¡Que esta mierda no piensa funcionar! Ya eran las 7:30 de la tarde y yo iba tarde a los dulces 16 de Anahi, estaba tan enojada con mis padres. Siempre estaban avisados de mis planes y por más que me empeñara en repetírselos miles de veces no les entraba en su ¡cabezota!
Me estaba tratando de alisar el nido de pájaros que tenía como pelo, pero no la maldita plancha parecía estar en mi contra de nuevo.
La fiesta empezó no menos de hace una hora, pero para mi suerte mis padres solo me dejan quedarme a las fiestas hasta la ¡1:00 de la madrugada! Es muy poco tiempo para un alma fiestera como la mía. La plancha seguía sin calentar y yo solo quería gritar, pero creo que no solo lo pensé.–Amy deja de maldecir, ¡usa palabras adecuadas para una señorita como tú!–. Es tan maldita mente exagerada, solo grité una que otra palabrita que no le hace daño a nadie, ademas todo lo aprendí de ella y su boquita suelta.
–Maldita plancha–. Dije por lo bajo, tratando de ahorrarme otro sermón de parte de mi madre. En lo que soltaba un par de maldiciones, la cabeza de una rata se asomó por la rendija de mi puerta y yo no pude hacer nada mas que volver a callar. Si y esa rata no era nada más y nada menos que mi hermana menor la rata inmunda.
–¿Que quieres?, ya te eh dicho mil veces que no entres a mi cuarto sin antes rodar, y si lo vuelves hac...–. No puede terminar mi sermón hacia su persona diminuta, pues la cosa inmunda me había interrumpido.
–Dice mamá que te quiere lista y abajo en menos de 10 minutos o no saldrás a ninguna parte, o y que por favor antes de bajar le lleves la cesta con ropa sucia–. La rata se dio media vuelta para salir de mi habitación, cuando la paré tirándole otro sermón, que por cierto funcionó para hacerla volver a su posición anterior cerca de mi peinador.
–Porque no lo haces tú, tengo que hacer funcionar esta mal... perdón esta plancha antes de poder hacer otra cosa o no saldré en todo la noche de aquí, así que por favor hazlo tú y no protestes porque no estoy para ningún regaño de mi...–.
–Si tan solo usarás esa cabezota que tienes, hubiera por lo menos pasado por tu cabeza que la mata pelo no esta conectada, ¡tonta!
Y así la pequeña rata me hizo entrar en razón y se fue sin antes no dar un portazo como si lo que hice fue la ofensa, lo único que me quedó fue rodar los ojos y revisar si era cierto que no estaba conectada, y efectivamente no lo estaba, me sentí tan tonta pero ni que hacerle era mi naturaleza y por un momento me sentí mal por a ver perdido tanto tiempo. La conecte y puse manos a la obra para poner desente el nido de pájaros.
(...)
Una hora. ¡Una maldita hora! Eso fue lo que me tomo acabar de arreglar el desastre que tengo de pelo, mi madre vino a avisarme que ya no iría y que irían a comprar algo de comer, yo con medio maquillaje echo caí en la cama haciendo un berrinche, que por supuesto no serviría de nada puesto que no llamaría la atención de nadie en la casa pues mis padres y hermanas habían salido ya.
Me sentía tan enojada y tan frustrada, en la fiesta estarían mis mejores amigas y estaría el chico más buenorro de nuestra generación, pero eso no era mi principal razón, había sido la maldita culpa de la semana tan estresante que tuve por culpa de folcklorico y por culpa de los estudios para los exámenes finales que tendríamos que presentar en dentro de un poquito más de un mes, era demasiado para mi cabezita , además estaba aplicando para un programa de verano y es demasiado papeleo y dios ya tengo tantas cosas encima que ya nose si se me está olvidando algo. El punto, enserio necesitaba distraerme, pero bueno ya que le hago.Aburrida, empece a leer un libro encargado por mi maestro de inglés el libro se trataba de unos niños que su avión se había estrellado y extraviado en una isla. Me encantaba leer entonces no era para nada molesto para mi tener que leer este libro que me llenaba de emociones diferentes y me hacía sentir adentro del libro gracias a que tenía una narración excelente.
El reloj amenazaba en tocar muy pronto las 9:00 de la noche y yo la verdad ya estaba cansada y quería meterme en mi cama con mis cobijitas. Por alguna razón el culpable de no meterme en cama a un de nuevo era mi celular, estaba platicando con un grupo de amigos que vivían al otro lado del mundo, me encanta conocer a gente de todo el mundo, pues era muy interesante conocer su cultura y conocer nuevos lugares, simplemente ampliar mi conocimiento. Dirán esta loca que arriesgada ¿no? Pues si estoy loca pero soy una loca con conocimiento, conocer gente por medio de una aplicación, que escándalo ¿no? Si, si lo era pero me gustaba mucho, era simple descargar una aplicación poner el video chat al azar, darle click algunos botones y es todo.Hummmm hablando de aplicaciones y eso, ¿porque no? Pensé para mi persona. Si, hay que usarla hacer nuevos amigos no me vendrá mal. Me levante de la cama y prendí las luces led y apagué las luces del techo haciendo iluminar mi cuarto en una luz suave y tenue. Mi cuarto era uno cualquiera, tenía una cama un poco grande para ser solo para una persona, mi cuarto consistía de cuatro paredes dos pintadas de rosa combinando con mi cama color rosa con morado y las otras dos paredes blancas contrastando mis muebles y mi gran alfombra blanca, tenía un gran ventanal que daba a mi terraza y en esa terraza se encontraban mi mini jardinera. Mi cuarto era mi lugar favorito, podía pasar horas en el leyendo o simplemente jugando con Luna mi erizo. Ya con la luz mas baja decidí tirarme en mi alfombra, una vez ya acomodada y cómoda decidí usar la aplicación en busca de algo nuevo.
Los video chats empezaron a correr pero no encontraba a nadie interesante, solo hombres morbosos jalándose el ganso, pero bueno que se le hace, ya llevaba una hora en video chat y solo había hablado con una muchacha de cuba pero el video chat se corto y tuve que reiniciar de nuevo.
–Estupida conexión–volví a maldecir en voz alta. Seguí y seguí buscando pero solo no encontraba a nadie de mi interés hasta que...
Era un chico viendo a la nada y....–Hahahahaha, no puede ser– grite escandalizada, entonces el volteo a verme con aquellos ojos, dios aquellos maldito ojos y esa maldita sonrisa que me dio, pero eso no quitaba el echo de que lo allá visto urgandose la nariz provocando quitarle cualquier encanto.
–Yo lo siento, no me había dado cuenta que la aplicación seguía abierta– se disculpó el moreno de ojos color miel, dios mío que hermosos ojos. Me que viéndole descaradamente, casi llenando una cubeta con baba.–¿Hola?
–Discúlpame, quede en shock después de verte urgandote la nariz.–bromeé pero el se veía un poco serio pero con una sonrisa coqueta, de nuevo esa maldita sonrisa.
–Hahaha pensé que estaba solo, no me di cuenta que no había apagado la cámara de mi celular.
–Ya pasó, disculpa y ¿como te llamas?
–Bruno, me llamo Bruno– y de nuevo sonrío y fue como caí en ese juego, desearía tanto haber ido a esa fiesta.
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Primer capítulo, no tuvo demasiado pero prometo ir alargando los capítulos.
Tal vez muchos ya no me conocen o ya nadie verá la historia pero vamos, llevo más de un año sin publicar nada. Pero amo escribir y he mejorado en mi escritura así que eh vuelto, pero con una historia más personal.
Amo esto y los amo ustedes, espero me apoyen y si cap uno ¡terminado!
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•¿Cuanta Distancia Más?•
Teen FictionHistoria basada en la vida real. Es 100% real, una parte de mi vida. La historia será modificada para cubrir identidades y algunas cosas serán modificadas como lugares o cosas para evitar el descubrimiento del anonimato. Esta será una historia sobre...