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Aunque no quería aceptarlo, sobreprotegía demasiado a Taehyung por miedo a que terminara otra vez en el hospital y que ya no despertara o que ya tampoco escuchara. A Taehyung no le gustaba que su madre no lo dejara salir a ninguna parte, pues no era ningún niño pequeño, pero tampoco sabía cuidarse solo, así que tenía que aguantarse.
Desde entonces había estado encerrado en su casa.
Todos los días y sin falta se sentaba frente a la ventana de la sala y observaba el día pasar. Siempre había sido un chico algo tímido, por lo que no tenía muchos amigos, sólo hablaba con Hoseok, quien a veces iba a visitarlo a casa después de las clases. Y en parte su condición no ayudaba mucho, pues ya se le era difícil de por sí entablar conversación con alguien.
Sin embargo, también le hallaba el lado bueno a la situación, pues no asistía a la escuela y eso para él era un sueño cumplido, pues podía dedicar el día completo a su cámara, a la cual le había agarrado mucho cariño.
Ese día como tal, se dedicó a tomar fotos frente a la ventana. Uno que otro carro pasaba puesto que la zona en la que vivía era demasiado tranquila. De pronto una mariposa voló frente a él atrapando su atención y no dudó en enfocarla con la cámara y tomar algunas fotos. Cuando la mariposa se cansó de posar tomó vuelo y trató de seguirla con la cámara, pero se desenfocó e hizo un puchero.
Volvió a mirar el lente.
Pero, ¿qué era eso?
Su cámara había enfocado un bello rostro que mágicamente había aparecido frente a su ventana. No tardó en tomar una buena foto y para poder creercela mejor esta vez enfocó aquel rostro con sus propios ojos. Aquel chico era muy hermoso, pensó el rubio.
ㅡ¡Hola! ㅡsaludó el castaño con una sonrisaㅡ Soy Jungkook.
Taehyung realmente quería responder, pero no sabía si aquel muchacho podría entender el lenguaje de señas, así que sólo lo miró.
ㅡTaehyung, ㅡel rubio se sorprendió cuando escuchó su nombre salir de su bocaㅡ ¿quiéres venir conmigo?
No lo pensó ni dos veces y recordando que su mamá no volvería a casa hasta en la tarde salió por la ventana y siguió a Jungkook hasta el jardín trasero. Ambos se acostaron a contemplar el cielo y las nubes, Taehyung incluso aprovechó para tomar foto a las que tenían alguna forma peculiar. Estaba muy risueño y no dejó de sonreír, hasta que sintió una mirada sobre él.
Jungkook sostenía su propia cara sobre sus manos mientras lo miraba.
ㅡEres muy hermoso.
El rubio se puso un poco rojo y sin pensarlo desvió la mirada hacia el cielo, pero Jungkook comenzó a acariciar su mejilla.
