Capítulo 1: Afiche

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Aragón Pov »»»

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El hermoso y brillante sol iluminaba el sendero que recorríamos, la primavera casi había llegado a su fin, aunque el Señor héroe y yo sabíamos perfectamente que ésta era la época correcta, desde hace décadas me preguntaba con insistencia por qué el clima de Ordon hacia semejantes caprichos ante la naturaleza, a lo largo y ancho del extenso Hyrule la temporada de siembra había llegado finalmente a su clímax, aun así, en las tierras del sur todo parecía seguir un ritmo más perezoso, dando lugar a un espectáculo único en si tipo; la semana del festival de las calabazas.

Ciertos recuerdos cruzaron mi mente, hacía años que no me paraba en ese sitio, desde que había puesto un pie fuera del castillo, y me había acomodado de forma cómoda en la parte sur de La Gran Ciudadela. Desde entonces, esos ojos carmesís me había mirado con cierto reproche, mas no con el suficiente como para dejar que me perdiera por completo, desde el día en el que se habían cruzado con los míos habían creado un extraño lazo que no solamente me unía a su poseedora, sino también, al destino que ambos compartíamos.

No siendo capaz de asimilar cierta alegría deje que una sonrisa boba se escapara de mi cara. El bosque que se abría ante nosotros nos dio la bienvenida como pocas veces lo había hecho, había una sensación de frescura en el ambiente que resultaba agradablemente hipnotizante, cuando mis ojos se perdieron en el horizonte del cielo simplemente escuche cierto gruñido, las copas altísimas de los arboles solamente me dejaban visualizar algunos retazos de aquel extenso firmamento, los tenues rayos de luz que atravesaban el frondoso verde me indicaron que la mañana estaba dando paso a la tarde, por lo cual no me sorprendí en lo absoluto cuando ese respingo volvió a repetirse.

Solté una risa nerviosa al tiempo que volví a poner mi atención al frente del camino, la carretilla sobre la cual nos trasportábamos dio pequeños brincos caprichosos, entonces, el trote de Kelpie pareció volverse un pequeño susurro, también disfrutaba de salir a dar un buen paseo, pero...

- ¡Brillantes ideas las tuyas!- respingó de manera molesta.

También gruñí ante la mención, pero lo deje pasar de largo. Impa se viró de forma fastidiada.

-Lo siento tanto, mi corcel no es un caballo de trabajo, es extraño que ahora mismo este jalado de esta carreta.

-Nos movemos lentos, como tortugas de agua sobre la tierra, si me hubieras hecho caso hace horas que estaríamos en Ordon, y además, ¡Qué clase de trasporte es este!, no es digno de trasportar a la realeza, si el rey Daphnes se entera me reprenderá por esto.

-Pero Impa, sabes que siempre puedes echarme la culpa- sonreí de manera boba tratando de que también me mostrara su sonrisa, hizo un mohín gracioso y se viró con desenfado, sabía muy bien que no había perdido sus viejas costumbres, aunque esperaba con anhelo que una vez en Ordon se quitara un poco las ataduras que había cargado durante casi toda su vida.

Días Felices y CalabazasWhere stories live. Discover now