Sé que te vas

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El frío se respiraba en las calles de San Fransokio. Las nubes se veían cada vez más oscuras e intensas, la ventisca se empezaba a hacer más fuerte, las personas corrían apresuradas por llegar a sus hogares y así conseguir un refugio de la tormenta que se avecinaba.
Las gotas de lluvia empezaron a caer formando pequeños charcos, la gente corría más apresurada para no agarrar un resfrío pisando los charcos.

En medio de la lluvia una chica de cabellos corto negro con mechas moradas, caminaba en medio de la lluvia, parecía no importarle si agarraba un resfriado o no.

Ese día había estropeado otro automóvil, ese día había sido despedida nuevamente de otro taller mecánico.
No era su culpa, según sus compañeros ese auto estaba ahí hace años y nadie lo venía a recoger incluso el dueño del taller lo estaba por mandar a la chatarra. Ese auto no servía ni para chatarra; pero ella lo había arreglado convirtiendo el sucio y oxidado auto en uno espectacular.

Ella lo había arreglado y ella lo había vuelto a estropear.

Que casualidad que el dueño llegará justo ese día a recoger lo que según él era una "reliquia".

La habían despedido por eso, vaya que el mundo era injusto.

Ella necesitaba el trabajo. Soltó un suspiro y siguió caminando hacia la parda del autobús cuando sintió que las gotas dejaron de mojarlo miró a sus alrededor la lluvia no había parado.

A su lado estaba un chico más alto que ella -bueno por su tamaño la mayoria eran más altos que ella- tenía una paraguas tapando a ambos.

-Hace frío.

-No te conozco.

-Bueno... soy Tadashi, ¿no cree que agarrara un resfrío si sigue caminando en medio de la lluvia sin protección alguna?.

-No -respondió seca, no tenia ganas de hablar por más amable que se viera el chico, siguió caminando.

El tal Tadashi se habia quedado ahí quieto para luego volver con un niño algo parecido a él.

Había pasado una semana y aun no encontraba trabajo, al parecer el dueño de ese taller le dio muy malas recomendaciones para que ella no vuelva a trabajar.

Soltó un suspiró, debía conseguir un empleo de la manera que fuera. Se pusó su chaqueta y salió dispuesta a conseguir un empleo.

¡Maldita sea! Ya había estado buscando por toda la mañana y no había encontrado absolutamente nada. Empezó a buscar por zonas que nunca frecuentaba en la ciudad, se encontró con un taller donde a duras penas consiguió trabajo.

Había pasado una semana.

Se encontraba en un café, explorar nuevas partes de la ciudad habían ayudado en eso.

-Tía... -Tadashi entró, ¡que demonios! ese chico la estaba siguiendo o que.

-Tadashi, ya llegaste, prepare mi receta especial.

Gogo debía irse, conocía mucho de la vida de ese muchacho para no haber mantenido un diálogo con él.

Sacó dinero y lo pusó sobre la mesa.

Dispuesta a irse, tomó un chicle y lo introdujo en su boca.

-Hey... -dijo Tadashi mientras se en la mesa que ella estaba.

Ella hizo reventar una burbuja de chicle.

-Tú eres la chica que le gusta caminar bajo la lluvia.

La verdad era que la universidad había observado a Gogo, era un chica talentosa y la querían ahí.

Y él era el encargado de convencerla.

Sé que te vas |#UnpopularShip|ShipTomadashiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora