Juntos, contra todo. #2│Federico Vigevani. (EDITADA)

Capítulo 5// eternos

─ ¿Estás segura? ¿Te hiciste análisis de sangre? 

─ ¿Para qué quiero un analisis de sangre si sé que no estoy embarazada?

─ Para saber que realmente no lo estás. ─ habló mientras caminabamos por el parque de la mano. 

─ Sé que no lo estoy, pero mirá, el fin de semana si todavía no me vino me hago uno, así estás contento

─ Contento no, estaría tranquilo de saber, no importa si estás o no, importa que ahora estamos juntos. Haya o no haya bebé. ─ dijo y me besó. 

─ Estoy segura de que no. 

Esa noche dormimos en el hotel, aunque no dormimos demasiado, ambos nos extrañábamos, en todo el sentido de la palabra, estábamos tan necesitados de querernos, de decirnos lo mucho que nos amabamos, que casi no teníamos tiempo de pensar en que iba a suceder después. 

Incluso ahora mismo, estaba disfrutando el aquí y ahora, no podía pensar en nada más que disfrutarlo a él. Y tal vez así era lo correcto. 

─ ¿Vas a volver a la casa? ─ preguntó Federico, que evidentemente si tenía la mente en otra cosa además de en mi. ─ No te quiero presionar, pero tampoco quiero que estés acá sola cuando podemos estar con todos allá.. 

─ Es que creo que ese es el problema, ojo, los amo ─ aclaré ─ Pero hay demasiada gente ─ opiné, acostada en su pecho. ─ Es todo todo el tiempo gente, y si, bvoy a volver, pero ahora te quiero tener un poco para mi sola. ─ hablé mirandolo a los ojos. 

─ Me gusta eso de estar un poco solos.. ─ acotó, con otras intenciones. 

─ Si, vigevani, pero no hablaba de eso en particular. Hablo de que me gusta tener un poco de mi privacidad. No se, me acostumbré. 

─ ¿Acostumbré? ¿No vivías con Valentina vos? 

─ Si, pero este mes estuve viviendo sola, y con visitas express de Mía. 

─ ¿Y Valentina? ¿Se mudó? 

─ Más bien medio me choreó la casa, pero es un tema largo que se yo, está feliz, por lo que vi. Pero no hablamos mucho, no sé. Viste que todo al rededor mío es raro. 

─ ¿Yo también? ─ quiso saber 

─ Vos en ese momento no estabas al rededor mío. 

─ No, es verdad, yo suelo estar más.. Arriba, tuyo. 

─ ¡Federico! ─ reí. 

No quería que ese momento se terminara nunca.