KuroDai Week 2018

3 [Moral Ambiguity]

Aquí se hace gala de las caras ocultas ante los ciegos de Kuroo, rated K por la insinuación del final.
No tiene mucho sentido pero espero que os guste.

Kuroo Tetsuro no posee una gran moral, ni ambigua ni de ningún tipo.

Hace lo que quiere cuando quiere.

Presume de sus pecados como logros y esconde sus medallas tras cicatrices que piden a gritos ser habladas de entre boca y boca.

-Entonces, ¿eres un ladrón?

-Vivimos en un mundo donde el pillaje es la moneda común en la vida cotidiana. Todo vale con tal de enriquecerse a costa de los demás y engañar con el argumento de la lucha a favor de los pobres o los más débiles.- Usa un tono pedante nada típico de su persona.

-Vale, eres un Robin Hood al que se la suda todo.

-Asimismo, se busca los "culpables" para destacarlos con letras mayúsculas pues la lógica de lobos y corderos es el símbolo que pone en marcha un torbellino de angustias del que suele alimentarse nuestra sociedad.
Todo está fuera de control ya que la normatividad parece disolverse como un copo de nieve calentado por el fulgor de las acciones ajenas.- La desfachatez humana haciendo gala de palabreríos y creencias es algo muy extraño de ver.

-Oye bonito, no tendrás fiebre, ¿verdad?

Kuroo presume de sus heridas de forma directa y Daichi se gana el reconocimiento con acciones y no solo demostraciones de batallas pasadas.
La gente es capaz de sacrificar todos sus valores por obtener beneficios materiales rápidos, degenerando su comportamiento moral y justificando las barbaridades más estúpidas por dinero.

Solo que Kuroo, como buen mal ladrón, no roba objetos materiales.

La quita el aliento y se niega a devolvérselo cambiándolo por un beso.

-Anoche estuve leyendo el nuevo artículo de Shirabu- Kuroo inmoviliza su cintura cuando va a comprobar si tiene fiebre.

-¿Y te lo has aprendido para...?- Hace un rato, desde el comienzo de esta, que se había perdido. Hay veces que el comportamiento de su novio no tiene ni pies ni cabeza

-Para impresionarte- Se acurruca aún más contra su cuerpo cálido, incitándole a unos minutos más en la calidez de sus cuerpos. Kuroo trabaja desde casa y él ha terminado mis exámenes.

-Pues lo has hecho.- Le besa el nacimiento de la mandíbula- me ha impresionado lo dormido que puedes llegar a estar y las incoherencias con tanto sentido que has dicho- Ahora el beso en la clavícula, no está buscando hacer nada, pero se encuentra a gusto y quiere mostrarlo.

-Eh, no te pases.- Daichi lo mira escéptico, abrazado a su cintura- Con la ilusión que me hacía mostrarte lo listo que es mi kohai.

-Kuroo, ni siquiera ibais al mismo instituto.

-Detalles- Deja el ordenador a un lado del nido que tienen por cama y abraza en su totalidad a su novio.- Pero no te asustes si te empiezo a abrir la puerta o colocarte el asiento.

-Pero, ¿acaso has entendido a lo que se refería Shigerou?

-¿Que si no digo nada puedo mirarte el culo cuando pases antes que yo?

Y ese idiota, el mismo que tiene un problema de comprensión lectora y una pedantería inigualable, es la persona con la que más pleno se siente.
Le da igual tener que felicitarle cada vez que le cuente un acto heroico, está feliz y se está bien a su lado. Con un poco de suerte la rutina estricta del desayuno de Tetsuro pueda retrasarse un rato.

Ríe con disimulo al notar la mano descender hasta la más bajo de su espalda, puede adivinar la expresión que tendrá en ese instante. Al fin y al cabo es un niño graciosillo que imita como un loro lo que no comprende.

Kuroo le lee la mente aún no viendo sus ojos, es adorable a algunos sentidos, así que tampoco se queja cuando el agarre se hace firme y le quita el sueño de un plumazo.

Al fin y al cabo no tiene moral, y el es la voz de la razón en su camino. Pero esto no siempre tiene porque ser así