Uno: Soy Roxanna

57 4 3
                                    


— ¿Dónde me quedaré? — pregunté a la señora que se encontraba al otro lado de la barra que nos separaba; la señora tenía unos ojos verdes muy hermosos, su piel era blanca y de su cabello rubio salían algunas canas, unos 40 y tantos le calculé.

— Edificio trébol — dijo entregándome un papel

— Gracias — le dediqué una sonrisa y me dirigí hacia el edificio, entré y había una joven viendo la computadora— Buenas — esta me observó — tome — le entregué el papel que me había dado la señora anterior, la sed se apoderó de mí y fui al filtro que estaba en una esquina de la sala mientras la chica revisaba el papel que le había dado y escribía en el computador; mientras me llevaba el vaso de agua a la boca una pareja se besaba ante mis ojos, sentí envidia ¿Cómo era posible que en mis diecisiete años no había amado por primera vez? Una sola vez en mi vida di un beso y había sido un reto de cuando jugaba a la botellita con mis amigos a los catorce años, estaba tan distraída viendo como se besaban y jugueteaban que casi se me olvidaba la chica del computador que, por cierto, me estaba haciendo señas— Disculpe — susurré con una sonrisa

— Apartamento 30 piso 5— me entrega unas llaves, le agradezco y me dirigí al ascensor. Al llegar, entro al apartamento dejándome ver lo hermoso que es, lo admiro por unos segundos y me adentro al final dejándome ver tres puertas, abrí la primera y en ella se encontraba una cama matrimonial, aire acondicionado, armario, televisor y dos mesitas de noche a los lados de la cama.

Esta será mi habitación

Deje mis maletas en la cama y me fui a la segunda puerta, la abrí dejándome ver una habitación espaciosa pero muy desordenada, la cerré y supuse que la tercera puerta era el baño, además, se escuchaba la regadera. Entré a mi habitación y arreglé rápidamente mis cosas colocándolas en su lugar, me acosté en la cama a esperar que mi compañero saliera del baño, minutos después escuché como una puerta se abría y otra se cerraba me levanté de la cama y luego estaba parada frente a la otra habitación, golpee la puerta y escuche pasos dirigirse hacia la ella, sentí nerviosismo, mis nervios era no caerle bien a mi compañero puesto que este sería nuestro apartamento hasta que uno de los dos se graduara. La puerta se abrió dejándome ver a un chico un poco más alto que yo, cabello castaño, piel blanca y ojos marrones, una toalla rodeaba sus caderas; mordí mi labio inferior, no era corpulento, era delgado pero se veía sexy con esa toalla rodeándolo.

— ¿Hola? — chasqueó sus dedos cerca de mi cara mientras arqueaba una de sus cejas, que vergüenza, me quedé embobada viéndolo, en este instante quiero desaparecer.

— Hola — dije tímida, él sonrió notando mi timidez

— ¿Quién eres? — pregunta curioso con su sonrisa, sus dientes eran extremadamente blancos, podría decir que su sonrisa es perfecta.

— Ehh, soy Roxanna, un gusto — dije torpemente, extendí mi mano, él la miro frunciendo el ceño, me observó, sonrió y la estrechó

— Aarón — respondió neutral — Y... ¿Qué haces aquí?

¿Es que es tonto? Obvio que vine a hospedarme, no vine de visita— Soy nueva en universidad y me tocó quedarme aquí — me limité a decir, tenía que ser amable, solo era una recién llegada y no me conviene hacer guerra, además él por ahora no me caía mal

— ¿Y... ya te hospedaste? — preguntó rascado su nuca

— Sí, solo quería saber quién era mi compañero, espero no haberte causado molestias, te dejo para que te vistas — dije por último y me dirigí a mi habitación, no quería que siguiera fingiendo interés. Me recuesto en la cama y sin aviso me dormí.

Amor AdolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora