Capítulo 12

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Esa mañana fue como cualquier otra, llegó temprano a la oficina para prepararle las cosas a Lukas, y cuando terminó se sentó y justo llegó su jefe

- buenos días - lo saluda sonriente

- buenos días - le sonríe de vuelta mientras deja sus cosas y se sienta

- ¿quiere que le diga lo que tiene para hoy?, ya que ayer lo canceló todo, he reorganizado esas reuniones

- bien, te escucho

la mañana pasó normal, como cualquier otro, cada uno trabajaba en sus cosas, hasta que llegó la hora del almuerzo

- señor, es hora del almuerzo, saldré a comprar,¿ que quiere que le traiga? - le pregunto

- ¿señor?, yo creí que para ti ya soy Lukas

- es horario de trabajo, y para evitar habladurías, preferiría separar las cosas - le sonrío - para usted ahora también soy solo señorita Smith -le digo mientras se ríe

- okay, no hay quien te pueda - dice mientras se ríe

- entonces, ¿Qué quiere que le traiga de almuerzo?

- sorpréndame

luego de eso salí a comprar el almuerzo, la verdad es que ni yo misma me entiendo, no sé que es lo que me pasa, yo estudié para ejercer este trabajo y hasta para más, por lo que no entiendo porque la presencia de Lukas me hace estar tan nerviosa, ¿será por el beso que me dio, o por lo que escuché ayer en casa de Robert y Emy?, no lo sé, pero me hace estar nerviosa, por lo que hasta que entienda que es lo que está pasando, prefiero mantenerme alejada

confieso que fue una misión fallida, y aquí está el porqué

- señor Müller, aquí esta su almuerzo - le informo mientras le dejo su bolsa en mi mesa y me vuelvo a la mía

- señorita Smith, venga un poquito - me habla serio, por lo que creí que me hablaría de algo del trabajo - traiga una silla y siéntese aquí - le hago caso - ahora almuerce tranquila - dice mientras sonríe triunfadoramente

- señor Müller, no creo que...

- almuerce - vuelve a hablar interrumpiéndome

no tuve otra que hacerle caso, así que comencé a almorzar, mientras veía que el seguia firmando unos cuantos documentos

- listo, mucho por hoy - dice mientras deja las carpetas de lado y comienza a sacar su almuerzo, luego de verlo, observa el mío, y dice - quiero el suyo

- ¿qué?, pero si ya he comenzado a comer, y aparte, es lo mismo

- no me importa, el suyo se ve más apetitoso, quiero el suyo - resignada, estoy apunto de cambiarle el almuerzo cuando el abre la boca, esperando que yo le dé de comer, y al ver que yo no reaccionaba dice - tengo hambre señorita Smith, ¿es que acaso me quiere ver morir de hambre? - dice seriamente para luego volver a abrir la boca, esperando a que yo le dé de comer

así pasó la primera mitad del almuerzo, yo dándole de comer como a un niño de 3 años, luego de terminar con el, comencé a comer yo, mientras el volvía a lo suyo, y justo cuando termino mi última cucharada de comida, el se gira a verme

-¿ que se le ofrece ahora?

- nada, solo que tienes comida en los labios - dice mientras se echa a reír

- ¿qué?, ¿dondé? - comienzo a tocar mis labios para buscar lo que el me mencionó, pero de repente el me quita mi mano, y se acerca rápidamente a mi, quitándome casi por completo el aliento

el segundo beso de mi vida lo sentí más que el primero, ya que esta vez no aparecieron teletubies bailando en mi cabeza, fue un beso lento, sin prisa, en el que me transmitía paz, el beso duró hasta que ambos nos quedamos sin aliento, obligándonos a separarnos, pero Lukas no me dejó alejarme de el por completo, por el contrario, me apretó a el, y juntó nuestras frentes, nuestras respiraciones estaban más aceleradas de lo normal

- ¿por qué estás intentando alejarte de mi? - me preguntó en un susurro

- no lo sé, no sé nada ahora

- ¿tan nerviosa te pongo que te hago quedar muda? - le pregunta sonriendo

- no es gracioso - le iba a pegar despacio, pero Lukas tomó su mano y la pegó en su pecho - ¿qué haces?

- demostrarte que estamos a mano - después de que el dijera eso me dí cuenta de que sus pulsaciones era también muy aceleradas - no sé que es lo que te ocurrió hoy, pero no quiero que te alejes de mi

- ...

- en este corto tiempo tu te has vuelto alguien muy importante para mí, aunque no podría definir bien con palabras lo que estoy sintiendo ahora, sólo te puedo asegurara que no quiero que te alejes de mi

- ...

- dí algo, por favor, no te quedes callada - le dice incitándola a hablar, a decir cualquier cosa

- ayer escuché tu conversación con Robert, sé que son malos modales escuchar conversaciones ajenas, pero escuché mi nombre y creí que me estaban llamando, perdón, perdón

- no pidas perdón - sonríe mientras la abraza - entonces ya sabes lo que me ofreció Robert

- sí

- ¿escuchaste la conversación completa?, Robert no lo hizo adrede

- sí lo sé, pero no estoy segura de que quiera heredar su empresa, ni tampoco sé qué es lo que ha estado pasando últimamente, estoy algo confundida - le responde sinceramente

- si quieres saber la verdad, yo también lo estoy. ¿quieres que te cuente una historia?

- ¿si?

- hace un poco más de diez años, había un hombre que no tenía nada, sus padres fallecieron en un accidente automovilístico, en ese momento el aún era un chico que no entendía nada, no pudo terminar sus estudios, y para sobrevivir tuvo que comenzar a trabajar, hacía de todo, y se esforzaba lo que más podía, porque a pesar de todo, aún tenía a alguien por quien esforzarse, y esa persona era su novia, ella no lo abandonó cuando perdió a sus padres, no lo dejó cuando más lo necesitaba, y por eso mismo el pensó que ella era la mujer de su vida, pensó que ella se merecía todo el mundo, y el trabajaría duro por ello, hasta que un día ella explotó y le dijo todas las verdades a la cara, le dijo que era un pobretón y que se merecía a alguien que este a su altura, no a alguien quien ni siquiera la podría invitar a comer a un lugar digno de ella, después de eso, nunca más se vieron, ese hombre se volvió más reservado de lo que ya era, y encontró fuerzas para seguir adelante dentro del dolor, y creó su propia empresa, ahora, diez años después, llegó de la nada, una chica a darle vuelta su mundo, pero de una buena manera, esa mujer con su buena personalidad, con su sentido del humor, con su simpatía, lo encantó de una manera que nadie había hecho antes, y también hace que con ella se sienta cómodo, sienta que puede ser el mismo, y también le dan una peligrosas ganas de abrirse con ella, así como también quiere que ella sea así con él, siente algo especial, algo que no había sentido nunca antes, pero a pesar del miedo, quiere intentarlo una última vez -termina de decir mientras se da vuelta para mirarla, y la ve bañada en lágrimas - ¿Qué te ocurre?

- perdón...ese hombre de dices, eres tu ¿verdad?

- siempre tan inteligente - sonríe - sí, soy yo, y esa chica...¿ no quieres adivinar quién es?

fuego y hieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora