Prologo-Hogar roto

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(Bien, esta es una historia que estuve esperando para publicar, espero les guste) 

Sentía el dulce olor de las flores en el aire, escuchaba el zumbido claro de una abeja cerca haciéndole cosquillas en el oído con un ruido constante que le hizo abrir los ojos. Lo último que recordaba había sido muy confuso. Se sentó entre el pasto y las flores observando sus alrededores para intentar ubicarse, el viento volvió a soplar, un viento ahora frío y silencioso; era como si alguien estuviera allí entre la oscuridad del bosque vigilándole, el inquietante silencio que aumentaba a cada segundo le preocupaba.

Un pájaro se escuchó cantar aliviando las preocupaciones del ángel y todo le vino a la memoria, se levantó con angustia buscando alguna señal de sus acompañantes, estaba solo, completamente solo, no tenía suficiente fuerza o gracia. Y en ese momento se dio cuenta de que estaba en un lugar diferente, no era su época, no era su mundo y no era su universo.

El serafín se levantó del pasto y las flores, había hecho un viaje entre dimensiones con los Winchester gracias a la ayuda de Jack y la chica que caminaba entre sueños, Jack había terminado en otro lugar y no sabía nada sobre los Winchester o la chica, sacudió su ropa rezándole a la suerte para que pudiera encontrar la manera de salir de esa dimensión desconocida aunque debía darle crédito de haber llegado a un lugar que se veía tranquilo.

Ojala fuera verdad.

Comenzó a caminar por el bosque más cercano esperando encontrar alguna carretera o casa donde pudiera ubicarse hasta que a lo lejos escucho pasos y conversaciones, se ocultó entre algunas plantas con esperanza de que nadie lo notara mientras veía quienes eran los que pasaban por allí, se llevó una sorpresa al ver a ángeles uniformados hablando con el menos esperado, el arcángel mayor en otro recipiente rubio y alto, era casi imposible creerlo ¿Qué estaba pasando? Logró notar a Gabriel seguirles de cerca sin decir nada solo mirando alrededor.

Quizás era un mundo controlado por los arcángeles donde Lucifer perdió la guerra, era una suposición vana pero era lo único que podía pensar, dio un paso hacia atrás para retirarse, si tuviera sus alas sin duda abría volado lejos de allí en el momento en que los vio pero no podía hacer más que caminar en silencio, al no notar una roca atrás suyo cayó de espaldas, rápidamente miro hacia el lugar donde estaban los ángeles por su le habían visto, pero al voltear la mirada noto que Miguel estaba a un paso de él.

—¿Castiel? Así que aquí estabas ¿Cuántas veces te he dicho que no te alejes del grupo? ¡Es peligroso!—Miguel ayudo al serafín a ponerse de pie.

Estaba más que sorprendido por la actitud tan calmada al verle, pensaba que al verlo querrían matarle a toda costa pero no era así, se puso de pie sacudiéndose confundido por la reacción del arcángel más poderoso sin decir nada.

—Ven Castiel, no te separes—indico con una voz severa—Puede que haya algo cerca, la explosión de energía se detectó por aquí cerca y estoy seguro que no somos los únicos en notarlo—

Seguro lo estaban confundiendo con el Castiel de esa dimensión, aquello de lo que hablaban había sido él cuando llego pero ¿Quién podría presentar una amenaza ante el arcángel mayor? Quizás leviatanes, quizás era la oscuridad nuevamente o alguna otra amenaza pero aprovecharía todo lo posible la oportunidad de estar cerca de ellos hasta encontrar la manera de volver e incluso si podía volver al cielo lo haría para buscar información sobre el viaje dimensional.

Habían pasado la mayor parte del día caminando por el bosque en busca de algo imposible de encontrar, la puerta dimensional se había cerrado y lo único que había llegado era Castiel, pero se negaba a decírselo a ellos aunque estaba demasiado cansado de caminar, el viaje lo había agotado a niveles extraños para un ángel y lo más extraño de todo no era eso, era que había estado caminando con Gabriel a un lado todo ese tiempo y no había escuchado una sola palabra del arcángel menor.

—¿Sabes que estamos buscando? ¿Miguel tiene idea de que es?—pregunto Castiel después de mucho rato, comenzaba a anochecer pero el arcángel no contesto, miro hacia el serafín por un momento antes de continuar con su camino—¿Qué pasa Gabriel? No hablas como usualmente lo haces—

Miguel noto la conversación por lo que dejo su posición al frente del grupo de ángeles para posicionarse a lado de Gabriel, Castiel bajo la mirada aun sin querer que notaran que no era el mismo Castiel que conocían.

—Castiel, te lo repetiré, no hables con Gabriel, no te contestara al menos que yo se lo ordene—

Dejaría explorar su curiosidad.

—¿Por qué no contestará hasta que se lo ordenes?—

—Por el hechizo que está en él—Miguel suspiro de cansancio como si ya hubiera explicado eso varias veces—Gabriel ¿Qué te dijo Castiel?—

—Preguntaba si sabías o yo sabía lo que estábamos buscando—contesto casi de inmediato.

—Castiel, sé que tu mente no está del todo bien pero debes esforzarte en recordar y si solo no recuerdas nada no estorbes a los demás—dijo aquello ultimo con odio en sus palabras, estaba por decir algo más cuando un ángel lo interrumpió.

—Señor, está oscureciendo y muchos quieren volver al refugio—

Miguel suspiro de nuevo pesadamente, miro hacia Castiel por última vez antes de mirar a los demás.

—Bien, volvamos—

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