Capítulo 5.

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Miércoles, ya faltaba menos para que llegara el fin de semana, éstos días pasarán rápido, tengo fe.

Me encontraba con Jean en la estación de siempre esperando que llegara el metro.

—Ayer me inscribí en fútbol. —comentó.

—¿En serio? Qué divertido, ¿Cuándo tienes práctica? —pregunté.

—Todos los días a mitad de mañana, al parecer el sábado el equipo del instituto tendrá juego y si mi rendimiento es bueno quizás pueda ganarme mi titularidad. —contó emocionado.

—¡Qué emoción! Bueno, esfuérzate muchísimo, y espero que me invites a tu juego el sábado. —reí.

—Sólo si prometes no coquetear con nadie. —entrecerró los ojos.

—Eso deberías decírselo a los chicos, no a mí. —respondí con mi mejor cara de diva.

El vagón llegó y todo transcurrió normal.

Por el radio el conductor informó que estábamos por llegar a la estación.

Comencé a sentirme nerviosa, quizás ¿ansiosa?

Algo dentro de mí quería ver de nuevo al chico de ayer.

Sacudí un poco mi cabeza borrando toda idea de cualquier cosa que tuviera que ver con él y desperté a Jean.

Las puertas se abrieron y esperamos como todos los días, al llegar a las escaleras lo busqué, mi mirada pasaba por todas las personas que esperaban el siguiente tren al centro.

Pasé unas dos veces mi mirada por cada fila sin encontrar nada, no estaba.

Estaba algo desepcionada.

¿Por qué te afecta eso María Fernanda? Deja de ser tan ridícula.

Ignoré lo ocurrido anteriormente y me despedí de mi hermano para luego caminar al instituto.

—Buenos días. —les sonreí a mis compañeros.

—Buenos días señorita, cuénteme, ¿hay algo novedoso hoy? —preguntó Camila.

Sabía a lo que se refería.

—Negativo el proceso señorita. —respondí.

Ella dibujó un puchero gracioso en su rostro.

Los demás, o mejor dicho, los que habían llegado nos miraban sin entender nada, sinceramente no quería contarles, no porque no les tuviera confianza ni mucho menos, sino que siempre he sido una chica que no le cuenta todo a todos, a veces eso es la clave.

Camila no tenía intención de contarles y yo tampoco, mejor así.

La mañana transcurrió normal, extremadamente aburrida, los miércoles son los días más aburridos ya que vemos las materias más fastidiosas.

Nos encontrábamos en Dibujo Técnico.

Hacíamos unos ejercicios de nuestro laminario.

—Mafer, estuve pensando y...

–—Espera, ¿En serio tú piensas? —la interrumpí para bromear.

—Jajá, muy graciosa. —rodeó los ojos—. Es en serio, pensé que deberíamos buscar nombres posibles para el chico ese. —comentó emocionada.

—Camila por Dios, estás pegada con ese tema, deberías dejarlo ya. —pedí.

Já, lo dice la chica que se puso triste por no verlo hoy en la mañana.

—Pero... —hizo pucheros—. Nada perdemos haciéndolo. —intentó convencerme—. Anda. —alargó la a.

Suspiré.

—Está bien Camila Antonella, hagámoslo. —accedí por fin.

—Bueno, por tu descripción debe tener un nombre corto y bonito, quizás se llame Alex, o Ian, tal vez Harry, Zayn, Niall, Liam, Louis... Ah, no, ellos eran One Direction antes de separarse. —fingió limpiarse una lágrima—. En fin, ¿Crees que se llame Ian? —preguntó.

_Mmm... No. _negué.

—Bien, veamos... —pensó—. Quizás Ben.

—Mmm... No sé, no me suena.

—¿Noah?

—Mmm... Quizás, puede ser. —dije moviendo la cabeza de un lado a otro.

—Qué tal Olly.

—Ese es nombre de chica. —fruncí el ceño.

—Claro que no, sirve como nombre de chico también. —Informó.

—Camila, parecemos unas maniática haciendo esto. —reproché.

—Pero... ¿Qué tal si nunca sabemos su nombre? Podemos elegir uno de los que planteamos hoy. —propuso.

—Estás completamente loca Camila.

Reí y continué haciendo el ejercicio del laminario.

¿Ben?

¿Ian?

¿Noah?

¿Olly?

Negué repetidas veces y seguí con lo mío.

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⏰ Última actualización: Jul 12, 2018 ⏰

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