sonrió y no dejó de hacerlo hasta asegurse de estar fuera del alcance de la vista de su pequeño dongsaeng. Cuando ya no pudo verlo dejó escapar un pequeño suspiro y borró su sonrisa. La razón de ésta ya no se encontraba junto a él. Bajó la vista y vió la pequeña flor comestible sobre su mesita.

Hoseok llegó a su casa y lo primero que hizo fue preguntarle a su hermana por su papá, ya que no se encontraba en casa.

- Está con mamá visitando a la abuela, dijo que volverían tarde ¿Necesitas algo Hoseokie?

- Quería pedirle a papá ayuda en algo, pero creo que tendré que hacerlo por mi cuenta - más que triste estaba decidido. Su expresión cambio cuando escuchó la risa de su hermana.

- ¡Qué cara más rara tienes! ¿Cómo puede ser mi Seokie tan lindo? - dejó un tierno beso en su frente - ¿Quieres que te ayude en lugar de papá?

- ¡Gracias Noona! - sonrió aceptando la ayuda - ¿De casualidad sabes hornear galletas?

Casi tres horas más tarde, luego de jugar con harina y dejar toda la cocina, y parte del de la sala de estar, hechos un lío ya tenían todo listo, solo faltaba hornear los pequeños recortes de masa y esperar...

Aunque luego de una hora se dieron cuenta que esperaron demasiado.

Jiwoo comenzó a correr al escuchar el ruido de la alarma de incendios, las galletas se habían quemado. El humo había subido y había activado ese molesto sonido según Hoseok. Luego de unos minutos su hermana logró apagarla y abrió las ventanas para que el humo comenzara a dispersarse.

- Lo siento Hoseokie, no soy muy buena en la cocina - dijo mientras le mostraba las galletas, si así podía llamarlas, a su hermano pequeño.

Hoseok quería llorar. Habían trabajado muy duro y las galletas se habían quemado. Su labio inferior empezó a temblar, Jiwoo lo notó.

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