Hermanos

capitulo 7

Ese llamado maldito llamado cambio todo, no me imaginaba recibir una noticia asi, era de madrugada, yo en pijamas baje atender, lo que escuché me hizo despertar las lágrimas me brotaron del alma, algo se rompió por dentro, el hombre que me había aconsejado por tanto tiempo fallecio, la verdad a veces yo pensaba que el era eterno pero no, fue un golpe tan duro y casi sin ganas tuve que ser vocero de esta gran tristeza, la peor noticia, era la primera vez que veía llorar a mí papá.
Cuando le avisé a mi hermano no lo podía creer, rápidamente se vino de Buenos Aires con lo que tenía puesto.
Joaquín desde que se fue a estudiar no había vuelto, estuvo 8 años fuera de Corrientes. Terminó de estudiar y se puso a trabajar en Buenos aires, le iba muy bien, recuerdo que solo una vez lo fuimos a visitar que fue para su boda, hace 3 años, eligió la fecha que había dejado corrientes, decidió casarse con la mujer que era su refugio en Buenos Aires, no fue una gran boda pero estuvo la gente que ellos querían, Brenda. No tenia necesidad de volver, en realidad Joaquín nunca quiso volver, creo que el mal recuerdo no se pudo olvidar, ni sanar sus heridas.
Eran las 5 cuando yo lo llamé, rápidamente tomo su auto, y con Brenda tomo la ruta, manejo casi los 800 km sin parar, lamentándose por qué el se hubiese querido despedir.
Cuando el llego, fue una sensación ambigua entre alegría y tristeza, mi mamá le recriminó que hace 8 años no lo visitaba fue muy duro esas palabras para el pero no respondio. El seguía en silencio, me abrazo y se partió, después abrazo a mí papá ese fue un abrazo eterno algo que no sucede seguido. Y de allí fue a despedir al cajón a nuestro abuelo. Me imagino que como a mí le habrá dolido hasta el alma.
Fue uno de los momentos más tristes que yo recuerde pero así es la vida, después del velatorio, nos juntamos a charlar, y nos contamos muchas cosas, la verdad yo venía muy golpeado primero lo de Yanina y después la muerte del abuelo, ese diciembre del 2015 me golpeó lindo. Pero lo que más me sorprendió es que la primera pregunta que me hizo fue :
_¿sabes algo de Nicolás y Tatiana?._ ahí comenzó mi cataratas de preguntas mientras buscaba en Facebook el perfil por qué yo no tenía ni idea.

Se notaba que joaquín habia perdido cualquier contacto con ellos. Y me contó sobre su penas y ahí entendí su obsesión con Tatiana y Nicolás, las cicatrices parecían no haberse cerrado apesar de que se había casado con Brenda.
Juntos revisamos el facebook de Tatiana, para nuestra sorpresa nos enteramos que se había casado con Nicolás, eran marido y mujer, también que Cristina seguía buena a sus 40 años (comentario aparte).
En esos años, Tatiana con mucho esfuerzo logró abrir su propio negocio no era la gran cosa pero estaba en la mejor zona comercial de Corrientes, una tienda de ropa, la verdad fue mucho esfuerzo porque Nicolás no la ayudaba mucho, si no fuera por la mamá a sus 26 años no tendría trabajo, le consiguió un empleo de limpieza en la legislatura, gracias a sus contactos. La que mantenía todo era ella. No sé cómo lo aguantaba el solo gastaba su sueldo en salir a la noche, y también para sus otras mujeres. Nicolás no había cambiado nada seguía siendo un adolescente, continuaba inmaduro, Tatiana no se merecía eso.

Eran las 7 de la mañana nos quedamos toda la noche, en la sala velatoria, nos entretuvimos hablando de todo lo que pasó durante estos años, mi hermano queria caminar un poco y pensar, airear la cabeza, le había llenado de información, hasta yo estaba un poco mareado de todo lo que hablamos, urgente necesitábamos aire.
Salimos de aquel lugar sombrío, y nos dirigimos a la calle, cuando un señor muy amigo de nuestro abuelo, lo reconocí pues solía estar con él cuando yo lo iba a visitar, nos para:
_su abuelo les dejo esto, espero que lo usen bien._ sin decir más nos entrego una carta a cada uno y se fue.
El abuelo Jacinto nos había escrito unos días antes de irse a descansar, creo que el lo presentía y nos quería dejar una lección más que teníamos que aprender si queríamos ser felices. Esto descolocó a Joaquín, me dijo que quería caminar solo, yo lo deje ir no podía hacer otra cosa, solo atiné a volver a la sala a observarlo por última vez (no se porque no abrí la carta de inmediato pero lo tenía que hacer).
Mi hermano, camino y camino, sin abrir ese sobre, pensaba en toda la información que le di, en el abuelo, en como seguiría su vida. Si volvería a Buenos aires o no, y allí se encontró sin querer enfrente de aquel bar donde varias historias comenzaron, y otras tantas terminaron.
Estaba abierto así que decidió desayunar, los recuerdos inundaban su mente, las preguntas lo atormentaban.
Pago y siguió caminando mirando vidrieras para ver si lograba ocupar en otra cosa su mente. Pero el destino le tenía planeado una nueva jugada ¿el estará preparado?
En unas de esas vidrieras ve algo que lo impacta, queda frío, un nudo se empieza a formar en su garganta. Su pasado había vuelto y lo sintio como un golpe, y ahí congelado la ve.