Capitulo 1: Su mirada irritante.

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Despierto como todos los días, con mi largo cabello marrón hecho un bollo en un costado de mi hombro, mis ojos como dos canicas rojizas debido a los libros, ya que me quede hasta altas horas de la madrugada leyendo.

Me levanto rápidamente de mí cama, debido a que mí estomago no hace más que estrujarse a sí mismo (algo que es normal en mí, es tener demasiada hambre a cada cinco segundos).

Voy al comedor por un poco de comida, tropezándome con casi todos los muebles que están a mí alcance.

Arrastro mis pantuflas de pato hasta llegar a la heladera.

Observo todo lo que se encuentra allí...nada interesante.

Al no encontrar nada en la heladera, algo habitual en mi hogar, busco en los estantes y la suerte esta de mi lado, una caja de cereales hermosa e intacta esta justo ahí.

Saco con esfuerzo el cereal de una de las repisas más altas, provocando que algunos de ellos caigan en mi cabello.

Perfecto, ahora mi cabello desayuna.

Después de lograr sacar el cereal, lo sirvo en una tasa bastante grande, con algunos chorritos de leche tibia.

Al fin y al cabo ya estoy lista para desayunar, con mi cabello desastroso y mis pantuflas puestas, si...al estilo Molly.

Terminando rápidamente con esa gran taza o mejor dicho, con esa montaña de cereales.

Me decido a hacer algo más productivo que mirar el tazón vacío y por esa misma razón agarro mi Tablet, que esta posada a unos pocos metros del sofá. Busco uno de mis libros favoritos para continuar leyéndolo.

Al encontrarlo mis ojos se sumergen en el brillo de la Tablet, provocando que ellos duelan, pero a pesar de ello, continúo leyendo fluidamente.

(Narración del libro de Molly)

"Estaba con Floppy en el sillón, no quería dejar de abrazarlo y decirle cuanto lo quiero, aunque él no me entienda.

-Gwen tenemos que llevarlo-dijo mi madre con un leve toque de melancolía.

Me mira con lastima y me dedica una sonrisa.

-Déjame despedirme, solo me tomara un momento-comento mientas me cae una lagrima.

Mi madre se retira, dejándome con Floppy, mi perro.

Sabía que algún día iba a llegar el día en que él ya no nos acompañe más, al igual que toda persona, lamentablemente llego su momento, como debería ser.

-Hola amigo-me mira a los ojos; grandes, redondos y claros- gracias por hacer que mi sueño se cumpla, eres el mejor compañero que tuve... en toda mi vida-la voz se me entrecorta- gracias por estar siempre-un charco de lágrimas se posa en el sofá-lo único que tengo para decir es gracias...gracias por todo-le doy un ultimo abrazo de despedida y voy a donde se encuentra mi madre.

-Va...vamos-le digo y ella me abraza con todas sus fuerzas, uno de los pocos afectos que recibo de su parte; suave, cálido y familiar.

Luego de esa muestra de afecto voy por donde esta Floppy, lo levanto con suma delicadeza y lo llevo hasta el auto.

Lo poso en mi regazo y mi madre enciende el auto.

Recuesto mi cabeza junto a él, sus patas están muy frías y por ello abrazó todo su cuerpo y no me separo de él hasta que llegamos.

***

-Amor llegamos-replico mi madre-bájalo-me mira-¿Puedes o quieres que te ayude?

No respondí hasta que estuve segura que mi voz no suene a tristeza.

Loca por él. [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora