Capitulo 27: ¿Que me pasa?

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Me suda cada centímetro de mi cuerpo, saco la sabana que tengo por encima y me doy la vuelta tocando los pectorales de Sam. Él se encuentra totalmente fresco, como si las sabanas que recubren su cuerpo lo protegieran.

Dios que calor.

La garganta me arde con tanta intensidad, tengo la necesidad de tirarme al suelo y que el fresco calme el calor tan intenso. Pero eso no pasa, el calor penetrante sigue allí, atacando cada centímetro de mi cuerpo.

-¿Qué me pasa?-susurro para mi misma.

Me levanto del suelo, y camino por el pasillo, todo se ve borroso, como si una nube taparía mi visión.

Le cabeza no deja de palpitarme, provocando que arda junto con mi cuerpo.

Bajo las escaleras tropezándome más de una vez, necesito agua, agua helada. Con dificultad llego al comedor, tropiezo con la pequeña mesada negra, caigo y mi cabeza se lleva un gran impacto.

Luego de eso, lo único que escucho son gritos vacios, como si estarían lejos de mi pero al mismo tiempo a mi lado.

-Molly-dice Sam que se encuentra a mi lado.

Trato de abrir mis ojos, pero es un intento fallido.

-¡Molly!-grita cargándome en sus musculosos brazos-despierta, por favor-pequeñas gotas tibias caen en mi estomago-Dios, estas ardiendo.

Después de escuchar su voz, no escucho nada mas, me pierdo en mi propia oscuridad.

***

Una luz intensa siega mis ojos,  impidiendo que los abra.

-¿Sam?-susurro sin poder ver muy bien.

Inmediatamente una figura borrosa se avalancha sobre mi.

-¿Sam?-pregunto tratando de que una sonrisa se asome en mi rostro.

Dicha figura borrosa se hace mas estable, con una desgastada remera roja, puede ser parte de un pijama, unos shins rotos en las rodillas con un desgastado color celeste blanquecino.

-Soy Sebastián, Molly-se limita a decir mi hermano-gracias a Dios que despertaste.

¿Qué hace Sebastián aquí? Recibí un par de llamadas de el mientras estaba en casa de Sam, pero se encontraba muy molesto al hablar conmigo la mayoría de las veces.

Lo veo de reojo, pero la verdad, no me es de mi agrado que se encuentre aquí.

-¿Dónde-me levanto de la camilla donde me encuentro-donde esta Sam?

-No es parte de la familia, no puede entrar aquí-confiesa reflejando una sonrisa en su peculiar rostro.

En estos momentos lo único que considero familia es a él y a Natt.

Rodo los ojos.

-Recuéstate, todavía debes estar en reposo.

Ahogo una risa burlona.

-Olvídate que me quede más de un minuto acá-confieso mirando la blanca sabana que cubre mis pies.

-Estas en observación.

Penetro los ojos de Sebastián a escuchar “observación”.

-¿Por qué?, ¿Qué tengo?

-El doctor dice que es estrés, pero no esta muy seguro-bosteza provocando que se detenga-dice que si va todo bien, mañana te puedes ir.

No pienso quedarme ni un minuto mas aquí, oyendo gritos de mujeres, probablemente en trabajo de parto. En ese momento se me hela el cuerpo, Natt…Natt tendrá que pasar por eso solo siendo una adolecente.

Ninguna adolecente se merece eso. Y menso Natt.

-Dile a Sam que entre-mando.

-Pero no es fami…-antes de que termine lo interrumpo.

-Mira él es el único que debería estar en tu lugar, así que, el viene aquí, o yo me voy, decide-replico sacándome la sabana de mi cuerpo.

Se queda paralizado, con los ojos abiertos, sin poder creer que su hermana pequeña tiende a preferir a su novio antes que a él.

-Voy a hacer lo que puedo-comenta saliendo por la puerta de cristal que me separa de los demás enfermos.

Odio estos lugares, y más en este momento, no me gusta saber que dentro de este hospital se encuentran personas que nunca saldrán de aquí, que morirán y probablemente desean lo mismo que yo.

La vida es dura, pero mas las personas que dejas atrás, sabiendo que tu muerte les afecta mas de lo que a ti.

Luego de varios minutos veo a mi hermano entrar por cuya puerta.

-Vendrá en un minuto, me quedare afuera vigilando-suspira-ten cuidado Molly.

-¿Qué tenga cuidado?-pregunto levantando una ceja.

Mueve su cabeza.

-Dejalo, solo…-comenta pero Sam interrumpe abriendo la puerta.

Sus ojos se iluminan al mirarme.

-Oh mi amor, ¿te encuentras mejor?-pregunta dándome un suave beso en la frente.

Le doy una señal a mi hermano de que ya se puede ir.

-¿Sabes lo que me paso?-pregunto.

El niega con la cabeza asiendo que mis esperanzas se desvanezcan.

-Nadie me quiso contar nada-dice con angustia sentándose a mi lado.

Sonrió y le doy un pequeño beso.

-Te amo-le digo a Sam.

El frunce el seño y reí.

-¿A que viene eso?-comenta con una sonrisa.

-Que te amo.

Su sonrisa se hace más grande mostrando sus perfectos y blancos dientes.

-¿Para siempre?-pregunta agarrándome en sus brazos.

Meneo la cabeza haciendo la referencia a “si”.

-Hasta que una chica nos separe-comenta Sam.

En ese momento mire a Sam con un enoje penetrante.

-¿Disculpa?-pregunto con el seño fruncido.

-Y nos diga “hoy puedo dormir con ustedes, tengo miedo papá”-dice haciendo que me derrita de la ternura.



 

Holaaaaa! Si ya se, parece que me comio la tierra, pero no, sigo viva, este es el penultimo capitulo  falta poco!

Seguro que me odian, y si no, odienme, yo me odiaria...jeejejejejej

Bueno espero que les guste, un beso!

Loca por él. [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora