La luna roja

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La noche nos cubría
Era una noche igual a las demás excepto por una cosa

La luna era roja

Eso ya era extraño por si sólo, pero ya había pasado antes por lo que no le dimos importancia

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Eso ya era extraño por si sólo, pero ya había pasado antes por lo que no le dimos importancia.

¿Lo recuerdas?

El bosque se iluminaba con la roja luz de la luna.
Los grillos cantaban y las nubes se avecinaban.

Estuvimos allí, tu y yo, ¿encerio no recuerdas?

La lluvia se sentía cada vez más cerca de nosotros.
Decidimos entrar a las tiendas para no mojarnos.
Y así fue, 3 o 4 horas de lluvia continúa.

El aburrimiento nos jugaba una mala pasada.
Los sonidos del bosque nos incomodaban.
La preocupación por el campamento nos invadía.

¿Que sería del campamento luego de la tormenta?

Decidimos dormir para que pasara el tiempo, pero nos fue imposible pegar el ojo.

¡¿Que diablos eran esos sonidos?!

Las ramas crujían
Los grillos cantaban a la par que las ranas
Las vacas cercanas hablaban de vez en cuándo
Los relámpagos sonaban
Y la lluvia caía.

Cada vez los sonidos parecían hacerse mas intensos.

"Por favor que pare pronto"

Nos repetíamos.
El frío era abrumador y la lluvia no parecía querer parar.

Cuando pasaron las horas y la lluvia paro nos tranquilizamos un poco.
Eramos unos niños en ese entonces.

No recuerdo que hacíamos allí, ¿y tú?

Luego de la lluvia logramos descansar unas horas hasta que salio el sol.

Era barro por todos lados
Ramas caídas
El arroyo desbordado

Los animales cercanos ya no estaban a la vista

"¿Se los habrá llevado el dueño?"

Eso queríamos creer. Pero... Entonces nos dimos cuenta...

El arroyo estaba de un tono amarillento
Los animales si estaban, solo que nunca estuvieron con vida.
Estábamos allí esperando a nuestro padre que salio a cazar.

Pasaron dos días
Y no había señales de el.

Poco a poco recordábamos lo que pasaba.

Teníamos la comida que nuestro padre nos había llevado el primer día.
Con la lluvia y la preocupación nos habíamos olvidado de comer.
Estábamos hambrientos.

Creo recordar que el dueño del campo de alado nos cuidaba de vez en cuando.
El tenia una choza cercana.

Mientras mas pasaban los días menos comida teníamos.
La lluvia había vuelto...

Ya estábamos desesperados, queríamos salir de ahí cuanto antes.

El dueño de la casa de alado comenzó a pasar todas las noches por el borde del terreno con una farola antigua y un cuchillo que usaba para cortar la mala hierba, o eso pensábamos.

Séptimo día.
Papá ni ha aparecido

Y para peor el dueño del campo de alado al que le llamamos "Cal" sin saber si estaba bien ya no pasaba.

Ya habíamos estado una semana allí.
Era hora de irnos, con o sin nuestro padre.

Juntamos todo y salimos mientras la lluvia era débil.

Caminábamos cargando las tiendas y las linternas en las manos.
Se nos habían mojado las baterías pero nos gustaba llevarlas en las manos.

Fue cuando llegamos a casa cuando vimos a nuestro padre, muerto en el sofá.
Nuestra madre llorando en el suelo.

Nuestro padre se había suicidado tomando pastillas.
Nuestra madre estaba devastada.

El dueño del campo de alado nunca se le volvió a ver.

Nadie cree la historia.
Pero la luna esta de testigo.

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