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*Escuchar "The Only Reason" de 5 Seconds Of Summer.

—Lo siento mucho, Andy, pero Luke se dio cuenta de que Mike era su guardaespaldas. —Habló triste, se podía escuchar su voz desanimada.

Daryl había llamado a Andrew luego de que Michael llegara a su casa llorando, le dolía tanto ver a su hijo así.

—¿Cómo lo supo?

Daryl miró a su hijo, buscando una explicación, pero su mirada perdida y ojos hinchados le gritaban que no era buena idea preguntarlo.

—No lo sé. —Contestó simple. —Pero Karen y yo hemos tomado la decisión de que Michael volverá a casa, Luke no permitirá que esté cerca a él. —Dijo mirando la mejilla de su hijo que estaba roja, y que según él, Luke había golpeado.

No puedo permitir que eso pase... Michael hizo bien en la vida de Luke.

—Pero Luke no hizo bien en la de Michael, Andy. —Suspiró.

Michael contenía las lágrimas mientras escuchaba a su padre relatarle la historia al señor Hemmings, sentía vergüenza, vergüenza de ser tan poco hombre, de haberle fallado a Liz y a Andy, vergüenza de haber involucrado su corazón en su trabajo, vergüenza de llorar frente a sus padres, de ser tan vulnerable, de estar roto, de mostrar que Luke le había roto el corazón, el alma, las ilusiones, simplemente se sentía vacío, roto, muerto.

—Lo entiendo, pero Luke no puede estar solo... No permitiría que le pasara algo a mi pequeño hijo, Daryl, amigo, tú lo entiendes.

—Luke es un chico caprichoso... Y no permitirá que Michael se le acerque, nunca más. —Suspiró. —Esto es todo, Andy.

Michael apretó los ojos, no quería llorar frente a su padre, no podía mostrar que un chico le había roto el corazón.

—No, Daryl, ésto no se trata de los caprichos de Luke, se trata de su seguridad. Le juré a Liz hacerlo. Y Michael va a continuar cuidándolo, aunque así no lo quiera.

"No podría dejarte ni aunque quisiera" Michael exhaló.

—Haré lo que sea posible, Andy. —Suspiró y cortó la llamada.

Michael se quedó mirando un punto fijo en el espacio. Pensando en Luke, su Lukey, su bebé.

No quería imaginar cómo se pondría Luke al enterarse de que su padre los obligaría a estar juntos.

Y la verdad era que a Michael le había dolido todo lo que Luke había dicho.

Tanto así, que le obedeció, y desapareció cuando abrió sus ojos.

No se despidió de Liz, ni de Andy. Sólo se puso su camiseta, sus zapatos, obviamente pantalones y salió de la residencia Hemmings sin mirar atrás.

Sin nadie que lo detuviera.

Tan pronto como su madre lo vio tocando la puerta, con el cabello mojado, los ojos hinchados y la mejilla roja, lo abrazó. Y ésto lo hizo llorar más.

Así que tomó su maleta, les dio las "Buenas" noches a sus padres y se fue a su dormitorio.

Pero no había logrado dormir. Pasaban las horas y sólo daba vueltas en la cama, pensando en que hace 12 horas estaba durmiendo abrazado a su rubio, y que ahora estaba sólo en su habitación, con el corazón roto y sin Luke.

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—Sólo concéntrate, Mike. —Liz acomodó su cabello negro tras su oreja y besó su frente. —Es tu trabajo. No veas a Luke como tu amigo, es tu cliente. ¿Bien? —Asintió con la mirada perdida y Liz suspiró al notarlo.

Ese chico dulce y tierno ya no estaba, Michael tenía el corazón roto.

—No quiero perderlo. —Dijo de repente.

—¿A qué te refieres, Mike? —Preguntó confundida.

—Yo lo amaba realmente, eso nunca fue una farsa, lo juro, L-Liz, lo juro. —Llevó las palmas de sus manos a su rostro, para cubrir sus lágrimas. —É-Él está en peligro y no me perdonaría si le pasa a-algo malo. —Se abalanzó a abrazar a Liz y ella le correspondió, sin saber realmente qué decir.

Sólo se limitó a abrazarlo.

Luke entró a la cocina, Michael sintió un escalofrío al verlo, es decir, hace una semana que lo había echado de su casa.

Liz secó las lágrimas de Michael para que Luke no las pudiera ver y le dio su mejor sonrisa. Sabía que Luke podía ser muy hiriente a veces y no quería que viera la vulnerabilidad a flor de piel en Michael.

—Apúrate, llegaré tarde. Otra vez. —Dijo de mala gana hacia el ojiverde. —Adiós, mamá. —Se despidió simple y comenzó a caminar.

Él sólo suspiró y lo siguió hasta su auto, en el camino no cruzaron palabra, ni mirada, ni se rozaron, nada. Michael estaba muerto para Luke.

Luke bajó del auto y comenzó a caminar hacia su salón. Michael lo siguió, era su trabajo después de todo.

—No tienes que ir conmigo a clase. No tienes que fingir ser un estudiante. —Rodó los ojos y aceleró el paso.

Michael guardó silencio un momento, al menos le dirigía la palabra, eso era bueno, ¿No?

—Es mi trabajo, debo cuidarte. —Exhaló. —No podría dejarte ni aunque quisiera. —Murmuró, afortunadamente el rubio no escuchó.

—Sé cuidarme sólo. —Bufó. —Mejor debería cuidarme de mentirosos y falsos amores, eso es más peligroso que una bala, ¿No crees? —Dijo cínico y eso fue como una patada en los testículos para el pelinegro.

—¿Puedes dejar de actuar como un tonto? —Rogó y caminó más rápido para quedar al lado del rubio. —Hago ésto por tu padre, pero claramente un inmaduro como tú no lo entendería, eres un imbécil.

—¡Sí, Michael! Soy un imbécil. —Paró y lo encaró, asustando al pelinegro. —Un imbécil por creer que sentías algo por mi. —Dijo irónico.

Llamaron la atención de algunos estudiantes que habían llegado temprano, los pasillos comenzaban a llenarse y en silencio todos se paraban en cierta distancia a ver lo que pasaba.

—¡Eres tan imbécil que no sabes ver los actos que las personas hacen por amor! —Lo señaló acusativo. —¡No sabes cuando un "Te amo" es real porque probablemente nunca has dicho uno!

—¿Y cómo sé que no me estás mintiendo ahora también? ¿Eh? —Chasqueó la lengua. —Lo hiciste una vez, no te costaría nada hacerlo de nuevo.

—Lo sabrías si entendieras que todo lo que hice, hago, y continuaré haciendo, fue por amor, Luke Hemmings. —Dijo despectivo su nombre.

Luke lo miró con ira, Michael no se quedó atrás y juró que la furia podría salir expulsada de sus ojos como un láser. Sin embargo Luke asintió luego de un momento, miró a su alrededor y ya habían algunas personas viendo la escena de drama que habían causado sus gritos, entre ellas, estaban Sierra y sus amigos.

Michael posó sos ojos verdes sobre Sierra, rogando al cielo porque si moría no fuera al infierno, y besó a Luke, enfrente de todos.

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—¡Estás loco, estás oficialmente loco! ¡Ahg! —Cerró la puerta bruscamente y golpeó su cabeza contra el volante del auto.

—Loco por ti. —Subió al auto y también cerró la puerta. —¡Bien, vámonos!

Ambos habían decidido pasar un fin de semana en la casa de playa de los padres de Michael, para así tener tiempo a solas y arreglar lo que con tanto esfuerzo habían construido.

—Debiste ver la cara de Sierra. —Rió. —Aún tengo en la mente sus ojos de "¡Luke acaba de besar a un chico!"

—¡Calum no podía parar de reír! —Agregó el rubio. —Definitivamente hablarán de eso por el resto de nuestras vidas.

—Por el resto de nuestras vidas. —Repitió Michael y tomó la mano de Luke, ambos sonrieron.

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protection;;mukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora