Colisión, parte dos

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—¿terminaste? —Jimin se sobresaltó al escuchar la gruesa voz del alfa a sus espaldas. Ya no le venían más arcadas pero no quería moverse de allí por precaución. Mantenía las manos apoyadas en sus muslos, con varios hilos de saliva y vómito resbalándose por sus gruesos labios hasta su barbilla, respiraba entrecortado y ahora sentía que iba a desplomarse en el suelo con la presencia de aquél cruel alfa.

Yoongi avanzó hacia él, queriendo aguantar la risa pero sin esforzarse por hacerlo.

Era una situación patética y eso era hilarante para él.

—Luces como un maldito cadáver... —Dijo el alfa en tono burlesco. — ¿Puedo preguntar por qué viniste aquí?

El omega lo miró con expresión cansada, pero no emitió palabra por varios segundos.

—¿Cómo te llamas? ¿Qué haces por aquí? —Yoongi insistió. Demandaba una explicación que realmente no le incumbía. — Te ves bastante joven... Incluso infantil. ¿Te escapaste de tu casa? ¿Querías jugar al niño grande bebiendo tanto?

Nuevamente, lo único que se escuchó en la calle fue el viento azotando con todas sus fuerzas los arbustos haciendo que éstos se menearan y que el omega se encogiera en su abrigo. No tenía nada qué decirle, se negaba completamente a revelar cualquier detalle sobre él, había sido un error tremendo intentar esconderse en esa taberna y era consciente de ello pero ya estaba harto de jugar a ser la presa.

—No sé por qué me has quitado a ese cerdo de encima... —Comenzó Jimin apretando su mandíbula, asqueado y furioso aunque su delicado rostro no le ayudaba mucho a expresarlo.— ...Pero no requiero más de tu ayuda. Aléjate de mi.

El alfa vio con cólera la silueta del omega volver a ponerse derecha. No esperaba esa respuesta, pero tampoco le intimidaba en absoluto. Jimin comenzó a avanzar por la calle a paso largo queriendo apartarse de esa zona  aunque no podía buscar el centro o las avenidas más habitadas, no podía arriesgarse a que algún vecino, o peor, algún policía con su foto lo viera.

El frío chocaba con fuerza contra su cuerpo pero no alcanzó ni siquiera a llegar al final de la cuadra. Un Yoongi irritado tiró de su brazo con brusquedad comenzando a arrastrarlo a algún lado, enterró sus largos dedos en Jimin como si para él fuera sólo un muñeco de trapo y por ello era absurdo pedir permiso antes de hacer lo que quisiese. Intentar hacer algo contra la fuerza del alfa era inútil, en sólo su rostro se notaba que iba bastante enserio con lo que sea que tramara en su cabeza, el omega lo maldijo en gritos furiosos mientras se removía como loco, lo golpeó con sus piernas y su puño libre pero sólo se ganó un apretón más fuerte en su brazo.

En lugar de miedo comenzaba a sentir ira. Se arrepentía de haber dejado su estómago vacío y no poder vomitarle encima.

Avanzando por las calles ambos llegaron a una avenida descompuesta por los desechos en el suelo, aquél lugar tenía fama por su particular olor y los roedores que por allí se detienen a devorar sobras de comida mohosa. Yoongi había dejado por allí estacionado un auto de buena gama, de esos con vidrios polarizados que implican estatus económico... Obviamente, no es algo que Yoongi pudiera conseguir. Lo había robado hace un par de noches; pero tenía su consciencia tranquila, iba a devolverlo en algún momento.

Jimin arrugó su nariz ante el olor, para él era igual de malo al de los alfas.

—¿¡Cuál es tu problema!? ¡Hijo de puta! —El omega gritó en el momento en que se detuvieron frente al auto. Para él sólo podía significar un secuestro. Sintió cómo sus latidos se detenían por unos segundos y su cuerpo entero se ponía helado, no podía dar crédito a lo que veían sus ojos.— No... No...

—Niño, de verdad, voy a partirte la puta boca si no te callas. —Yoongi parecía irritado, como si sólo estuviese invitando a un buen amigo a subir a su auto y dar un paseo, rápidamente rebuscó las llaves en su bolsillo para abrir la puerta y empujar con brusquedad al omega en los asientos traseros.

Casual AffairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora