ALICE [ The eyes of the devil ]

Capítulo 16

—Ella es Annie mi nueva compañera—

—¿Que pasó con tu bella esposa viejo? pregunto un tipo.

—Richard no estoy para bromas bien sabes que sucedió—.

—Si ella hubiera sido mi esposa jamás la dejo salir de la habitación—

—¡Basta!— grito James.

Hubo un silencio incómodo.

—Como les decía, ella estará a mi lado a partir de hoy—

—Vaya que si es muy parecida a Emily—

Sonreí no muy convencida.

—Es un gusto conocer a cada uno de ustedes—

—Brindemos por esta bella mujer—

Narra Emily.

Tenía años sin venir al Cortez, sin ver a James. Aún amandolo con locura, soy la misma niña enamorada de ti James nada a cambiado. Sólo  el dolor de haber perdido a nuestra hija, me retumba en mi mente, la desesperación de estar alejada de ti y de Alice.

Por fin después de tanto tiempo decidí enfrentar el dolor, soy una March tu me creaste y me hiciste a tu manera, el no sentir dolor, el no sentir pena es tu especialidad y me e vuelto una cobarde.

La noche del diablo, una de tus noches mas importantes amor. Espero que te alegres al verme tanto como lo estoy yo.
Estoy muy feliz al saber que volveré a mirar tus ojos. los ojos del diablo que me enamoraron aquella vez.

Caminé hacia la entrada principal del Cortez.

—Vaya tenía tiempo sin pisar mi hotel—

Sonreí.

Acomode un poco mi vestido y decidí entrar de una.

—Hola Liz, que gusto verte—

—¡Emily!— Grito.

—Veo que te alegras—

Sonreí.

—No puede ser, tanto tiempo sin verte mujer—

Corrió a abrazarme.

—Liz yo tambien te extrañé—.

—Imposible yo más—

—¿Como esta todo por aquí? ¿Y James? Donde  está mi amado esposo—

Su sonrisa se borro de inmediato.

—¿Sucede algo?— pregunte.

Me miro fijamente.

—Liz, ¿que pasa?—

—No es nada—

—Dime, merezco saber, ¿aún soy la señora de March?—

—Tu siempre lo serás, jamás nadie ocupará tu lugar solo que estoy un poco preocupada—

—¿Por que o que?—

—Una chica—

—¿Si?.

—Una chica llego hace meses al Cortez, yo desde el primer momento que la vi supe que ella era—

—Emily que gusto que estes aquí— la Condesa bajo las escaleras.

—Elizabeth, pero que sorpresa— rodé los ojos.

—No tengo humor de pelear, solo que de verdad estoy muy feliz que estes aquí de regreso—

—Gracias, supongo—

Sonrió.

—Que decías Liz—