CAPÍTULO 4

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RAPIÑADORES

*Natalie*

Me desperté con un dolor agudo y punzante en la parte de atrás de la cabeza, justo donde había recibido el golpe. Todavía me sentía bastante aturdida y las luces de la sala me estaban cegando.

Cuando el mundo dejo de girar y mis ojos se adaptaron a la intensa luz de el lugar, me dispuse a buscar algo familiar. Quise levantarme pero unos cinturones estaban atando mis brazos y mis piernas fuertemente contra la camilla en la que me encontraba.

Un poco más desesperadamente mire hacia los lados en busca de alguien, pero no había nadie. Analice un poco el cuarto y parecía la sala donde se creo a frankenstein: la camilla dónde me encontraba estaba rodeada por los cinturones que ya había mencionado; una luz quirúrgica; mesas llenas de ampolletas, frascos con líquidos y jeringas y poco más.

Trate en vano de estirarme un poco pero las correas estaban fuertemente apretadas, quería gritar pero por alguna razón no conseguía hacer que mi voz saliera.

-Veo que por fin despiertas Natalie- maldecí para mis adentros al reconocer la voz de Tyron Richards, el mano derecha de Lister Amulet- entiendo tu confusión, tu temor y todas esas cosas pero... ¿en serio no te alegras de verme? Bueno escucharme. Entiendo que nuestro último encuentro no fue el más grato pero que sepas que me alegro mucho de tenerte aquí

-Vete a la mierda- conseguí decir con una voz más temblorosa de lo que me hubiera gustado

-¿A sí?- dijo con su clásico tono arrogante- deberías ser mas cuidadosa con tus palabras- unos choques eléctricos empezaron a recorrer mi cuerpo de una manera brutal, como si me hubiera atropellado un camión... o dos.

-Hijo de...- contuve las palabras antes de que me hiciera algo peor- ¿Que quieres?

-Mira cara bonita- empezó con tono ligon- Yo la verdad no quisiera esto pero vas a ser la rata de laboratorio de Lister y eso, lo que tu ya sabes- un escalofrío recorrió mi cuerpo al escuchar esas palabras ¿rata de laboratorio? ¿para que?

Intenté calmarme, pues algo tenía que ocurrirsele a Chris o a Aya... Aya, tenia que tratar de pensar en ella el mayor tiempo posible para evitar perder la razón. Mientras pensaba en los posibles planes para poder escapar escuché unos pasos entrar a la sala

-Mira- empezó el chico arrogante- se que te van a hacer sufrir mucho debido a que los planes de Lister no son tratarte con cariño en tu estadía... como ya te pudiste dar cuenta

-¿Que me van a hacer?- Mi voz salio débil y cansada debido a la intensidad del choque que el idiota que tenía al frente acababa de darme

-Lamentablemente cara bonita, no te puedo contar prácticamente nada a parte de que esto puede no salir bien... pero puedo negociar con Lister si tu haces algo por mi

-¿Que cosa?- en ese momento haría lo que fuera por qué me dejaran salir... o tal vez no tanto. Tyron se empezó a acercar de una manera que no me gustó ni un poco y empezó a posar sus manos sobre mi pierna poco a poco mientras seguía acercando hasta quedar casi encima mio, desabrochó con cuidado el broche de mi pantalón, intenté gritar pero él puso su mano en mi boca, unas lágrimas brotaron de mis ojos cuando:

-¡Oh por Dios Tyron! ¿que mierda se supone que estas haciendo? En serio ibas a hacer eso con nuestro sujeto de pruebas... Dios- Lister entro en la sala haciendo sonar sus gigantes botas.

Él es la típica persona con la que por nada del mundo iniciarías una riña en la calle: media casi dos metros, era bien fornido con los músculos bastante marcados, para nada alguien que quisieras tener de enemigo... como yo.

-Lo siento Lister, no volverá a pasar- Tyron se apartó lentamente de mi sin apartar la mirada ni un segundo, luego se dirigió a Lister con una seña de la cabeza y se fue de la sala

-Lamento esto querida Natalie- el tono de arrogancia de los dos eran tan iguales que cualquiera pensaría que son padre e hijo- mi objetivo no era que te sintieras incomoda ni mucho menos pero eso es lo que pasa cuando dejas a cargo de vigilarte al idiota de Tyron

-¿Que quieres?

-No iba a decírtelo así pero, ya que insistes: vas a ser mi sujeto de pruebas para probar a Coronam Mortuorum, pero antes necesito saber que mis espías estaban en lo cierto cuando dijeron que eras tu la indicada

-¿La indicada?

-Si eso fue lo que dije, que yo sepa tu no eres sorda y yo no soy un idiota- lo de idiota podríamos dudarlo, pensé

-¿A que te refieres con la indicada?

-Veras, no todo el mundo soporta a Coronam Mortuorum, después de todo no es cualquier piedra, está hecha directamente con las almas de los muertos desafortunados, por si no sabes quienes son ellos, son las personas que toda su vida contuvieron un desperfecto llamado infortunio gris en su alma, que hace que no puedan ser aceptados en el cielo ni que se puedan devorar sus almas en el infierno, por lo que quedan atrapados en este mundo por toda la eternidad- dijo en un tono serio. Era difícil creer todo lo que decía, pero yo soy fiel creyente de eso de las almas, los fantasmas y las posesiones, lo creo después de lo que me contó Aya de su infancia

-¿Y eso que tiene que ver conmigo?

-¡Déjame continuar!- gritó haciéndome saltar un poco- ya estoy llegando a la mejor parte, el caso, como ya sabrás la eternidad es demasiado larga para no hacer nada, unas de esas almas simplemente se dedican a poseer a personas, otras vagan por ahí y otras de esas pobres almas desesperadas se entregan a cualquier cosas a contar de que puedan descansar paz, cosas como una simple piedra fundida en las llamas del infierno cuya única función es muy dolorosamente absorber esas almas separando su infortunio gris del alma dejándolas puras para poder salir del mundo mortal, pero para poder salir alguien debe sacarlas, no cualquiera puede hacer tal hazaña ¡Y es ahí donde entras tu!- dijo señalandome con los índices emocionado, cosa que no me tranquilizó para nada

-¿Por qué? Maldita sea Lister dime de una vez que carajo quieres de mi, y dime que es todo esto, aunque sea eso

-Ay mi pobre Natalie aun no entiendes verdad- negué con la cabeza a lo que él respondió con un suspiro y pasándose la mano por la cara- hay tres tipos de almas, las normales, las que contienen el infortunio gris y las dotadas. Estas últimas en el momento en que muere la persona que la porta desaparece por completo pero esas solo nacen en el momento que muere la otra, por lo que solo tenemos una oportunidad hasta que la próxima madure lo suficiente para poder usar sus habilidades, habilidades que liberan las almas de Coronam Mortuorum y con ello, el gran poder que contiene, el poder de controlar todas las almas y sus respectivas voluntades, o sea, la gente

-¿Estas suponiendo que yo tengo un alma de ese estilo?- Lo veía imposible por lo que deje escapar una pequeña risa. Lister me fulminó con la mirada

-No lo supongo, lo se, mis espías me lo comentaron...- dudó un poco lo siguiente que iba a decir pero al final dijo- Solo empecemos con el proceso

-¿Que proceso?- Amulet se dispuso a caminar a la salida- Amulet vuelve, ¡Amulet!- pero ya él se había ido y un tipo con bata me estaba enterrando una aguja en la vena con un extraño líquido rojo...

Mata O Muere: Coronam Mortuorum  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora