3 meses antes

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Sábado por la mañana y no había nada que hacer. Las horas pasaban lentas y mi aburrimiento aumentaba cada vez más. Esperaba tu mensaje con ansias. Hace poco nuestra amistad había tomado un rumbo que nos unía de forma mas fuerte. Eras mi mejor amigo.
El sonido de notificaciones suena por la habitación. Enseguida dejo lo que estoy haciendo y centro mi atención en el pequeño movil.
Eras tu, con ese poder de alegrarme el día con solo un "Hola".
Las horas pasaban y nuestra charla parecía nunca acabar, me sentía cómoda, en casa, nos sentíamos bien.
A veces no necesitábamos hablar, nuestro silencio lo decía todo. Nos queríamos.

El día que empezamos a hablar ambos estábamos castigados. Aun recuerdo esa emoción que sentí cuando me preguntaste si quería ser tu mejor amiga. Aun recuerdo esas lagrimas de felicidad que corrieron por mis mejillas y esa pequeña sonrisa que embargaba mi cara.
Poco a poco nos dábamos cuenta de lo iguales que éramos. Nos gustaban las mismas cosas y sin siquiera pedirlo una confianza nació entre ambos.
Todo era una maravilla.

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