Fue un golpe muy duro para mi hermano aquel rechazo, él se había jugado todo. Salió de aquel lugar pensando en nunca más volver. Para tranquilizarse solo quedo caminar, no faltaron las ganas de llorar pero se las aguanto. Se sentía muy enojado por ser rechazado de esa forma, su cabeza estaba llena de preguntas: ¿Porque se dejó llevar Tatiana? ¿Por qué se dejó besar? ¿Porque esa reacción tan violenta? El no se explicaba si a ella parecía que le gustaba.
Caminaba en soledad, con su saco en el hombro, ya su camisa abierta, parecía derrotado pero esa noche no podía terminar así, al menos el eso quería. Volver a la fiesta no era una opción a pesar de que tenía muchos conocidos, no tenía cara para volver. Solo decidió caminar, el resto ya no importaba. A medida que se acercaba a la costanera se iba encontrando con grupos personas, ellos parecían felices, que paradoja el tendría que estar así pero parecía que nada le iba a cambiar aquella suerte. El iba contando la felicidad en medio de su tristeza, 1, 2, 3, 4, 5 grupos, y allí llegando a la costanera se confundió, cuando alguien lo reconoció y vino hacia él, ¡era Brenda! ella estaba con sus amigas despidiéndose, se la notaba un poco alcoholizada:
— ¡Joaquín! Bonito, ¿Qué haces solo por aquí?—lo abrazo, mi hermano quedo paralizado pues nunca se habían llevado de ese modo, Brenda parecía otra persona.
—Solo estoy caminando. —respondió con cierta incomodidad que sorprendió a Brenda, que lo miro a los ojos al darse, al verlos triste.
—espérame acá, no te me escapes. — después de eso, se fue a despedir a sus amigas. Cuando volvió solo dijo "vamos a caminar". Mi hermano acepto aunque no le quedaba de otra ella estaba decidida a no dejarlo solo. Pero Joaquín se sentía horrible, en su pensamiento solo estaba la idea de que él le arruino la noche y se lo iba a ser saber:
—Brenda, no puedo llevarte conmigo. Si queras podemos alcanzar a tus amigas.
—No Joaquín no quiero estar ahí. —dijo Brenda muy segura.
—no te quiero arruinar la noche es mejor que te vayas.
—Joaquín no me voy a ir. —se acerco para abrazarlo pero él se alejo de ella. Y empezó a caminar. —no importa te voy a seguir, en 3 horas tenemos que ir al mismo lugar. — tenía razón ellos esa noche tenían que viajar.
Mi hermano siguió su caminata sin responder, Brenda atrás de él. En ese momento empezó a sentir el cansancio, busco algún lugar para sentarse y reflexionar en tranquilidad, ella se sentó a su lado. Allí vieron la imagen que los iba acompañar de por vida, el rio estaba calmo la luna se reflejaba en el, las hojas caían de los lapachos suavemente, el firmamento lleno de estrellas, el silencio era incomodo pero al verla mirar aquel majestuoso rio, se tranquilizo, lo único que escuchaba eran las corrientes correr veloz. Allí fue que decidió que si alguien le prestaba un oído él lo iba a emplear. Abrió su corazón, sin dar muchos detalles ni nombres le contó a Brenda lo que había pasado. Ella solo lo escuchaba sin juzgarlo, Lo abrazo para reconfortar, se notaba el cariño de ella hacía el. En un momento, ella lo levantó de un tirón:
—la noche no termina y creo que no te queréis llevar este recuerdo. —y así ella iluminó aquella madrugada, ambos caminaron riéndose y olvidándose de todo. Solo pararon una vez en un banco para descansar, viendo las estrellas, la brisa que erizaba la piel de Brenda, el decidió abrazarla para que no sintiera frío. Ese abrazo llevo a una caricia, esa caricia llevo a una miradas, y esa mirada hizo que Joaquín pose su mano en el rostro Y acercándose lentamente vio como ella cerraba los ojos y la beso. Fue el beso más tierno que había dado. Después de ese beso siguieron unos cuantos más hasta quedarse dormidos en ese banco como dos enamorados.
No sabían que los despertó pero por suerte lo hizo. La desesperación les invadió tendrían que cruzar media ciudad en poco tiempo. Sus padres no paraban de llamar, era urgente llegar a la terminal. Buscaban un remix que apareciera después de mucho caminar algo apareció.
Al llegar a la plataforma para embarcar los abrazos y las despedidas no se hacían esperar, yo recuerdo fui unos de los últimos en despedir a mi hermano. La verdad se veían tan bonitos ahí sentados juntos.Después de 15 minutos de salir de la terminal se apagaron las luces del bus, en la oscuridad parecía que ellos iban solos, aprovechando eso se dieron los besos que no se habían terminado de dar, esta vez cambiaron la ternura por pasión y las caricias cada vez se hacían más frecuentes, la piel suave de Brenda lo estaba seduciendo a ir por mas, ella no se quedaba atrás, cada vez se animaban a más, tratando de hacer el menor ruido posible ahogando cualquier gemido, como cuando Brenda mordió los labios de Joaquín o cuando el recorría aquel delicado cuello con sus labios haciendo que ella tenga que ahogar su excitación con un suspiro.
Ahora ella manejaba los ritmos, empezó a jugar con los botones de la camisa de Joaquín, iba bajando uno tras otro. El sentía unas cosquillas a los roces de ella, pero a su vez otra cosa también reaccionaba. Qué decir cuando llego al cinturón y lo desabrochó, ese fue el detonante para que Joaquín pierda el control. La levantó de aquel asiento y la puso enfrente de el, empezó a acariciar debajo de su falda, sus muslos suaves mientras besaba sus pechos, Ella se retorcía de placer mientras jugaba con el cabello de Joaquín.
Lentamente iban subiendo las manos de Joaquín hasta llegar a aquella ropa interior, la fue bajando con calma mientras con los bordes de la mano sentía aquel calor que emanaba aquella piel que en ese momento el anhelaba. Brenda al sentir eso, se acerco mas y se abrazo a Joaquín, un tanto incómoda pero quedaron de frente, sus labios se volvieron a besar entre gemidos, ella empezó a desabotonar el pantalón, mientras el chico no perdía su tiempo las manos jugaban a perderse en aquellos muslos.
Cuando Brenda pudo bajar un poco un pantalón, empezó a acariciar por arriba del bóxer, ya todo estaba preparado Joaquín solo debía sacar el preservativo de su bolsillo. Ella baja despacio la ropa interior de él. Ya estaban en su clímax. Ya no importaba el exterior solo ellos y su placer. Él sentía como aquella mano recorría su amigo suavemente, de arriba a abajo, cm a cm era un placer máximo para él.
Saco el preservativo y se lo puso, seguido de eso le dio unos besos apasionados su refugio era la oscuridad que era perfecta para dar rienda suelta a su pasión, no sabrían si alguien los escuchaba pero ya no les importaba, el fuego ya era demasiado y si no hacían algo los iba a consumir y ahí ya estaban los entregados al placer, en la puertas de convertirse en amantes.
Casi como si alguien jugara una broma y no quisiera que esto termine bien, sintieron como el colectivo freno bruscamente, seguido a esto Brenda cae al pasillo, las luces se prenden, y mi hermano se levanta para taparla, Pero se olvida que está semi desnudo mostrando las nalgas a todos los pasajeros. Por suerte no los bajaron, el viaje siguió normalmente, no intentaron hacer nada más, fueron los dos abrazados, de vez en cuando alguien los venía a controlar para que no se manden de las suyas, ellos solo se reían, hasta que ambos se durmieron, fue una noche entretenida que ambos no olvidarían, y aquellos pasajeros no olvidaran el culito de Joaquín.
Así empezó la historia de Brenda y Joaquín una historia que seguiría en Buenos Aires, ella sería un refugio para él, además una gran compañera para este tiempo que iba a estar afuera así no iban a extrañar tanto lo que era su tierra.
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Hermanos
RandomComo la vida corre sin que uno la pueda parar, desde chicos muchos tenemos la suerte de contar con alguien, un compañero que es de nuestra sangre, un hermano, un ser multifacetico que nos ayuda a hacer nuestra vida más amena. Con el podemos aprender...