Me había atrapado

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Capítulo nueve

Ethan

Tenía la pierna de mi amiga sobre mi regazo, con una mano presionaba un trozo de tela que había cortado de mi camisa en su rodilla y con la otra intentaba mantener su pierna firme ya que la movía por el dolor de la raspada que se había hecho.

En ese entonces Alix tenía 11 años, los gemelos y yo teníamos 14 años, desde siempre nos había gustado jugar futbol juntos sin importarnos que ella fuera una niña pero en los últimos meses Cesar era un poco brusco al jugar y Alix siempre terminaba con algún rasguño, nosotros también pero no era tan importante como lastimar a una chica.

—¡Duele! —gritó mi amiga cuando hice un poco más de presión en su rodilla—. Ethan —gimió—. En serio me duele deja de presionar así.

—Lo siento —dije y aparté mi mano. La tela ya se había pegado a su piel y preferí no moverla hasta que llegaran los gemelos con el botiquín que les había pedido ¿Por qué tardaban tanto?

—Cesar me las pagará —dijo mi amiga golpeando su puño con su palma extendida—. A este paso mis rodillas quedarán marcadas y mamá se molestará.

—Tal vez deberías de dejar de jugar con nosot…

Ella pellizcó mi mano hasta que dejó un punto rojo.

—Mejor Cesar debería dejar de jugar con nosotros, es el único que juega como burro…

—¡Ya lo encontramos! —gritó Carlos.

Los dos, junto a Cam, se acercaron corriendo a nosotros con el botiquín en los brazos. Cuando llegaron prácticamente les arranqué la meletita blanca de las manos y me apresuré a abrirla para tomar alcohol y algodón.

—Me va a doler —se quejó Alix con un berrinche.

—Perdona, Alix —dijo Cesar apenado.

—Ni creas que eso te va a salvar de mi venganza —amenazó mi amiga y él tragó ruidosamente.

—Pásame una gasa seca, Cam —le dije a mi hermana y ella se apresuró a hacerlo. Cuando vio la cortada en la rodilla de Alix le lanzó una mirada asesina a Cesar. A mi hermana le salían muy bien las miradas de mamá y eso que tenía solamente 9 años.

Rápidamente limpié el raspón en la rodilla de Alix y la vendé para protegerla en lo que nuestros padres llegaban del trabajo. Cuando terminé de ponerle la venda ella ya se había enfrascado en una discusión con Cesar.

—Mejor ve a jugar con muñecas —le dijo él.

—Ya sabes que yo no juego con eso —le gritó mi amiga.

—Pues deberías, así no nos estorbas cuando nosotros jugamos —y así fue como él se dio cuenta de que todos estábamos creciendo.

—No le hables así —entré a defenderla.

—Sí, ella puede jugar siempre que quiera —dijo Cam haciendo pucheros.

—Entonces que no se queje —espetó.

Alix se volteó hacia un lado y Cesar hacia el otro dándonos a entender que no se hablarían en lo que restaba del día, esas cosas habían empezado a pasar más seguido. Para mí eso era un acto de inmadurez por parte de él pero siempre decían que los hombres madurábamos más lento que las mujeres y más él que había sido dividido a la mitad en la panza de su mamá, seguramente por eso era el doble de inmaduro.

—Todos ustedes necesitan salir con alguien —dijo Carlos rompiendo en silencio. A pesar de que teníamos 14 años él ya tenía una novia en la secundaria y decía que era lo mejor de su vida. Cesar y yo no estábamos aun con ninguna chica, nos parecía que todas eran muy raras, les gustaba usar mucho maquillaje y la cara siempre la tenían más blanca que la harina.

Catch me baby (KMB Libro #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora